Se conmemoró un nuevo aniversario del Día Internacional de la Mujer. Es menester repetir «conmemora» y no celebra, como muchas veces se dice.
El origen de la fecha se relaciona con una tragedia ocurrida en una fábrica textil de Nueva York, Estados Unidos, en que en 1908 se generó un incendio y fallecieron 123 mujeres que allí trabajaban, siendo la menor de ellas de apenas 14 años. Recién en 1975 la ONU declara para el mundo, como este día de homenaje.
Chile no está ausente de esta conmemoración, como la gran mayoría de la parte occidental del mundo, a diferencia de la oriental en que aún se evidencia una tremenda discriminación hacia el género femenino, según nuestra mirada.
En nuestro país, el rol femenino ha sido clave en el desarrollo de la nación y eso se evidencia en todos los sectores o aspectos de la vida nacional: en la política, la defensa, la salud, la investigación, la justicia, la educación, la cultura, las artes, y miles de actividades más.
El Maule no se queda atrás. Tenemos el privilegio de contar con miles de mujeres -a través de la historia regional- que han sido un pilar o cimiento en la construcción de la región, y se evidencia en una identidad y pertenencia que enorgullece. La historia del Maule, el presente y, evidentemente, el futuro, está con el sello del soporte femenino local.
En el mundo productivo, el rol femenino es preponderante, en especial, por el tipo de actividad preponderante con que contamos, la agricultura, la fruticultura, la vitivinicultura y la silvicultura (por nombrar los rubros más relevantes, pero extendible a muchos otros).
En este aspecto, es menester personal mencionar una experiencia de un aserradero ubicado en la zona de Constitución, donde la planta laboral de la línea productiva es paritaria, es decir, 50 % son mujeres.
Terminando la columna, si bien es cierto es un deber moral recordar el 8 de marzo, la mujer es motivo permanente de inspiración.
Leonardo Vergara
