La presidenta comunal Talca del Colegio de Profesores se refiere a los hechos de violencia que recurrentemente se observan en los establecimientos educacionales del país y la ciudad. Un tema que ha vivido personalmente y que, acusa, las autoridades no han asumido de manera integral (texto y fotografía: Rodrigo Contreras Vergara)

En marzo Silvia Cabello cumplió 30 años de labor docente. Hoy trabaja en el Liceo Marta Donoso Espejo, donde es profesora de Lenguaje y Literatura, mismo establecimiento donde estudió. Sin embargo, su carrera docente pudo truncarse el 2014 cuando fue amenazada por un alumno del Liceo Ignacio Carrera Pinto, establecimiento en donde trabajaba.
Estuvo un año con licencia y asegura que no recibió apoyo de los directivos del liceo, debiendo finalmente trasladarse a su actual centro educativo. El estudiante, disconforme por una evaluación, la amenazó de muerte. Esa experiencia la llevó a pensar en dejar la docencia. Pero se repuso y gracias al apoyo de muchas personas decidió seguir adelante.
Entonces, Silvia Cabello, presidenta comunal Talca del Colegio de Profesores, sabe perfectamente de qué estamos hablando. La violencia escolar, especialmente en establecimientos de educación media, se ha hecho habitual desde hace algún tiempo, tanto a nivel nacional como local. El último incidente en Talca ocurrió recientemente en el Liceo Carlos González Cruchaga, cuando un estudiante habría agredido a docentes luego que le fuera negado el permiso para salir del colegio.
¿Cuántos profesores fueron afectados en el incidente ocurrido en el Liceo Carlos González?
“La verdad desconozco la cifra…se hablaba en los medios de comunicación…”.
¿No hay contacto del Colegio de Profesores de Talca con los docentes de ese liceo?
“No, es un colegio particular subvencionado… entonces no existe contacto porque ellos no están asociados a nuestra organización…. La mayor parte de los profesores de los colegios particulares subvencionados o particulares pagados no pertenecen al Colegio de Profesores…”.
La docente comenta que en septiembre del año pasado ocurrió un incidente al interior del Liceo Marta Donoso Espejo. Lo califica de “gravísimo”, donde se produjeron agresiones, con ingreso de personas ajenas al establecimiento. Explica que se trató de “bandas de estudiantes que tienen que ver incluso con el consumo y tráfico de drogas, pero en este caso no tenía que ver con droga, sino que eran líos de falda…tenía que ver con que el pololo le faltó el respeto a otra niña (…) y tomaron venganza al interior del establecimiento. Eso fue lo que pasó”.
¿Cómo se resolvió eso?
“Primero, fue gravísimo porque nosotros tuvimos que incluso suspender las clases en ese minuto (…) Como el portón estaba abierto ingresaron apoderados, ingresaron otras personas que no eran estudiantes de acá y dado el rápido actuar de Carabineros, actuar correcto de Carabineros, pudieron detener a un joven que portaba un arma blanca o algún arma de fuego, que iba a ser uso de ella en toda la trifulca que había…”.
¿Se aclaró si era arma blanca o de fuego…?
“Eso está en tribunales (…)”.
¿Y los alumnos implicados?
“A los alumnos implicados se les hizo un proceso al interior del establecimiento y ya no están acá…”.
¿Cuántos fueron?
“Deben haber sido alrededor de seis o siete estudiantes que estaban involucrados, la mayoría de ellos varones, pero también había mujeres”.
¿Es habitual en el Liceo Marta Donoso Espejo una situación de esta gravedad?
“De las dimensiones que fue ese día…no…fue mucho…una masa de estudiantes…”.
Y antes…
“Antes había habido peleas, riñas, mechoneos en el patio. Y lo otro es que los estudiantes tienen eso del morbo de grabar estos actos de violencia donde una niña o dos atacan a otra, la mechonean, la patean en el suelo y cosas así…pero eran hechos aislados (…)”.
“Qué pasa con el Colegio de Profesores ante este tipo de situaciones…como se ha analizado y qué medidas se han tomado?
“Desde el Colegio de Profesores nosotros hemos manifestado nuestra preocupación por el tema, por la integridad física y sicológica de los estudiantes, de los profesores y también de los asistentes de la educación y de todo el personal en general. Nosotros hemos planteado en las diversas instancias ministeriales específicamente, que hace falta un trabajo, un programa de trabajo al interior de los establecimientos educacionales, pero que surja desde la base, para buscar las estrategias para liberarse de esta problemática que tiene que ver con la violencia…”.
¿No hay programas específicos para tratar el tema de la violencia al interior de los establecimientos?
“No, aquí lo que se hace es derivar a las personas a convivencia escolar y se hacen trabajos…Justamente después del evento que ocurrió el primero de septiembre aquí el día siguiente no hubo clases y se hizo una jornada…”.
