¿Qué prefiere? ¿Una casa solida o de madera?
Nunca he entendido mucho esa pregunta, pues sugiere como alternativa, dos materialidades contrapuestas en su conformación. Lo que por cierto y además todo el mundo lo sabe, lo que se plantea es una simple interpretación de algo así como que la madera es menos solida que otras materias, como por ejemplo el concreto.
Entonces vale la pena tener una idea de donde viene esta aparente diferenciación discriminatoria respecto de la madera.
Parte por un tema cultural que proviene de la época de la colonización, en que quienes llegaron a estas tierras, provenían de Europa, mayoritariamente de España y en donde la cultura de la construcción estructural, estaba basada en el adobe, la piedra y algunas mezclas, producto de que, en ese país, la madera no era su fuerte productivo. Así se instalaron en nuestro país las grandes casonas de campo, con corredores y muros anchos o en las ciudades, las casonas de fachada continua, tan comunes que aún se pueden encontrar en ciudades o pueblos más rurales.
Chile por su parte, si bien es cierto, las primeras semillas de los nuevos árboles con más orientación a la producción masiva, se incorporaron en la época del virreinato, la industria desarrollada, principalmente orientada a la recuperación de la destrucción ecológica provocada por el sobre cultivo agrícola de suelos forestales, se logró durante el siglo veinte, aún a la fecha, no existe una eficiente y de primer nivel una industria de la construcción en madera en Chile. Se ha avanzado, pero falta mucho, pues hay mitos, falta de información en usuarios y pobre oferta en calidad del producto terminado. Lo más masificado es las casas prefabricadas, pero que a la fecha conservan una calidad y oferta desarrollada en los años sesenta y con poca evolución innovadora, en el mercado más común de este producto. Chile en algunos casos de buenos ejemplos productivos, ha desarrollado importantes avances tecnológicos y materialidad, pero falta difundirlo a nivel de base social, de mercado de base y con mayor razón falta con precisión, claridad y determinación, un discurso público validando el tema. Mientras en Chile, la construcción en madera no supera el 17 %, en países desarrollados que sí han comprendido el valor sustentable de la madera, sin ideologismo de ningún tipo como Canadá, la madera ocupa un rol de estar presente en casi el 80 % de la construcción, siendo ese país un ejemplo de sustentabilidad en estos temas.
Solo a modo de dato para pensar en resultados prácticos, solo la región del Maule, con su industria (conformada en casi en un 90 % por pymes familiares en unas 190 pequeñas instalaciones) se produce la madera que se entrega al mercado nacional, suficiente para construir unas 125 mil casas anuales, de unos 60 metros cuadrados, de buen estándar en calidad, confort y eficiencia energética. ¿Por qué no lo hacemos?