Marta Guzmán Núñez tiene 81 años y dos teléfonos celulares. Llegó al sector, hoy Villa Tabunco, al nororiente de Talca, antes que llevara ese nombre, cuando no había casas y el ramal a San Clemente aún funcionaba y pasaba cerca. En esos años no existían los celulares, por supuesto. Recuerda que su primer móvil, uno de esos “ladrillos” que hoy no abundan pero que, justamente, se esconden en las manos de los adultos mayores, se lo regalaron el 2014 para su cumpleaños.
Uno de los celulares lo usa para escuchar música; también para sacar y ver fotos. El otro, el último, también regalo de sus hijas, es para recibir y hacer llamados. Los saca de la cartera y sus dedos se deslizan por las pantallas sin dificultad, como una experta. Marta no le teme a la tecnología. Además, le gusta hacer cosas. Es parte de la comunidad cristiana del sector y secretaria en el grupo de adultos mayores. Muy activa. Eso ayuda a la hora de acercarse al mundo de los celulares. No lo pensó dos veces cuando le comentaron del curso de capacitación digital gestionado por la junta de vecinos del sector. Espera poder aprender muchas cosas para las que habitualmente le pide ayuda a sus hijas.
“Dicen que hago buenas fotos”, acota Marta con un entusiasmo envidiable.
Germán Gajardo, presidente de la junta de vecinos, confirma que, al igual que Marta, los adultos mayores de la Villa Tabunco son muy participativos. La convocatoria fue un éxito. Se inscribieron 46 personas, la mayoría mujeres. Debió separar el curso en dos grupos.
Gajardo está jubilado. Tiene 73 años. En sus años laborales tuvo que meterse un poco por obligación en el mundo de la computación. Y tenía un celular con el que solo recibía y hacía llamados. Pero sabe que en la actualidad un celular es una herramienta muy útil. A través de la conexión a internet se pueden realizar una infinidad de trámites. De hecho, una de las primeras tareas que realizaron en el curso fue consultar en el sitio del Servel su local de votación para el plebiscito.
Hace 5 años que Nelson Fernández Andrade, de 78 años, tiene celular. Admite que lo utiliza para hacer y recibir llamadas. Por eso se inscribió. Quiere aprender “al máximo”. Es dirigente social y supone que un mejor manejo con el celular puede ayudarlo en esa función. En el curso se enteró que lo habían cambiado de local de votación.
BRECHA
“Hay una brecha significativa en términos digitales entre los adultos mayores”, reconoce Javier Jiménez, profesor a cargo del curso, de la Fundación Tejido Social. Un déficit que se explica, fundamentalmente, por el nivel de ingresos, ruralidad y, claro, la edad. Sin embargo, argumenta, cada día la tecnología es más accesible. A lo que se suma una muy buena disposición de los adultos mayores a la hora de enfrentarse a la tecnología. Durante el curso, precisa Jiménez, los alumnos aprenderán, por ejemplo, a realizar trámites con la Clave Única, transferencias bancarias, a usar el correo electrónico, a pedir un taxi a través de una aplicación.
Javier tiene 27 años. Está terminando la carrera de ingeniería comercial en la Universidad Católica del Maule. Su abuela vive en el campo y no está interesada en la tecnología ni en los celulares. Habla mucho con ella y entiende que hay adultos mayores que, simplemente, no van a entrar al mundo digital. Su abuela prefiere sus plantas y disfrutar de la vida de campo. No le hablen de aplicaciones y de navegar por internet.
Como mi madre que sigue con su celular “ladrillo”. Costó un mundo que sacara el teléfono fijo. Ni siquiera le he hablado de comprarse uno moderno. Le consulté en el sitio del Servel si le habían cambiado el local de votación. También alguna vez le pedí una hora médica. Definitivamente, hay abuelos que no se van a sumar a la tecnología.
Lo valioso es que muchos sí se han interesado, se han comprado un celular o se lo han regalado, y quieren aprender a usarlo y aprovechar las muchas opciones que entrega. En una sociedad que envejece, que, a veces, excluye a los viejos, la tecnología, bien utilizada, puede ser una buena herramienta de conexión para este grupo de personas. Comunicar y comunicarse para sentirse menos solos.
PROYECTO
La junta de vecinos de la Villa Tabunco postuló el proyecto del curso de capacitación digital para adultos mayores a recursos gestionados por la Secretaría General de Gobierno. Les fue bien, adjudicándose un monto de un millón 798 mil pesos para la materialización de la iniciativa. Con dicho monto compraron un data, un computador y una impresora, entre otros insumos necesarios para desarrollar el taller y que quedarán para futuras actividades. También se pagará al profesor a cargo del curso, perteneciente a la Fundación Tejido Social.
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