Jornada establecida dentro del protocolo o reglamento del colegio o del ministerio…
“Fue por el establecimiento educacional, con autorización del Daem, que se suspendieron las clases…”.
Entonces de parte de las autoridades del ministerio de Educación no hay un programa claro establecido, específico, que enfrente el tema de la violencia…
“Un programa claro contra el tema de la violencia…no”.
Y es eso lo que ustedes están pidiendo ahora…
“Nosotros lo hemos estado pidiendo y lo hemos estado manifestando desde hace mucho tiempo. Pero tiene mucho que ver con la sociedad en la que estamos viviendo, una sociedad conflictiva donde finalmente la resolución de conflictos aprendida es la violencia, contestar la violencia con más violencia…”.
En cuanto a los factores que influyen en la ocurrencia de hechos violentos al interior de colegios, la presidente comunal de Colegio de Profesores apunta a los medios de comunicación y, especialmente, a los juegos de video. “Hay mucha violencia en los juegos de video, donde una persona va en un vehículo y va ganando puntos si atropella a alguien, o si le roba el auto a alguien, cosas así, entonces eso es lo que están jugando nuestros jóvenes, y los jóvenes están muy conectados a todo lo que tiene que ver con lo digital”.
Y la familia…que es un tema que también se menciona habitualmente cuando se habla de este tema…
“Aquí tenemos una base más bien histórica…y yo soy muy feminista…pero tiene mucho que ver con el hecho de que como las remuneraciones no alcanzan y no están alcanzando desde hace mucho tiempo, en algún minuto de nuestra historia la mujer tuvo que salir a ganarse la vida igual que el esposo o su pareja, para aumentar la remuneración familiar y poder satisfacer las necesidades básicas…Entonces hoy nuestros estudiantes están solos, salen en las mañanas solos desde sus casas, muchas veces llegan en la tarde y no hay nadie, llegan a ver televisión o a jugar videos y no hay quién esté controlando aquello”.
Esa es una realidad que no se va a revertir…la mujer se ha ganado su espacio laboral y no va a volver a la casa… ¿Entonces qué hacemos?
“Ahí tenemos algo a destacar porque hemos conseguido hace pocas semanas atrás la ley sobre reducir la jornada laboral a 40 horas, lo que va a permitir en cierta manera de que las familias puedan tener más tiempo juntas, especialmente en las ciudades más grandes donde el tiempo de traslado es enorme (…) Tenemos un problema como sociedad con el tema de la violencia…qué está pasando con nuestros jóvenes (…) El tema de la pandemia hizo que perdieran la disciplina escolar, los hábitos, hoy día estamos luchando en la sala de clases con arrebatos de violencia…Yo vengo llegando hace poco menos de un mes de una larga licencia porque tuve una lesión en un pie y me operaron, y me encuentro en la sala de clases con alumnos con el garabato…a la orden del día, y ya la primera semana un alumno me faltó el respeto con un par de garabatos, y tengo otros profesores que también (…) Hoy día nosotros le levantamos un poco la voz a los alumnos…siéntese bien…y detrás viene el apoderado a quejarse del daño sicológico que le estamos haciendo…”.
Respecto al tema de la pandemia, el Colegio de Profesores manifestó en su momento su reticencia a la presencialidad…y ahora vemos que uno de los factores que se menciona para contextualizar el tema de la violencia escolar es justamente ese periodo en que los estudiantes dejaron de asistir a los colegios… ¿Hay alguna autocrítica de parte del Colegio de Profesores al respecto?
“(…) Lo vamos a seguir afirmando que en momentos de pandemia, cuando el primer año todavía no existía la vacunación masiva, habría sido mucha más la cantidad de personas que habrían fallecido, incluso estudiantes menores de 18 años, producto del Covid. Entonces, entre el mal menor, que es lo que estamos viviendo ahora, que tiene que ver con la desmotivación, con la falta de hábitos, con la falta de ganas de estudiar, con la violencia al interior de los establecimientos, eso lo podemos subsanar en el tiempo, podemos unirnos, aunar criterios, establecer las estrategias de mejora, pero ante la pérdida de un ser humano…qué podemos hacer. Nosotros fuimos súper rigurosos en ese sentido, siempre dijimos que había que postergar y postergar lo más que se pudiera el retorno a clases, a la presencialidad…”.
¿Cuál es el sentimiento de los profesores ante la temática de la violencia en los colegios?
“Nos sentimos sobrepasados y abrumados. Hoy día nosotros, gracias a Dios, no hemos tenido ningún hecho de violencia física al interior de los establecimientos educacionales municipales…”.
De agresión a profesores…
“De agresiones físicas a profesores no las hemos visto…”.
