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Álvaro Garrido nuevo presidente del Consejo Regional de Bomberos: “Estamos más atrás que otras regiones en la inversión pública en Bomberos”

¿Cuál es su trayectoria en Bomberos?

“Yo ingresé en el año 2003 a Bomberos. Soy de profesión ingeniero en prevención de riesgos y trabajo en Arauco para el transporte y camino en la región. También me desempeñé en la Mutual de Seguridad. Mi vida laboral es bien ajetreada, pero me permite viajar por toda la región, lo cual me facilita ir conociendo otras realidades y tener un contacto con cuerpos de Bomberos de distintas comunas. Soy bombero operativo y todavía cumplo con roles de guardia nocturna, así como también me corresponde acudir a emergencias. Tengo región 18 años de antigüedad en la institución y, por ello, en el directorio nacional, soy uno de los más jóvenes”.

¿Toda su trayectoria ha sido en Constitución?

“Por un año pertenecía a la Primera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santa Cruz. Y en Constitución soy actualmente voluntario de la Segunda Compañía”.

¿Cuáles son sus desafíos al asumir la presidencia del Consejo Regional de Bomberos? ¿Es vital perseverar en la generación de proyectos?

“En la región tenemos un alto grado de exposición actualmente a los incendios forestales o de interfase, tanto por efectos de la sequía como lo que vivimos el año 2017 con los incendios clase seis más grandes del mundo. Y no estamos ajenos a que esas emergencias vuelvan a ocurrir. Hoy día debemos preocuparnos mucho de cómo mejorar los sistemas de comunicaciones entre los cuerpos de bomberos, activando las redes digitales, para poder mantener activos los apoyos en caso de emergencias reales y dantescas como las que hemos vivido”.

¿Cuál es su evaluación respecto al tema recursos?

Lo otro principal es el incentivo que hay que realizar para obtener más recursos como región. Hace poco me tocó participar en una asamblea nacional y da envidia sana ver cómo otras regiones obtienen más recursos a través de sus gobiernos regionales, muy alejados de lo que ocurre en el Maule. En ese sentido, estamos más atrás. No es culpa de las autoridades a cargo, sino que también nosotros, como institución, no hemos sabido plantear las necesidades que tenemos e ir presentando proyectos año a año para ir gestionando recursos”.

¿Qué piensa hacer para afrontar esa situación?

“Es un tremendo desafío establecer una mesa de trabajo con la nueva Gobernadora Regional, Cristina Bravo, para ver cómo ir financiando proyectos de piezas de material mayor y mejoramiento de infraestructura para los voluntarios”.

¿Cuál es su diagnóstico en cuanto a la infraestructura? ¿Ha visto casos dramáticos?

“En Bomberos nos preocupamos mucho de salir a terreno. Lo primero que compramos para instalar una compañía es la ropa institucional y un carro bomba. Aunque sea un galpón o donde sea, ponemos el carro bajo techo y nos comenzamos a hacer llamar como compañía. Por ello, nos despreocupamos del bienestar del voluntario al interior de esos cuarteles. Tenemos cuerpos de Bomberos en la región que no tienen ni siquiera un cuartel general. Y pongo el caso de Cumpeo, en Río Claro. Ellos tienen un galón y el cuartel es una casa prefabricada. Y eso es injusto para los voluntarios”.

¿Qué se busca al mejorar la infraestructura?

“Creo que no solo nos debemos entregar al servicio, sino que también debemos entregar a los voluntarios condiciones adecuadas para su bienestar, para permanecer en las instalaciones, realizar guardias nocturnas y capacitaciones en lugares cómodos. Eso es dignificar la labor de los bomberos. Nosotros no queremos sueldos, queremos condiciones para estar en un servicio adecuado para la comunidad”.

¿Este plan de inversiones que usted piensa generar con la Gobernación Regional pasa también por aportes de la Junta Nacional?

“Por supuesto. Los proyectos de infraestructura que se gestionan a través de los gobiernos regionales siempre vienen con aportes de la Junta Nacional de Bomberos. Son cofinanciamientos. Lo que queremos presentar es una propuesta a cuatro años que incluya la incorporación de un carro bomba por cada Cuerpo de Bomberos en tres años, es decir, 30 carros nuevos. Y también la postulación a proyectos para dos cuarteles por año. Eso incluyendo los proyectos de los carros telescópicos para las capitales provinciales de Talca, Curicó, Linares y Constitución. En esto, quiero subrayar que no es que solo Talca necesite un carro telescópico. Estamos hablando de una inversión significativa”.

¿Es correcto que respecto a infraestructura la institución cuenta con diseños propios de cuarteles adaptados a distinta escala de dotación de voluntarios con el mismo estándar? ¿Esto facilita la gestión del financiamiento?

“Claro. Esos diseños los realiza la Junta Nacional y se adaptan tanto a la cantidad de bomberos y carros. Existen cuatro diseños que se pueden postular. Hoy lamentablemente los valores de los materiales de construcción están bastante elevados, lo cual impacta en el gasto de fondos públicos. Pongo el ejemplo del Cuerpo de Bomberos de Constitución, el cual tiene un proyecto aprobado desde 2020 en fase de licitación adjudicada a una empresa, pero a la fecha no ha podido comenzar obras, porque se requiere de un 25% más del monto inicial, debido al alza de los materiales. Ese financiamiento extra de 102 millones de pesos los queremos gestionar con la municipalidad”.

