¿Cuál fue el contexto?
Se trató del conversatorio «Comprendiendo el autismo en la vida adulta», organizado por el Programa de Apoyos y Recursos para la Inclusión (PARI) del Centro de Apoyo al Aprendizaje (CAP) de la Universidad Católica del Maule.
¿Quién fue el principal expositor?
El académico Dr. Juan Carlos Oliveros, del Departamento de Psicología de la UCM, presentó varios argumentos clave sobre las diferencias de género en el diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista (TEA).
¿Cuál es su principal conclusión?
«Existen diferencias muy notorias en términos de género con respecto al diagnóstico del autismo. En general, los hombres tienden a ser diagnosticados con mayor frecuencia que las mujeres debido a los criterios diagnósticos actuales», afirmó el Dr. Oliveros.
¿Cuál es la clave?
El académico subrayó la importancia de que los profesionales de la salud se familiaricen con la sintomatología del autismo en mujeres y consideren formas innovadoras de conceptualizar el autismo, como la aplicación del paradigma de la neurodiversidad.
¿Qué pasa en el país?
En Chile, la prevalencia del TEA es de 1 por cada 51 personas, lo que el Dr. Oliveros consideró una cifra alta. «Los diagnósticos son tres o cuatro veces más frecuentes en hombres que en mujeres, debido a un sesgo relacionado con la empatía y las habilidades sociales entre los sexos, donde se considera que las mujeres son más empáticas y comunicativas. Además, los estudios previos se han centrado mayoritariamente en hombres», enfatizó.
¿Qué ocurre con las mujeres?
El Dr. Oliveros explicó que las mujeres suelen recibir diagnósticos de autismo más tardíos, ya que son más propensas a desarrollar un fenotipo de autismo femenino caracterizado por el camuflaje social. Este comprende diversos comportamientos para compensar habilidades sociales, ocultar características del autismo, esforzarse por mantener contacto visual y tratar de encajar con otros para evitar la exclusión social. Sin embargo, estas conductas a largo plazo pueden resultar en problemas de salud mental, ideación suicida, ansiedad y estrés.