“Por él” es el grito desgarrado de Inés Echeverría por el asesinato de su hija Rebeca. El relato muestra lo complejo de la sociedad chilena de la época, su doble estándar, su postura machista y el carácter de Inés que se impuso para hacer justicia (por Mario Rodríguez Órdenes)
En “Por él”, Inés Echeverría no solo narra el drama del matrimonio de su hija Rebeca Larraín Echeverría con Roberto Barceló Lira y el horroroso momento en que él la asesina de un balazo por la espalda, sino que se remite también, de manera ácida, al doble estándar de la sociedad chilena de la década de los 30’. “Una hipocresía que permitía al marido golpear a su esposa sin escándalo alguno, al tiempo que deudas y engaños sí llevaban a alzar el grito a los miembros de su clase”, precisó la escritora Alia Trabucco Zerán durante el lanzamiento de “Por él” (Ediciones UAH, 2021).
“Por él” es el único libro que Inés Echeverría firmó con su nombre y apellido y no como Iris, el pseudónimo que ya la distinguía en los círculos sociales y culturales de la sociedad chilena.
La desgarradora historia de Rebeca y Roberto muestra cabalmente que jamás debe permitirse la violencia en la pareja, algo que solo se logra conquistando el derecho a la igualdad de las esposas frente a sus maridos, cualquiera sea su clase social. El episodio instala, además, la convicción de que cualquier integrante de la sociedad – independiente de su edad, estado civil, existencia o inexistencia de hijos o de respaldo familiar y orientación sexual – debe ser defendido por el Estado frente a la violencia que pudiera inferirle su pareja.
En conversación con el autor de esta entrevista, Mónica Echeverría, sobrina de Inés Echeverría, le manifestó que es muy probable que Roberto Barceló haya padecido lo que ahora se conoce como personalidad bipolar, que no fue tratada.
Inés Echeverría fue una mujer excepcional. Nacida en 1868 en Santiago, su madre Inés Bello Reyes, murió después del parto, lo que llevó a su tía Dolores a asumir sus cuidados en una atmósfera católica y conservadora. Descendiente de Andrés Bello, Echeverría fue educada para convertirse en una aristócrata de su época: clases de piano, bordado e idiomas por las mañanas y buenos modales por las tardes eran el camino para convertirla en esposa y madre ejemplar. Desde muy pequeña, Echeverría manifestó una gran inquietud intelectual y una disposición a incomodar a los integrantes de su cerrado circulo social que acabaría forjando en ella un carácter único. Influida por el espiritualismo de vanguardia y el pensamiento feminista, ávida cronista y diarista, Echeverría publicó diecisiete libros. Según Alia Trabucco Zerán: “A diferencia de otras mujeres de su generación, Inés tempranamente reivindicó la lucha por la emancipación femenina”.
Diario Talca conversó con Beatriz García – Huidobro, una de las editoras de la publicación. Beatriz (Santiago, 1960) es una destacada escritora, especializada en literatura infantil y juvenil. Con “Hasta ya no ir y otros textos” (LOM, 1996) fue finalista del prestigiado Premio Sor Juana Inés de la Cruz, en 1997.
Mónica Echeverría, en su libro “Agonía de una irreverente” señaló que su tía Inés Echeverría era cercana al Presidente de la República, Arturo Alessandri, a quien consideraba una figura de renovación de una clase política corrupta. Como tantas mujeres de su época, Inés andaba habitualmente armada por las calles. Que ese pequeño revólver nacarado en su manga, la acompañó en una caminata desde su casa al Palacio de La Moneda cuando faltaban días para la ejecución y se rumoreaba la inminencia de un indulto. Dice que entró a la oficina del presidente con la prestancia que la caracterizaba. Que amenazó directamente a Arturo Alessandri… y que esa reunión fue determinante para impedir el indulto. La suerte para Roberto Barceló ya estaba echada.
¿Beatriz, ¿qué motiva la reedición de “Por él” de Inés Echeverría?
“Esta novela es parte de un proyecto mayor, llamado Biblioteca Recobrada, que busca poner en valor textos que fueron olvidados por el canon literario. No se trata de rescatar a las escritoras y toda su obra, sino solo una de cada cual que, hoy por hoy, no se logra encontrar en librerías y se ha esfumado de la memoria. En este sentido, la crítica, la prensa y cierto desprecio hacia la literatura escrita por mujeres, las borró del mapa. Si bien Brunet y Bombal han mantenido su lugar, la inmensa mayoría ‘no existe’ en las lecturas escolares, en las antologías, etcétera. Afortunadamente, eso se ha revertido en este siglo y a fines del anterior. Pero estas grandes autoras, que no solo escribieron, sino que además debieron luchar con los estereotipos y prejuicios de su tiempo, fueron barridas por el tiempo”.
El crimen de Rebeca Larraín, ¿cómo conmovió a la sociedad chilena?
“Fue una gran conmoción pues Inés Echeverría se empeñó no solamente en que fuese juzgado y condenado, sino que además la pena de muerte se hiciera efectiva. En esos tiempos no había habido un caso semejante en la alta sociedad. Quizás sí hubo muertes y malos tratos hacia las esposas, pero nunca trascendió ni fue llevado a tribunales. Hay que pensar en lo estrictas que eran las formas en la clase alta, el horror al escándalo”.
