Para estas largas vacaciones de invierno, organice el tiempo para jugar y crear con los niños(as), proponga alternativas entretenidas y económicas que solo necesitan imaginación y espacio para desarrollarse, pero que a la vez inspirará al fomento de una sana diversión y cuidado del medioambiente iniciando una posible cultura ecológica.
Recordemos que los niños(as) necesitan de elementos sencillos que sirvan para sus propósitos, se recomienda utilizar materiales de desecho, ya que posibilitan la experimentación sin límites y desarrollan habilidades creativas e imaginativas.
Recolecte materiales en una caja como: tubos de papel higiénico, envases de yogurt, cajas de té, de pasta de dientes, botellas plásticas, entre otras. A la hora de jugar, podrán permitir la construcción de artefactos, reproducir juguetes o inventar, e incluso armar diferentes ambientes. Agregue restos de cartulinas o papeles, tijera, pinturas, pegamento o cinta adhesiva.
En la misma línea del reutilizado, utilice ropa en desuso y podrán diseñar disfraces de personajes conocidos o inventados, como: superhéroes con capas, personajes de cuentos o de películas, profesiones u oficios, seres mitológicos, robots, zombis, máscaras, antifaces, peluquines, turbantes. Complementar con sombreros, cinturones, zapatos, sábanas, bufandas y pañuelos. Para la elaboración sume bandas elásticas, pinzas de ala o cinta adhesiva.
Estos momentos los pueden acompañar de música, que actúa sobre el cerebro estimulando mayormente la imaginación, el relajo, incluso les transportará a lugares diferentes.
Importante es evitar el exceso de límites a hora de elaborar y jugar, deje que los niños(as) disfruten al máximo de sus juegos y los espacios en casa. Merecido después del gran cambio y tensión que provocó la vuelta a la vida escolar después de dos años en cuarentena. El juego es la mejor vía de contención para mantener un sano equilibrio en el desarrollo de los niños(as).
Dra. Sandra Castro Berna
Académica
Escuela de Educación Parvularia
Universidad Católica del Maule