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Entrevista: “Patricio Lynch fue clave en la Guerra del Pacífico”

En “La sombra de Patricio Lynch”, Guillermo Parvex explora el complejo escenario que siguió a las victorias nacionales en las batallas de Chorrillos y Miraflores de la Guerra del Pacífico (por Mario Rodríguez Órdenes)

Guillermo Parvex Canales en 2014 publicó “Un veterano de tres guerras”, que se convirtió en un éxito editorial.

“En una Lima devastada, el contralmirante Patricio Lynch –escribe Parvex– asume el desafío de mantener el orden y negociar una salida al conflicto. Sin embargo, el descontento de la población crece, alimentado por los abusos y la corrupción del coronel Ambrosio Letelier. Junto a Lynch está José Antonio Silva Montt, su espía de confianza, un hombre marcado por un pasado tormentoso y con un profundo conocimiento de la sociedad peruana de la que formó parte por años. Silva se adentra en los círculos más poderosos de la resistencia y las guerrillas, tejiendo una telaraña que será clave para cumplir la misión del contralmirante”.

Guillermo Parvex Canales (Santiago, 1954) es licenciado en comunicaciones y postgraduado en comunicación estratégica. Es miembro de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía.

En 2014 publicó “Un veterano de tres guerras”, que se convirtió en un éxito editorial. Entre sus libros destacamos: “Servicio Secreto en la Guerra del Pacífico” (2017) y “El rey del salitre que derrotó a Balmaceda” (2020).

Guillermo, ¿cómo surge su interés en escribir “La sombra de Patricio Lynch”?

La figura de Patricio Lynch -no obstante, sus grandes dotes de marino, militar, diplomático y político- no ha sido lo suficientemente destacada por la historiografía, siendo su trayectoria muy interesante. Patricio Lynch fue clave en la Guerra del Pacífico. Creo que ese fue el principal interés en hurgar en esta etapa de la Guerra del Pacífico”.

 ¿A qué fuentes recurrió?

Archivos del Ministerio de Guerra y Marina, memorias del propio Patricio Lynch, prensa peruana y chilena de la época y un gran cúmulo de información que había obtenido hace una década cuando escribí mi libro ‘Servicio secreto chileno en la Guerra del Pacífico’”.

 ¿Cómo armó al protagonista José Antonio Silva Montt?

No necesité armar una figura literaria, pues lo retraté tal como fue en la vida real. Más que armar, tuve que reconstruirlo mediante la documentación estudiada, principalmente cartas y memorándums del gobierno de ocupación en Perú. José Antonio Silva Montt es, de por sí, un personaje apasionante que no requirió entrar en ficciones o elucubraciones para darlo a conocer”.

¿Cómo calificaría la ocupación chilena de Lima?

La ocupación chilena de Lima tuvo varias tareas paralelas: poner en marcha un país paralizado por la guerra; contener los brotes de insurrección guerrillera; frenar los ímpetus de Estados Unidos por apropiarse de las salitreras de Tarapacá y buscar un interlocutor para negociar la paz, que era tarea prioritaria para La Moneda. Todo indica que Lynch realizó de la mejor forma posible estas cuatro grandes tareas, lo que incluso fue reconocido en el mismo Perú”.

 ¿Qué antecedentes hay de los excesos del coronel Ambrosio Letelier?

En el libro se deja en claro cuáles fueron estos excesos. Básicamente el cobro de altas contribuciones de guerra y el pago de comisiones para quienes las cobraban. Todo esto en el contexto de la primera expedición militar a la sierra peruana en 1881. Todo ello está claramente documentado en un sumario y en un juicio que se le siguió posteriormente en Chile, cuando Lynch le quitó el mando y lo envió preso a Santiago”.

¿Cuál era la misión de Lynch en Lima?

