La fecha indicada en el titulo de esta columna es una marca de esas que nunca se olvidan.
Fue un 15 de febrero, del año 2009 cuando un helicóptero con 12 brigadistas de combate de incendios rurales, se precipitó a tierra en un sector cerca de Chanco (provincia de Cauquenes).
Todos fallecieron, incluido el piloto, es decir, los 13 ocupantes de la aeronave.
En homenaje a esos mártires, es que se declaró el 15 de Febrero como el Dia del Brigadista o combatiente de incendios rurales. No son pocos los mártires que este sacrificado oficio ha cobrado y, lo más absurdo, es que la sociedad -en general- no aprende la lección.
El 99 % de los incendios siguen siendo generados por personas. Con datos reales, esto significa que de los poco más de 600 incendios que el Maule lleva a la fecha, entonces, al menos 595 los causó alguien, es decir, una persona. La justicia aquí también tiene un rol. Las fiscalías tienen una importantísima función. En algunas comunas del Maule pareciera que hay buenos ejemplos de persecución penal.
Si cada causante de un incendio tuviera que ir a combatir otro, es muy probable que disminuiría mucho la irresponsabilidad. Un combatiente es una persona entrenada, de gran capacidad física. Solo recordar el equipamiento a utilizar: casaca y pantalón ignifugo (por ende, pesa más que la ropa normal), casco, botas con caña, guantes, esclavina (protector de cabeza y cara), más las herramientas que algunas pueden pesar 4 ó 5 kilos, trabajando en condiciones sumamente extremas por las altísimas temperaturas en el ambiente, bajísima humedad, humo y tierra caliente, con jornadas muy extenuantes, Son condiciones dificilísimas, no obstante, ahí están, es su trabajo y para la gran mayoría de ellos, es su profesión u oficio, pues es una causa, es un desafío, es su batalla, ellos o el fuego. Salvar la vegetación de las llamas es su causa. Es una labor que demanda gran sacrificio y, a veces, demanda la vida.
En general, el mundo de la madera detiene las labores ese día y hace un reconocimiento a esos trabajadores, algunas autoridades también. La comunidad, en general, desconoce la fecha y quienes son los causantes de los incendios, ni si quiera tienen un remordimiento.
Ojalá se le diera una relevancia mucho mayor al 15 de febrero, partiendo por dejar de aceptar como normal el tema de los incendios rurales. Y que en la gestión en prevención se sumen no solo los de siempre, sino que otros actores que también tienen gran responsabilidad.
No queremos más mártires.
Leonardo Vergara