
El15 de marzo se cumplieron 58 años de aquel suceso político-electoral ocurrido en 1964 que convirtió a la provincia de Curicó en epicentro de la política nacional, porque la elección complementaria de diputado era el barómetro de futuras elecciones presidenciales. El resultado de este proceso fue un fuerte remezón político, dado que en una zona agraria de predominancia de sectores terratenientes ganó un candidato miembro del izquierdista Frente de Acción Popular (FRAP), Oscar Naranjo, de ahí el nombre de “Naranjazo”, lo que hizo entrar en pánico a la derecha y apoyar al candidato de centro, miembro de la naciente Democracia Cristiana, el abogado Eduardo Frei Montalva, quién ganó la elección presidencial de 1964, perdiendo nuevamente la elección el senador del Partido Socialista, el médico Salvador Allende Gossens.
Se dice que este suceso adelantó los álgidos momentos de la Guerra Fría, enfrentándose los llamados “tres tercios políticos” es decir la derecha, el centro y la izquierda. Hay que señalar que el proceso de campaña duró en la práctica todo el verano, desatando un vendaval de fuerzas políticas enfrentadas en actos, desfiles, manifestaciones, concentraciones, eventos culturales, sociales, y toda clase de sucesos, incluida la visita de los candidatos presidenciales: Salvador Allende Gossens, Eduardo Frei Montalva y Julio Durán Neumann.

Panorama que conmocionó al pequeño pueblo que era Curicó en aquel tiempo, que sobrepasaba a lo que sería una aldea y que también describe el escritor José Donoso en un reportaje que se publicó en la revista Ercilla: “La apacible ciudad de 50 mil personas inflada de la noche a la mañana con 12 mil afuerinos que aceleraron el pulso del pueblo dormido, produciendo un ciclón, una tormenta inolvidable en el remanso de Curicó”.
Más adelante dice: “Fueron quince días de crescendo enloquecedor: la dotación de carabineros subió gradualmente de cincuenta a seiscientos hombres. Los comandos se instalaron en la ciudad, colgando sus carteles y telones, pegando afiches, pintando los nombres de sus candidatos en semiderruidos murallones de adobe, mientras en el Hotel Turismo, en el Círculo Español, y en el Club de la Unión las rutinarias conversaciones políticas que jamás fueron más interesantes que el cacho se tornaron de pronto apasionadas, urgentes y calurosas. El círculo español que casi nunca sirve más de una docena de pollos al día, comenzó a pedir más y más aves de refuerzo a Santiago, para alimentar a los políticos hambrientos que discutían hasta el alba. Todo culminó el sábado anterior a la elección, cuando el concesionario hizo cocinar y servir cerca de 400 pollos. Las camas, los taxis, los cigarrillos y hasta el pan todo se fue poniendo más escaso a medida que la elección se acercaba…”.

La ciudad se convulsionó, pero también se remeció con algunos incidentes o conatos de pugilismo entre partidarios de uno u otro candidato, amén de desfiles, actos, concentraciones, proclamas por doquier, y una importante artillería cultural que incluyó nombres como Pablo Neruda, los actores Roberto Parada y María Maluenda, folcloristas como Margot Loyola y muchos otros que llevaron gente para uno u otro candidato. Aunque el mundo cultural estaba cuadrado con la izquierda, sobre todo con la candidatura presidencial de Salvador Allende, registrándose numerosas anécdotas de las cuales esta saga de crónicas es solo la punta del iceberg de uno de los sucesos más singulares de la historia política de Chile.