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Calor y comestibles: conozca sugerencias para proteger los alimentos

Habla Claudia Foerster académica del Instituto de Ciencias, Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ICA3) de la Universidad de O’Higgins (UOH),

¿Qué hacer?

Cuando el termómetro supera los 30 grados a la sombra, no solo debemos protegernos del sol, también es necesario preocuparnos de cómo mantener en buen estado nuestros alimentos, ya que las altas temperaturas también afectan sus procesos de descomposición.

¿Qué hacer con los alimentos?

Claudia Foerster, académica del Instituto de Ciencias, Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ICA3) de la Universidad de O’Higgins, explica que la mayoría de las frutas y verduras se pueden refrigerar y precisa que “mantener la cadena de frío es la mejor forma de conservarlos” y así no comiencen su proceso de pudrición, que se inicia con la presencia de hongos.

¿Cuál es la principal recomendación?

“Lo mejor es lavarlas antes de almacenar, para eliminar posibles organismos que aceleren la maduración y pudrición, esto con excepción de los champiñones”, indica.

¿Qué hacer en la práctica?

También recomienda separar los diferentes tipos de frutas y verduras, para evitar que “unos aceleren el proceso de descomposición de otros”. Esto se puede realizar usando recipientes de fibra natural o bolsas transparentes perforadas para permitir la transpiración de los alimentos, evitando que la humedad se acumule y los estropee.

¿Cuáles pueden seguir al aire libre?

Las papas, las cebollas y el ajo -explica la Dra. Foerster- pueden permanecer en el exterior, “siempre que se mantengan en un lugar fresco, seco y ojalá a oscuras”.

¿Es obligatorio congelar?

Asimismo, detalla que hay alimentos que se pueden congelar –de no ser prontamente utilizados- como acelgas, ajo, alcachofas, berenjenas, brócoli, cebollas, coliflor, espárragos, espinacas, maíz, perejil o zanahorias, en el caso de las verduras; asimismo se puede congelar plátano, cítricos sin piel y frutos rojos, como arándanos, fresas y moras, en el caso de las frutas”.

¿Cuál es la mejor forma de mantenerlos frescos?

“Una vez que se cocina, se recomienda que se enfríen a temperatura ambiente, pero no más de 2 horas. Después refrigerar de inmediato, ojalá en una fuente con tapa, y no más de 3 días. Si no se come en esos 3 días, conviene congelar y al descongelarlos se debe hacer dentro del refrigerador -uno a dos días antes de consumirlos- y nunca a temperatura ambiente. Los alimentos cocinados, se deben ubicar en la parte superior del refrigerador, lejos de los productos crudos”, planteó Claudia Foerster.

¿Cuál es el contexto?

La académica señala que, en verano, son particularmente difíciles de conservar: frutas, lácteos, verduras, carnes, pescados y mariscos. “Por ello, se debe mantener la cadena de frío de los productos. Por ejemplo, si la compra se realiza en un lugar alejado de  su casa, se recomienda llevar un cooler y no dejar en el interior del auto -por más de 30 minutos- los alimentos frescos recién comprados. Recordar  que nunca se deben comer alimentos que ya tengan hongos, en ese caso se deben eliminar completamente o compostar (hacer compost)”, subrayó.

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