Los incendios forestales sabemos que van a ocurrir todos los años, pero en esta temporada se ha agudizado la sequía y es un factor que será clave, porque anticipa lo peor. ¿Cuál es la perspectiva desde el punto de vista bomberil?

“Sabemos que Conaf ya no da por terminadas las temporadas de incendios al llegar el invierno, porque si bien las condiciones cambian, el riesgo sigue presente. Por ello, permanecen brigadas activas todo el año y esas son las que han tenido que trabajar en las emergencias. En el borde costero hemos tenido seis principios de incendios forestales y se presume que la temporada va a partir en septiembre”.

Bomberos no combate los incendios forestales propiamente tal sino que resguarda zonas pobladas en la denominada interfase. ¿Son ustedes la última defensa entre las vidas y bienes de las familias y las llamas desatadas?

“La mística de Bomberos es salvar vidas y bienes. Lo que está ocurriendo actualmente es que el fenómeno de la parcelación está poblando muchas zonas rurales. Como efecto de la pandemia, probablemente, mucha gente se está radicando en parcelas que antes eran campos agrícolas. Eso significa una expansión demográfica en zonas donde tenemos dificultades para acceder con nuestros carros bomba que utilizamos en las ciudades. Estos caminos son angostos, con puentes que no soportan alto tonelaje. Por ello, debemos pensar un cambio de estrategia en cuanto al tipo de material rodante para combatir incendios de interfase”.

¿Qué modelo sería eficiente y de menor inversión que pensar en carros especiales con toda la complejidad administrativa que ello significa?

“Estoy hablando de carros de menor envergadura que sean de mejor maniobrabilidad por estos caminos. Estoy pensando en lo que se hizo en la región de Ñuble con camionetas de primera intervención, las cuales no significan una gran inversión y permiten adaptarse de mejor forma a estos terrenos, con una respuesta más ágil y eficiente”.

¿Y el bombero profesional está capacitado para enfrentar un incendio forestal?

“Recordemos que los incendios forestales no se apagan con agua, sino con estrategias de combate que se desarrollan desde los puestos de comando, donde trabajan distintas instituciones coordinadas, con el uso de herramientas de mano y apoyo aéreo. Pero nosotros como bomberos somos muy usadores de agua, pero capacitación para incendios forestales tenemos poco. Existen algunas compañías entrenadas, con uniformes especiales y experiencia en las líneas de combate. Pero son pocas. Entonces, es otro desafío incorporar estas capacitaciones y el equipamiento necesario para afrontar estas emergencias”.

¿En qué se traduce el cambio de rol del bombero actual que ya es un profesional de la emergencia?

“Para ejercer ese rol es fundamental tener continuidad en la capacitación de los bomberos, proceso que debido a la pandemia se ha visto un poco disminuido, especialmente, al momento de afrontar la parte práctica. Eso ha sido complejo, porque hemos priorizado minimizar los riesgos de contagio para mantener la operatividad de nuestros servicios. No podemos tener bomberos contagiados o compañías con muchos contactos estrechos porque eso nos limita la salida a las emergencias. Todo esto, pensando que hoy los bomberos cumplen un rol estratégico en nuestra sociedad, donde se capacitan en nuestra academia nacional con una malla curricular muy similar a una carrera profesional, con evaluaciones exigentes y un sistema moderno, además de centros de entrenamiento con alta tecnología. Todo esto para que el bombero sea un profesional de la emergencia”.

¿Qué mensaje le entrega usted a la comunidad pensando que actualmente se valora mucho a Bomberos como institución y a los voluntarios? ¿Cómo se entiende que coexista esa valoración y, al mismo tiempo, que los bomberos sufran agresiones por demorarse en llegar a las emergencias cuando no depende de ellos que las calles tengan alto tránsito?

“Lamentablemente estos problemas se han suscitado en Talca y en Curicó, con agresiones a los voluntarios. Es muy lamentable, porque nosotros vamos a ayudar y, además, hay que entender que los voluntarios se desplazan desde sus domicilios y trabajos hacia los cuarteles. A su vez, la pandemia ha significado que la gente prioriza la locomoción particular, lo cual termina en una mayor congestión de tránsito. Y, además, nosotros hemos reducido la presencia de voluntarios en los cuarteles para evitar contagios. Todo esto ha significado que la respuesta sea más lenta, pero solo un poco. Que la gente entienda que hemos debido cambiar nuestras formas de trabajo, para adaptarnos a esta nueva realidad”.

¿Existe otra situación que les preocupa actualmente al momento de concurrir a algún llamado?

“Nos tiene súper preocupante los hechos delictuales de los que hemos sido víctimas. Una cosa es sufrir una agresión de parte de una persona que se encuentra en estado alterado de su consciencia, debido a lo que está viviendo en el lugar, porque solo entiende que la ayuda no llega. Eso es un efecto psicológico. Pero los robos no son por consecuencia de la emergencia. Eso ocurre porque existen personas que quieren causar un daño. Hemo sufrido robos en los carros, en los cuarteles o en los vehículos de los voluntarios. Entonces, el llamado es a cuidar a los que nos vienen a ayudar. Nosotros necesitamos que la ciudadanía nos cuide y nos apoye”.

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