¿Qué hizo la justicia?
Por estimar que la libertad del imputado constituye un peligro para la seguridad de la sociedad y la víctima, el Juzgado de Garantía de Talca –a petición de la fiscalía- decretó la medida cautelar de prisión preventiva –en la cárcel de Curicó- para un sujeto adulto formalizado por el grave delito de abuso sexual infantil de su propia hija.
¿Desde cuándo ocurren los hechos?
Según el relato de la víctima, nacida en enero de 2007, los hechos de connotación sexual venían ocurriendo desde que tenía apenas siete años. En su testimonio entregado a la PDI, en compañía de su madre, la joven -que actualmente tiene 14 años- relató que su padre comenzó por realizarle tocaciones cuando ambos se quedaban en su casa, ubicada en una zona rural cercana a la ciudad de Talca.
¿Los ataques sexuales se fueron agravando?
La versión de la víctima fue que, con el paso del tiempo, las agresiones sexuales fueron cada vez más prolongadas y graves, pasando de tocaciones sobre la ropa a otros hechos aberrantes hechos de la misma connotación. A la vez, la denunciante sostuvo que el último ocurrió hace un mes, motivando la denuncia del caso criminal.
¿Qué planteó la fiscalía?
Hace un mes, la fiscalía había solicitado la medida cautelar de alejamiento del imputado respecto a la denunciante. Pero ahora la situación cambió, según explicó el fiscal, José Luis González, en razón de la investigación que llevó a cabo la PDI y, especialmente, debido a la declaración realizada por el propio detenido.
¿Cuál fue la declaración del imputado?
El fiscal González explicó que el imputado confesó los delitos e incluso entregó detalles de particular gravedad, añadiendo que se definió como un consumidor de drogas y adicto a la pornografía, además de realizar actos de exhibicionismo sexual. El persecutor añadió que el sujeto afirmó que no puede controlarse cuando se acerca a su hija y que aprovechaba los momentos en que estaba a solas con la menor de edad.
¿Qué respondió la defensa?
El abogado, Humberto Paiva, de la Defensoría Penal Pública, sostuvo que el imputado no tiene condenas previas y que su confesión es una colaboración con la investigación, añadiendo que no existía peligro para la víctima atendida la primera medida cautelar vigente. Pero esos argumentos fueron desestimados por la jueza, Isabel Salas, del Juzgado de Garantía de Talca, quien limitó en seis meses el plazo de cierre de la investigación.