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Carlos Tromben: “Cada cien años queda una escoba grande en Chile”

En “Baquedano” y “Guía para armar un complot”, Carlos Tromben ausculta la fisonomía más profunda de la sociedad chilena. “En Chile hay miles de diagnósticos y experiencias que piden cambios (…) pero tarde o temprano nos topamos con la estructura del poder que juega con las cartas marcadas”, precisa Tromben (por Mario Rodríguez Órdenes)

(Crédito: Jorge Sánchez): Carlos Tromben Reyes se tituló de ingeniero comercial en la Universidad Católica de Valparaíso y cursó estudios de periodismo en la Escuela Superior de Comercio de París, en 2001.

El escritor y periodista Carlos Tromben Reyes ingresó con fuerza en la literatura. En el año 2003 ganó el Concurso de la Revista de Libros de El Mercurio con su primera novela, “Poderes fácticos”, basado en un acontecimiento real: el doble homicidio de un pintor y su pareja en abril de 1973, en un departamento aledaño al Cerro Santa Lucía, de Santiago.

Entre otras de sus novelas destacamos “Karma”, novela que fue muy bien acogida por la crítica. Camilo Marks al referirse a ella señaló “que no solo era su mejor ficción, sino también una de las obras más entretenidas, ambiciosas, visionarias, publicadas en Chile en los últimos tiempos”.

Carlos Tromben Reyes (Valparaíso, 1966) estudió en el Colegio Francés de Viña del Mar. Se tituló de ingeniero comercial en la Universidad Católica de Valparaíso y cursó estudios de periodismo en la Escuela Superior de Comercio de París, en 2001.

En el año 2010 publicó “La Casa de Electra”, novela de espías ambientada durante la II Guerra Mundial. El año 2015 publicó “Huáscar”, una novela histórica que relata la captura del legendario monitor peruano. Esta novela que toca un tema muy sensible para Chile y Perú, fue el segundo libro más vendido en la Feria Internacional del Libro de Lima en el año 2016. Su segunda novela histórica, “Balmaceda”, apareció en 2016.

Poco después, en su área de periodismo de investigación publicó, “Crónica secreta de la economía chilena”, donde analiza las privatizaciones de empresas estatales ente 1974 y 1994 y el origen de la fortuna del expresidente Sebastián Piñera. Preocupado por lo público, Carlos creo en 2021 la Fundación por la Transparencia, organización sin fines de lucro cuyo objetivo es la investigación, desarrollo y difusión de la cultura, el arte y las ciencias, con el fin de fortalecer la democracia en Chile y América Latina.

El año 2022 fue prolífico para Tromben. Publicó “Baquedano. La República Militar” (Ediciones B, 2022) y “Guía para armar un complot” (Rocamar Ediciones, 2022) que había tenido una edición anterior en 2013, cuando fue finalista del premio de novela inédita del Fondo del Libro y la lectura.

Respecto a “Baquedano”, Tromben comenta: “Pese a su nombre, el gran protagonista del libro es Arturo Alessandri Palma, ya que trata sobre los ajetreados días de septiembre de 1924, cuando un golpe liderado por la oficialidad joven del ejército hizo que Arturo Alessandri, el León de Tarapacá, saliera del país autorizado por el Congreso. Luego retornase en enero de 1925, liderara la redacción de una nueva constitución, y posteriormente volviera a renunciar. Todo en pos de una crisis institucional que puso fin al gastado sistema parlamentario, que no daba respuestas a los problemas del país”.

Carlos, ¿qué respaldo significó haber ganado el Concurso de la Revista de Libros de El Mercurio, con su novela “Poderes fácticos”?

Poderes… y el concurso me permitieron entrar en el mundo editorial. Sin duda facilitó el acceso a fondos, proyectos, propuestas. Ya han pasado casi veinte años y hoy puedo escribir con bastante libertad y apoyo”.

¿Qué importancia tuvo su residencia en París en los años 2001 y 2002?

“Fundamental. Fue mi primera experiencia como adulto de vivir en el extranjero, en un país desarrollado para el cual la cultura es sector estratégico”.

Carlos, “Baquedano” se gatilla con el reciente estallido social de 2019. ¿Cómo lo fue armando?

Todo partió de la imagen icónica del estallido, el manifestante arriba del caballo con una bandera mapuche. Busqué datos de la estatua, datos históricos para comprender qué simbolizaba y ahí me cayó la noción de que la estatua era la síntesis del proceso político constitucional de los años 1924-25. Yo conocía más o menos este proceso por lecturas propias, pero sobre todo gracias a un trabajo que hizo mi esposa Paz Vargas sobre la primera revista feminista de Chile, ‘Acción Femenina’, que salió durante esos años”.

Para escribir sobre el periodo de la década del 20′, ¿qué bibliografía fue clave?

“Claves son las ‘Memorias de Arturo Alessandri’, publicadas por Nascimento a fines de los años 60. También el libro de crónicas y recuerdos ‘Ruido de Sables’, de Raúl Aldunate Phillips, quien fue chofer de uno de los líderes militares de la época, el coronel Bartolomé Blanche”.

