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TAREAS PARA EL LUNES MÁS FRÍO DEL AÑO por Juan Carlos Pérez de La Maza 

Aclaremos que escribo desde el pasado. Hoy viernes 27 recién se ha cerrado el (moderado) tráfago electoral de los sectores oficialistas. Ignoro qué ocurrirá el domingo 29, cuando el Lector ponga sus ojos en estas líneas. Sin embargo, como me encanta fungir de pitoniso y hacedor de vaticinios, me arriesgo a adelantar las ocupaciones que tendrán los candidatos que han protagonizado esta poco lucida campaña de primarias 2025.

Desde la noche del domingo, todos ellos han debido exhibir habilidades actorales sobresalientes cuando se han ido enterando de los resultados. Presumo que ya tendrán frases prefabricadas del tipo “lo importante fue competir y fortalecer la democracia”, que tres de ellos usarán profusamente. Y quien venció, sacará del sombrero dialéctico otras frases, debidamente edulcorada y ablandada, con la que se referirá a sus nuevos aliados. “Por el bien del Chile” se escuchará varias veces. Tantas como “hay que mirar hacia adelante”. No habrá demasiada creatividad la noche del domingo ni la mañana del lunes. Además, hará demasiado frío.    Pero ya avanzado ese día lunes y la semana que le seguirá, a cada uno de los candidatos, sea quien gane y sean quienes no lo hicieron, todos habrán de enfrentar unas tareas complejas y difíciles.

Primero que los demás (se lo merece, por cierto) el triunfador (más bien triunfadora).  Su tarea ha de ser gigante. Unir a quienes estaban discordiados, acercar a los que se habían alejado y amistar (en la medida de lo posible) a los que se enojaron. Por otra parte, su tarea será cortar/copiar/pegar retazos de las desangeladas propuestas programáticas y hacer con esos ingredientes un programa que les caiga bien a muchos y deje conforme a otros tantos. En eso se le irá buena parte del mes de julio. Otro tanto de su valioso tiempo se le irá como agua entre los dedos tratando de componer, con variopintos integrantes, una alianza coherente en la cual sustentar la candidatura que le endilgaron. Y una cosa “no menor” como dicen ahora, serán sus esfuerzos unitarios en cuanto a las listas parlamentarias. El mítico ideal de lista única, como todo mito, atractivo, pero poco cierto, será uno de sus desvelos. Otro más será acercarse, pero sin quemarse, a la vez que distanciarse, pero sin helarse, del gobierno que termina. Hacer gestos, más bien a la distancia, al presidente Boric y su poco fecunda administración.

Los otros, los que no triunfaron, habrán de asumir (algunos ya lo tienen asumido hace rato) que deben reinventar sus respectivos roles políticos. Algunos lo tendrán fácil. La candidatura parlamentaria les espera y como ya habrán adelantado un poco, será cosa de modificar eslóganes, cambiar fotos y regionalizar propuestas.

Claro está que todos ellos habrán de asumir las cuentas por cobrar. No sólo las económicas, eso ya lo habrán presupuestado, sino las otras. Las políticas. Es que en política todo se paga. Especialmente cuando no se triunfa. Declaraciones demasiado sinceras, críticas muy sentidas, videos excesivamente sarcásticos. Todo se cobra. Y la cobranza ha de ser especialmente minuciosa e implacable si, cuando todo termine, queden fuera del gobierno y en el descampado. Sin el cobijo de ministerios, oficinas, fundaciones y demás aparataje público. El infierno político es un lugar sin micrófonos, sin cargos y sin asignaciones especiales.

Por último, no debemos olvidar que lo de este domingo es, apenas, la preparatoria de la otra, la elección de verdad, allá por noviembre (y diciembre, seguramente). Y en esa oportunidad serán muchos los aspirantes, pero pocos los electos. Y, al igual que este frío lunes, los que no ganen, habrán de enfrentar las mismas recriminaciones, pasadas de cuenta y reconvenciones. Uno de los problemas a los que todo candidato se enfrenta, es su escasa preparación para la derrota. Todos ensayan, frente al espejo, el discurso de la victoria, lleno de agradecimientos y promesas. Pero pocos ensayan qué decir, qué cara poner y qué actitud asumir cuando las cifras les son esquivas y, poco a poco, el anhelado triunfo se les aleja. Pero, tristemente, ya es un poco tarde para el ensayo. Tendrán que improvisar. Otra vez.

Juan Carlos Pérez de La Maza 

Licenciado en Historia

Egresado de Derecho

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