¿Qué se espera de la participación electoral entendida la obligatoriedad de la votación? ¿El elector ha entendido esta responsabilidad?
«Lo lógico de manera institucional sería pensar que la participación debería ser cercana al cien por ciento. Esta es la primera vez que nos enfrentamos a un escenario en el que la inscripción va a ser automática y el voto obligatorio.
Mucho se habla en Chile de que estamos volviendo al voto obligatorio y eso es cierto pero no lo estamos haciendo en iguales condiciones de lo que fue el periodo previo al 2012 cuando se implementó el voto voluntario, que era con inscripción voluntaria y voto obligatorio. Por lo tanto, la estimación de participación se va a enfrentar a un problema de sobre declaración, que la gente en las encuestas va a decir que va ir a votar pero en la práctica no lo va a hacer, lo que realmente va a determinar la participación electoral va a ser la percepción que exista sobre las sanciones asociadas con no ir a votar. Si la gente percibe que esas sanciones se van a hacer efectivas, entonces lo más probable es que la participación sea alta.
De todas formas la participación, al menos en las encuestas, se estima entre un 60 y un 70 por ciento del padrón electoral, lo cual sería mucho más alto que todos los últimos procesos electorales e incluso el plebiscito de entrada y la segunda vuelta presidencial del año pasado.
¿Qué aspectos son los que podrían inclinar la balanza hacia el Rechazo y, también, hacia el Apruebo?
«Voy a partir con el Apruebo; va a ser muy importante ahí cual va a ser la composición de la participación electoral. Si es que el Apruebo realmente es capaz de movilizar a las mismas personas que fueron a votar por Boric en la segunda vuelta presidencial del año pasado que son fundamentalmente de la región Metropolitana, de estratos socioeconómicos más bien bajos y ellos son en definitiva los que van a definir la elección. Ellos salen a votar en masa y eso favorece por supuesto a la opción del Apruebo.
En el caso del Rechazo, lo que podría inclinar la balanza hacia su opción es precisamente el componente transversal, por eso lo que estamos viendo es una campaña en la que el Apruebo está tratando de impulsar lo que significa el texto constituyente, lo que significa el contenido programático. Mientras, la campaña del Rechazo lo que está haciendo es más bien tensionar en torno a esta idea del miedo a la esperanza que se refleja en el amor versus el odio, en una Constitución que une versus una Constitución que divide. Un argumento -si uno lo quiere ver así- mucho más emocional, precisamente para capturar esos indecisos que son personas, más bien de clase media, clase media baja y que no pertenecen a partidos políticos o que no tienen una clara ideología detrás.
¿Es correcto que la popularidad del Presidente está asociada a la opción del Apruebo?
«Cuando uno revisa las encuestas, cada uno de los movimientos que ha tenido la variable de aprobación presidencial con la variable de intención de voto por el Apruebo van efectivamente de la mano. Cada vez que disminuyen los atributos de gestión del Presidente. disminuye también la probabilidad o la intención de voto por el Apruebo.
El riesgo para el Apruebo es que esta elección se transforme en una especie de rendición de cuentas, en una accountability de la gestión presidencial más que de una elección del texto en sí mismo, y el propio Presidente también lo que ha tratado es precisamente empujar la participación, empujar la intención de voto en aquellos sectores donde a él le fue bien en la segunda vuelta presidencial.
¿Es relevante que una de las opciones gane en forma rotunda el 4 de septiembre? ¿De ello depende que el mundo político cumpla con la promesa de reforma si gana el Apruebo?
«Sí, es relevante que alguna de las opciones gane de manera rotunda, pero es poco probable que alguna de las opciones gane de manera rotunda, al menos con lo que estamos viviendo hasta el momento en las encuestas. Naturalmente existe siempre un factor de sorpresa y ese factor de sorpresa va a estar condicionado por la participación, pero de alguna forma le da más legitimidad ya sea a la opción del Apruebo y por ende al texto constituyente o la opción del Rechazo y al inicio de un nuevo proceso constituyente, si es que gana con una diferencia de votos de manera considerable.
¿Qué rol jugará el Congreso si gana el rechazo y se cumple el camino propuesto por el Presidente de realizar un nuevo proceso constituyente?
