El 2020 nos deja a todos sentimientos encontrados. Se han vivido situaciones dramáticas, sin duda, en el plano personal y también laboral. Pero también ha sido un año de mucho aprendizaje y adaptación.
Nuestra institución no estuvo ajena a ese proceso. Declarada la pandemia, el esfuerzo se concentró en poder dar continuidad a las actividades académicas de la mejor manera posible. Esto demandó la colaboración de funcionarios académicos y no académicos, así como de nuestros estudiantes.
Pero nuestra institución también es reconocida por su importante aporte a la comunidad y su cercanía con los maulinos en diferentes ámbitos, social y comunitario, regionalización y descentralización, cultural y artístico y desarrollo profesional, entre otros. Todo esto a través de un puente común, la Vinculación con el Medio. Desde un principio, la única opción que vimos fue continuar con esta función esencial.
Aquí resalta la adaptación de la que hablamos más arriba. Cómo seguir vinculados con el entorno y encontrar nuevas formas de relacionarnos, de adaptar nuestras formas de trabajo y seguir colaborando estrechamente, a pesar de la distancia social. No fue una tarea fácil, demandó mucho esfuerzo de todos los involucrados.
A modo de balance, pusimos a prueba nuestra voluntad y nuestras confianzas y el resultado de esto nos deja muy contentos, cuestión que es compartida por la comunidad, pues pudimos dar continuidad a gran parte de los proyectos sensibles y prioritarios que estaban planificados, con metodologías diferentes, con indicadores y metas adaptados a las circunstancias, pero siendo fiel a los objetivos de cada uno de ellos.
Probablemente esta modalidad de trabajo nos acompañará por algunos meses más y de hecho a futuro resultará positivo un adecuado balance entre lo virtual y lo presencial, cuidando que nadie quede excluido producto de la importante e indeseable brecha tecnológica que existe, pero ampliando oportunidades para llegar a lugares que muchas veces quedan ajenos a oportunidades de desarrollo, pues, así como nuestro país es centralista, nuestra región también lo es.
Lo fundamental es atesorar todo lo aprendido y que nos sirva para seguir construyendo entre todas y todos una nueva realidad, más inclusiva y solidaria.