¿Hay cifras de establecimientos municipales sobre violencia escolar?
“No, no existen estadísticas, no existen estudios al respecto. Interesante sería que los investigadores que están haciendo tesis, magister (…) a lo mejor los sociólogos pudiesen hacer un estudio que nos pudieran llevar al final a una estadística y una reflexión…”.
¿Y en el Daem (Departamento de Administración de Educación Municipal) tampoco hay estadísticas al respecto…?
“Lo que se hace siempre que ocurren hechos de este tipo es tratar de bajarle el perfil de la situación, buscar alguna estrategia de mejora, pero es mientras dura la crisis…hacer uno o dos días de reflexión…”.
Pero algo más de fondo usted dice que no hay…y es eso lo que el Colegio de Profesores está pidiendo…
“No hay estrategias, no hay un programa de mejora de la convivencia escolar. Hoy día tenemos estudiantes que tienen dos, tres, cuatro, cinco hojas de anotaciones…En nuestros tiempos eso era inviable (…) Hoy día estamos también amarrados de mano cuando se nos dice, por ejemplo, que un alumno actúa de forma violenta (…) las leyes hoy favorecen al estudiante, por lo tanto, la Superintendencia (de Educación) va a venir a respaldar al estudiante, a la familia, de que tiene derecho a la educación, no obstante haya faltado a la norma, al protocolo, y se hayan hecho todos los procesos. Hay muchos establecimientos educacionales donde se siguen los debidos procesos y finalmente se decide una expulsión de un estudiante que actuó de manera violenta ya sea contra compañero o funcionario, y la Superintendencia los reintegra”.
Insisto, usted menciona a la Superintendencia, está el mismo ministerio, el municipio, el Daem, entonces hay distintas instituciones relacionadas a este tema de la violencia en los colegios… ¿No se han juntado para unir criterios, no ha habido intención de hacer algo más de fondo que es lo que ustedes están pidiendo?
“No…”.
Llama la atención…
“No existe la voluntad…lo que se hace siempre son soluciones parche, soluciones a la chilena. Se vivió la crisis, se vivió el evento, y luego se hacen jornadas de reflexión…”.
Entonces qué pasa con las autoridades… ¿no se le está dando la importancia que debería tener un tema como este?
“Sí, no le están dando la relevancia que tiene…y somos nosotros los que estamos enfrentados acá cada día a la posibilidad de ser agredidos cuando hay un alumno al que uno le llama la atención porque le faltó el respeto a un compañero, le faltó el respeto a otra profesora que está con uno en la sala…Ellos responden de muy mala manera, con groserías, porque saben que tienen quien los defienda (…) Esto tiene que ser un programa, un proyecto, un proceso sistemático en el tiempo. Ahora, nosotros intentamos, porque lo estábamos conversando en el Consejo de Profesores, y hay apoderados que lo autorizan, el registro de mochilas, para evitar que algún estudiante entre con algún tipo de arma…pero legalmente no se puede…atenta contra los derechos del joven…Atenta contra los derechos de ese joven, pero qué pasa con los derechos de los demás de poder estudiar y trabajar en un ambiente libre de violencia. En Estados Unidos, que es nuestro más cercano, existen guardias al interior de los establecimientos educacionales, existen escáner o detectores de metal…”.
Debiera ir para allá usted cree la realidad de los establecimientos educacionales en Chile…con medidas de este tipo…
“Nosotros esperamos no tener que llegar a eso…creo que si no nos aunamos y no establecemos estrategias de mejora para esto…vamos para allá…vamos a llegar a ese nivel…”.
En la comuna de Talca… ¿en qué nivel está el problema de la violencia escolar?
“Yo diría que es grave y en escalada. Al interior de los establecimientos educacionales, si uno hace un catastro, cuando tenemos nuestras asambleas, en todos hasta la fecha ha habido…no sé…una docena de riñas o peleas al interior de los establecimientos”.
Una docena en cada establecimiento…
“En cada establecimiento…estamos hablando de establecimientos de enseñanza media específicamente, donde es mucho más común que los jóvenes resuelvan los conflictos a golpes”.
Con sus 30 años de experiencia, qué siente cuando mira hacia atrás y analiza el tema de la violencia escolar…qué sentimiento le embarga…
“Yo estudié acá mismo, en este establecimiento educacional, y a nosotros, a ninguna de mis compañeras, éramos solo mujeres, se nos hubiese ocurrido levantarle la voz o faltarle el respeto a un profesor porque eso nos significaba no solo una sanción interna sino también una sanción en la familia (…) Si yo miro hacia atrás no puedo decir como en el poema ‘todo tiempo pasado fue mejor’. Había cosas buenas y también había cosas malas. Yo siempre he sido una convencida de que el aprendizaje va muy de la mano con la disciplina (…)”.