La misión que le entregó el presidente Aníbal Pinto fue gobernar el Perú ocupado por Chile. Su cargo se denominó ‘Jefe político y militar del Perú’ y las cuatro misiones básicas fueron poner en marcha administrativamente ese país, mantener el orden en las zonas ocupadas, la búsqueda de un interlocutor con quien negociar la paz, que era prioritaria para el Gobierno de Chile, y lograr que el Perú se autosostuviera económicamente, para evitar un desfonde de la caja fiscal chilena”.

También lo fue firmar la paz entre Chile y Perú. ¿Qué dificultades tuvo para lograrlo?

Chile, luego de la ocupación de Lima, se propuso devolver todos los territorios ocupados desde la frontera con Ecuador hasta el río Sama, al norte de Tacna. Sin embargo, había una decisión unánime entre el ejecutivo y el congreso chileno: que la provincia de Tarapacá debería permanecer a perpetuidad bajo el dominio chileno. La riqueza de Tarapacá hizo que diversos caudillos peruanos se opusieran a ello…ahí entra el Lynch diplomático y astuto en gobernar”.

¿Qué dificultades puso Estados Unidos?

Pocos meses antes que Lynch llegara a Lima, el presidente Aníbal Pinto había autorizado el funcionamiento de un gobierno provisional peruano, encabezado por García Calderón, al que incluso dotó de un pequeño ejército y de un territorio neutral en La Magdalena, en las afueras de Lima. García Calderón estaba dispuesto a negociar la paz con Chile, cediendo Tarapacá. Sin embargo, Estados Unidos lo convenció que no lo hiciera, ofreciéndole incluso respaldo militar, para lo cual García Calderón emitió un decreto entregando a perpetuidad el puerto de Chimbote a Estados Unidos para instalar una base naval. Lynch, a través de su servicio de espionaje, recibió esta información y envió de inmediato uno de los blindados chilenos hacia Chimbote. Cuando las naves de guerra norteamericanas llegaron hasta allí, se encontraron que el puerto estaba en posesión de la Marina de Chile, en actitud de combate…dieron media vuelta y regresaron a sus apostaderos en Panamá”.

 ¿Qué quería Estados Unidos?

Estados Unidos, a través de su secretario de Estado y de su ministro Plenipotenciario en Perú, hicieron varias ofertas a García Calderón, Lizardo Montero y otros caudillos peruanos. La primera fue que se convirtieran en un estado asociado de Estados Unidos, otra en un protectorado de Washington. Todo ello a cambio de liberarlos de los chilenos y que se retiraran del Perú sin necesidad de ceder Tarapacá. Pero esta generosidad norteamericana no era tal, pues todas las propuestas tenían como moneda de cambio la explotación norteamericana del salitre y guano de Tarapacá por veinte años. La astucia y habilidad de Lynch permitió desbaratar todos estos subterráneos intentos norteamericanos”.

¿Cómo fueron los últimos años de Patricio Lynch?

Tras la firma del Tratado de Ancón y el regreso de las fuerzas chilenas del Perú, en agosto de 1884, Lynch fue tentado para diversos cargos políticos, incluyendo ser candidato a la Presidencia de la República, pero los declinó. El 24 de septiembre fue designado por el presidente Santa María como ministro plenipotenciario de Chile en España, atendiendo a sus relevantes condiciones de diplomático y a sus buenas relaciones con los súbditos españoles que demostró durante la Guerra del Pacífico. En ese momento, Lynch también presentaba síntomas de una enfermedad, por lo que se consideró que su viaje al continente europeo le permitiría consultar a médicos de prestigio. Durante la gestión diplomática en España, generó muy buenas relaciones con el gobierno español (deterioradas tras la guerra chileno-española de 1866). También, estando en Madrid organizó el Servicio Consular. Su misión en este país fue un éxito y gracias a las grandes atenciones, así como la confianza ganada, el gobierno español le concedió la Gran Cruz del Mérito Naval y la Orden de Carlos III. A fines de 1885, por sentirse debilitado de salud, solicitó al presidente Santa María ser relevado de sus funciones, lo que le fue aceptado en abril del año siguiente. Se embarcó con destino a Chile el 11 de mayo de 1886 y dos días después falleció en su camarote, víctima de un cáncer hepático”.

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