¿Qué está ocurriendo?
Con el inicio del año escolar el 2 de marzo pasado quedó al descubierto que la oferta de locomoción colectiva en Talca era evidentemente inferior a la demanda, por cuanto a partir de esa jornada salieron a la calle 21 mil niños de la educación pública que, lamentablemente, tuvieron que esperar largo rato para viajar hacia sus liceos o colegios, pero también hubo quienes tuvieron que caminar ante la inexistencia de microbuses circulando por sus villas o poblaciones.
¿A qué se debe?
El fenómeno tiene -como principal explicación- la falta de choferes para conducir los microbuses. Los empresarios del transporte mayor dicen tener disponibles sus máquinas, pero no cuentan con trabajadores, por cuanto muchos de ellos -comentan los dueños de las máquinas- se abocaron a otras labores, jubilaron o bien no quieren volver a trabajar. Ello se explicaría por el peligro de contagiarse con estas labores, pero también porque la pandemia obligó a ajustar estos servicios al mínimo, atendida la escasa movilidad debido a las cuarentenas.
¿Y qué hacer entonces?
La temática fue afrontada este lunes por el alcalde de Talca, Juan Carlos Díaz, quien se reunión con autoridades regionales de Transportes y empresarios, tanto de microbuses como de taxis colectivos. El jefe comunal explicó que los dueños de las máquinas piden flexibilizar las normas y requisitos para validar las licencias de conducir profesionales, lo cual requiere una ley. Pero ante la emergencia, el jefe comunal anunció tres medidas concretas y coyunturales: ingreso diferido de los estudiantes a colegios y liceos públicos, con la finalidad de adaptarse a la menor oferta de locomoción colectiva; gestionar vía la Oficina Municipal de Intermediación Laboral (OMIL) para contactar a 250 choferes con licencia de conducir profesional, comprometiéndose a gestionar un primer grupo de 60 u 80 conductores que, en una semana, puedan incorporarse al gremio de la locomoción colectiva; instalar espacios de circulación exclusiva para los microbuses en las vías estructurantes de Talca, lo cual requiere autorización de la Secretaría Regional Ministerial de Transportes.
¿Qué medidas se descartan por ahora?
En estos términos, el alcalde afirmó que, por ahora, se descarta la restricción vehicular para automóviles particulares, así como también el uso de los buses eléctricos municipales para transportar escolares.
¿Cuáles fueron las palabras del alcalde?
“Hemos buscado distintas alternativas de solución flexibilizando horarios de entrada a clases porque en media hora el flujo es demasiado alto y produce problemas de congestión y disponibilidad de transporte para los alumnos. También vamos a ver la posibilidad de generar vías exclusivas en calle 2 Sur, 14 Oriente y 11 Oriente para hacer más expedito el traslado. Y, estamos colaborando a través de la OMIL (Oficina Municipal de Intermediación Laboral) para hacer un trabajo mancomunado con las empresas para buscar conductores y reducir el déficit”, detalló el jefe comunal.
¿Qué comentó el seremi de Transportes?
“Hay una intención del alcalde de solucionar un gran problema que afecta a la comuna. Se ha escuchado a los transportistas, los cuales señalan que no hay tantos conductores. En Talca tenemos cerca de 400 micros inscritas para circular por la ciudad pero no andan más de 150, lo que afecta al transporte en general. Aquí hay una voluntad grande por parte del municipio para colaborar en ese tema que es relevante”, afirmó Carlos Palacios.
¿Qué respondieron los empresarios del transporte?
“En la Carlos González (Maule norte) tenemos máquinas que se demoran hasta una hora para salir. Aquí he visto que hay ánimo y algunas ideas que se plantearon que, si se llevan bien a efecto, no deberíamos tener problemas (…) El ingreso diferido de los estudiantes va a ayudar mucho porque tenemos el 50% de las máquinas trabajando y es imposible movilizar a todos los niños con la mitad funcionando”, dijo Osvaldo Bravo, presidente de la empresa Taxutal.