«No creo, sin embargo, que eso condicione la promesa hacia el futuro. Al menos cuando uno analiza los datos de las encuestas, lo que se observa es que la mayoría del país sea de la opción del Apruebo o de la opción del Rechazo está de acuerdo con que si el texto se aprueba necesita modificaciones o si el texto se rechaza se necesita un nuevo proceso constituyente. Por lo tanto, sí, el 5 de septiembre ya sea que gane el Apruebo o que gane el Rechazo vienen cambios, vienen modificaciones y viene una agenda política en términos de discusión en el Congreso. La tensión se va a trasladar precisamente al Congreso, viene una discusión muy fuerte ya sea por levantar una nueva modificación al texto constituyente si gana el Rechazo para iniciar un nuevo proceso constituyente o para hacer las modificaciones al texto que han comprometido los partidarios de gobierno. Recordemos ahí que la coalición de gobierno tiene solamente 67 votos y necesita 88 para poder impulsar las reformas que quiera al texto, por lo tanto, va a haber ahí un trabajo muy intenso en términos de convencer si es que eventualmente gana el Apruebo a otros legisladores de otras bancadas de hacer esos cambios o modificaciones».
¿En su opinión es real que la actual Constitución es ineficaz y está superada por las actuales formas de hacer política?
«En general existe siempre una tensión al momento de hacer diseños institucionales entre dos aspectos, por un lado está la estabilidad y por otro lado está la representación y siempre se dice que esas dos variables son inversamente proporcionales, que mientras más estables somos, menos representativos somos y que mientras más representativos somos menos estables somos. Y lo que demuestra la Constitución actual es que está dentro del esquema de la estabilidad y eso lleva precisamente a cierto nivel de rigidez institucional, que en los últimos años ha producido un aumento significativo en la desafección política y en ese sentido tiene aspectos que por supuesto son negativos y que requieren ciertas modificaciones. Ahora el nuevo texto constituyente es todo lo contrario, es más representación, sí, pero a cambio con una estructura mucho más flexible y con cambios posibles hacia adelante que en algunos casos representan serios riesgos para la institucionalidad en Chile. Entonces, tiene aspectos positivos y tiene aspectos negativos».
¿Qué aspectos cree que son los más cuestionados y valorados de la propuesta constituyente?
«Ahí depende, en términos de debate académico probablemente lo del sistema político y el sistema judicial sean los aspectos más criticados del proyecto constituyente y desde el punto de vista más de la ciudadanía algunas cuestiones relacionadas también con el poder y las atribuciones de los pueblos originarios y en términos de valoración esta es una de los proyectos de constitución más garantistas del mundo. Garantiza 107 derechos para la población lo cual la instalaría como un caso inédito a nivel mundial. Entonces, si bien la parte de los derechos sociales por supuesto que tienen alto nivel de valoración, la parte de los derechos políticos y de los sistemas institucionales más bien ha sufrido cuestionamientos».
¿Qué grupos de edad son más adeptos al Apruebo y al Rechazo? ¿Es una lucha generacional?
«Por lo general lo que se espera es que si la participación es alta en los grupos socioeconómicos más bajos y en las personas más jóvenes, eso favorecería la opción del Apruebo. Mientras que si los que votan son las personas de mayor edad y de niveles socioeconómicos medios o altos, lo más probable es que tenga más chance el Rechazo. Pero eso lo vamos a conocer solamente el día de las elecciones».
¿Más allá del resultado del plebiscito qué piensa del rol que está jugando las redes sociales en este proceso constituyente?
«Se ha levantado de manera inédita una suerte de interés por hacer esta suerte de chequeo rápido que muchas veces está vinculado –de manera implícita- con una de las dos opciones. Las redes sociales en general lo que hacen, más que convencer a una persona de que se cambie de una opción a otra, es convencer a las personas que se encuentran indecisas por una opción de, en definitiva, votar o no por esa opción.
El público de redes sociales particularmente de Twitter es un público muy polarizado. Muy convencido, muy politizado por lo tanto no necesariamente es representativo de la sociedad en su conjunto. Pero sí, en este tipo de cuestiones, las redes sociales actúan como una caja de resonancia frente a ciertos problemas y permiten aumentar el alcance de las noticias, tanto favorables como desfavorables para cualquiera de las dos opciones».