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APRENDER HACIENDO por Juan Carlos Pérez de La Maza

Dicen los teóricos de la educación que el mejor aprendizaje es aquel que se vincula con la experiencia vivencial, o sea, se aprende haciendo. Simplificando más todavía, aprendemos a medida que transitamos por el camino, a medida que vivimos la experiencia. Por eso, nada hay mejor, de acuerdo con los teóricos, que el aprendizaje empírico, práctico.

Digo lo anterior, a propósito de una ilustración recientemente aparecida en una red social, que retrataba al Presidente Boric en diversos momentos de su vida pública. Desde el furibundo líder estudiantil, pasando por el encendido diputado y frenético partícipe del estallido social, hasta culminar, pocos años después, en el moderado Primer Mandatario. Y, a cada etapa de este derrotero público, corresponde un atuendo y una apariencia diferente en la ilustración.

Los interpretes han señalado que el dibujo pretende relevar los cambios de postura que Boric ha tenido en su breve pasar político. Esas famosas volteretas que todos hemos presenciado. Desde la colérica promesa de refundar Carabineros, pasando por la enfurecida acusación de violaciones a los derechos humanos por parte de esa policía, hasta el estrecho abrazo al general Director de la institución, hace unos pocos días. Desde la amenaza pública y televisada de perseguir, hasta en tribunales internacionales, al Presidente Piñera por supuestas violaciones a los derechos humanos, hasta invitarle a viajar juntos, encabezar su homenaje póstumo y reconocer su valía de estadista, hace pocos días. Desde su dogmático rechazo a aprobar proyectos de ley en materia de seguridad, mientras era diputado, hasta la determinación con que su gobierno impulsa hoy proyectos semejantes. Los cambios han sido muchos. Y, en general, han ido desde la crítica vehemente a casi todo (los “30 años”), hasta la moderación y el reconocimiento de que, desde el poder, las cosas se ven diferentes.

Por todo eso (y mucho más), tal parece que el Primer Mandatario ha ido aprendiendo. Que, desde que “habita” el cargo como dicen los siúticos ñuñoinos, pareciera que ha debido enfrentar la contingencia con mayor responsabilidad, consciente de que su opinión y sus decisiones podrían generar consecuencias que jamás imaginó antes. A este complejo proceso y mutación presidencial la gente común, como el Lector y yo, le llamamos madurar.

Y es ahí, en esa última frase donde está el problema, que algunos, vislumbramos y denunciamos anteriormente. Y es que la Alta Magistratura que ocupa Gabriel Boric no debiera ser una instancia de aprendizaje. No se pone a dirigir el barco al guardiamarina que hace su primera travesía (estamos en el Mes del Mar, ¿se acuerdan?).  Es que La Moneda no debiera ser una escuela donde se va a aprender el ejercicio del poder, ni a adquirir experiencia, ni a hacer la práctica, ni a madurar. Para eso hay otras instancias. La vida es una de ellas. Las canas son otra.

Cuando en algunos años más comience a hacerse una evaluación juiciosa y reflexiva del actual mandato, probablemente se subrayará la inmadurez e inexperiencia de quienes asumieron en 2022, partiendo por el Presidente. Y, si bien se destacará su progresivo aprendizaje, también se denunciará lo inadecuado que fue poner en aquellos niveles de decisión y de poder a quienes aún no habían adquirido la experiencia que se requiere para el ejercicio de tan altas responsabilidades. Así como una empresa, una nave o un elenco aspiran a que su gerente, su piloto o su director tenga las cualidades, los conocimientos y la experiencia necesaria, una sociedad necesita que quien la conduce llegue al cargo premunido de todo lo que es menester. Y que, en su ejercicio, haga gala de todo ello, demostrando lo acertado de su elección.

Aprender haciendo es un buen método, pero no para el cirujano que nos opera ni para el piloto del avión en que viajamos. Menos aún para el Mandatario a quien confiamos la conducción del país. El Presidente Boric está usando su tiempo en La Moneda para aprender y corregir. Y si bien todo aprendizaje es loable,habría sido harto mejor que hubiera aprendido antes.

Juan Carlos Pérez de La Maza

Licenciado en Historia

Egresado de Derecho

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