Inés fue una defensora de los derechos de la mujer. ¿Qué relevancia tuvo como escritora y en la vida cultural chilena?
“Ella fue muy potente como figura intelectual de su tiempo. Hay una autobiografía de ella en que cuenta, o más bien pide disculpas, de no ser capaz de escribir tan correctamente como un hombre pues a las niñas se las educaba para otros fines y la intelectualidad no era parte de su formación. Entonces, para una mujer entrar en el terreno de la escritura, de la pintura como arte en lugar de cuadritos decorativos, en la música, etc., significaba desafiar al mundo entero, requerían un heroísmo de algo que a los hombres simplemente les era dado”.
Beatriz, “Por él” es una crítica a una oligarquía, a toda una sociabilidad que vive de la apariencia. ¿Qué importancia tuvo el libro en el desarrollo del caso?
“No sé si critica tanto a la oligarquía; me parece que se centra más en el concepto de justicia más allá de los poderes económicos y sociales. Creo que lo potente de ‘Por él’ fue encarar a la sociedad chilena y poner por encima de las normas de la justicia”.
En esa época no existía la figura legal de femicidio y la mujer era considerada como una propiedad más de su marido. ¿Qué impacto tuvo el caso en la clase alta considerando que los dos involucrados pertenecían a ella?
“Debe haber sido muy impactante esta lucha personal de Inés Echeverría, pues la familia de ella era poderosa, más que la de Barceló, si bien pertenecían al mismo círculo. Creo que, dramáticamente, esto no influyó demasiado pues los femicidios han continuado y posiblemente este fue considerado un caso único y desligado del resto. Además, a las mujeres había muchas formas de someterlas, ni siquiera era necesario matarlas. Es cuestión de ver cómo se oprimió a Teresa Wilms Montt por querer ser algo más que esposa y madre”.
¿Era difícil que Roberto Barceló enfrentara el pelotón de fusilamiento?
“Era impensable dentro de los parámetros de la época. Pues más allá de la condena y muerte, la pequeña sociedad santiaguina debía encontrarse en los salones con posturas divididas al respecto y la evidente rencilla entre las familias”.
¿Cuál fue la actitud de Roberto Barceló al ser notificado de la pena de muerte?
“Al ser notificado de la sentencia de muerte, se yergue impávido el reo y se arregla corbata. Este es un gesto instintivo, pero importa el hábito inveterado de las pequeñas vanidades, en que la pose prima en él por sobre las más desmedradas situaciones morales… Enseguida vuelve al patio de los presos e invita a un compañero a jugar una partida de ajedrez. Finge serenidad y valentía, como si nada le importase la sentencia de muerte a la que estaba seguro de escapar. Repite a los otros presos: Saldré condenado a 20 años que me conmutarán en uno. Finalmente, Roberto Barceló fue fusilado en la Penitenciaria de Santiago el 26 de noviembre de 1936”.
Beatriz, ¿Cómo era el matrimonio Barceló Larraín?
“Era de sometimiento y maltrato por parte de él hacia ella. Especialmente pues Barceló era un hombre bastante inútil en términos de generar ingresos y esperaba que la fortuna de ella fuera su sostén. Pero los padres de Rebeca se negaron a mantenerlo y entonces él descargaba con su mujer la frustración de no obtener fácilmente lo que quería”.
¿Cómo era la personalidad de Roberto Barceló?
“Por la descripción que hace Rebeca en su diario en relación al trato hacia ella, se adivina que era vividor, flojo y malcriado. Cuando sucede el asesinato, la actitud de las hermanas revela que siempre fue un niño y un joven adulado y sobreprotegido”.
¿Cómo sucedieron los hechos ese aciago 30 de junio de 1933?
“Él la mató por la espalda y arguyó que había sido un disparo sin querer. Pero seguramente la intención de Barceló era que muriera y entonces heredar su fortuna y malgastarla alegremente. Recordemos que en esa época la mujer casada era, legalmente, relativamente incapaz y su marido era quien administraba el patrimonio familiar”.
¿Qué argumentos señalaron los acusadores de Roberto Barceló?
“Que había habido intención, que no había sido un hecho fortuito pues las pruebas demostraban que su versión era imposible”.
¿Por qué no prosperó la tesis de que se trató de un desgraciado accidente doméstico?
“Porque era insostenible. Ni siquiera eran prolijos en su versión pues era para ellos tan obvio que a un hombre de alta sociedad no se le juzgaría como a la gente de pueblo”.
¿Qué dictaminó el juez?
“Lo declararon culpable. Fue condenado a muerte por el Cuarto Juzgado del Crimen de Santiago”.
¿Es efectivo que Inés Echeverría tuvo una audiencia con el presidente Arturo Alessandri para que no concediera el indulto y qué resultado tuvo?
“Efectivamente, la condena que correspondía era la pena de muerte y así fue sentenciado. Pero el presidente de la República tenía la posibilidad de indultarlo e Inés Echeverría intercedió porque no lo aplicara en este caso. Es llamativo por supuesto que las clases altas intervinieran en la justicia, eso provocó mucho revuelo pues dividió las opiniones durante años”.
Foto 1: Beatriz García – Huidobro es una destacada escritora, especializada en literatura infantil y juvenil.
Foto 2: SIN LECTURA DE FOTO