 La elaboración de la Constitución de 1925 también se escribió en medio de una profunda crisis. ¿Cuáles fueron los principales escollos que tuvo que enfrentar?

“La reforma constitucional estaba en el ambiente desde 1922, cuando el gobierno reformista de Arturo Alessandri no pudo avanzar debido al bloqueo de la oposición conservadora. Fue tema durante las parlamentarias de marzo de 1924, que Alessandri ganó haciendo uso de todos los vicios electorales posibles. La idea era robustecer las atribuciones del presidente de la república y recortar las del parlamento. Todo esto en medio de una aguda crisis económica y social”.

El sistema parlamentario no daba respuestas a los problemas del país. ¿Quién leyó acertadamente lo que pasaba en el país?

“Las atribuciones del Congreso para formar y hacer caer gabinetes habían conducido a la parálisis del Estado en muchos frentes relevantes, por ejemplo, la necesidad de contar con un Banco Central, con una política industrial, leyes sociales que se hicieran cargo del problema obrero. Alessandri leyó bien al país y al mismo tiempo leyó mal a los militares”.

¿Por qué es tan gravitante la figura de Arturo Alessandri?

“Era el presidente, pero sobre todo era lo que hoy llamaríamos un populista, un hombre que teatralizaba la política y se dirigía a las masas, a la clase media y a los obreros”.

¿Qué le resultó tan fascinante el periodo de 1924 – 1925?

“Porque es un periodo de cambio pivotal. Hay cambios tecnológicos, sociales, actores nuevos. En ese momento ya estaba instalada la industria automotriz, también el cine, se efectuó la primera transmisión radial. Entonces, en ese sentido nos parecemos. Incluso se puede hablar de crisis secular de la República, cada cien años queda una escoba grande en Chile. Me parece fascinante la década de los años 20’ por la simultaneidad de los procesos: el fascismo en Italia, la revolución bolchevique comenzaba a asentarse. En América Latina empezaron a aparecer los feminismos y los populismos militares”.

¿Qué similitudes tiene el Chile de 1924 con el Chile actual?

“El sentido de agotamiento de las clases asalariadas, la falta de horizontes y yo diría el desencanto, que aparece mucho en la prensa y quedó plasmado en el registro literario más vanguardista y poderoso que tuvo el país: la poesía. La poesía de un joven Neruda o de un De Rokha, pero también la de Mistral”.

En el proceso que vivimos, ¿por qué la estatua ecuestre ha sido tan simbólica?

Es curioso que haya sido en torno a esta estatua que simboliza un régimen político presidencialista, desarrollista y de inspiración militar que se tejieron los símbolos del estallido”.

Entiendo que la estatua fue utilizada en 1970, ¿en qué circunstancias? 

“Se realizaron actos de pobladores, algunos encabezados por el MIR, que hicieron lo mismo que en las celebraciones deportivas y en el estallido, subirse a la estatua. Cambiar su significado de algún modo”.

“Guía para armar un complot” es una novela sobre el Chile del 2011, pero es algo que suponemos, porque no se le nombra. ¿Se visualiza lo que vendría?

“Creo que al escribirla, allá por 2013, pensé vagamente en un futuro marcado por el conflicto y el cuestionamiento al modelo. Pero no era algo tan concreto, era solo una sensación”.

Entiendo que esta nueva edición responde a un desafío editorial. ¿En qué consiste?

Si, es un proyecto literario de origen regional y proyección internacional, mayoritariamente de no ficción, ensayo, investigación y diálogo interdisciplinario. Debutamos con ficción, pero vamos hacia el otro lado. Este proyecto editorial estaba listo el 2019, pero con el estallido social y la pandemia, quedó en lista de espera. Las publicaciones de Rocamar Ediciones buscarán plasmar los momentos de crisis que estamos viviendo no solo en Chile, si no a nivel mundial. Para nosotros la escritura es un proceso continuo, en parte aprendizaje en parte obsesión. Escribir es tejer y ayudarse mutuamente: autoría y edición”.

 Menciona que es una novela que tiene algo de autobiografía…

“Sí, en la época de la escritura yo aún trabajaba como periodista de medios, viajaba mucho por trabajo y vivía en un sector de Providencia donde convivían edificios modernos con casas antiguas y a mal traer, habitadas por ancianos o adultos mayores”.

El relato se cruza con microhistorias que muestran la complejidad de la vida. Es lo que ocurre, por ejemplo, en un colegio privado de niñas, donde son abusadas. ¿Ese Chile tan complejo sigue vigente?

“Creo que sí, la violencia contra mujeres, niños y niñas, pobres, migrantes”.

¿Comparte un cierto desencanto de los personajes, que es también el desencanto del Chile actual?

“En Chile hay miles de diagnósticos y experiencias que piden cambios, reformas, etc., pero tarde o temprano nos topamos con la estructura del poder que juega con las cartas marcadas”.

El año 2022 fue prolífico para Tromben. Publicó “Baquedano. La República Militar” y “Guía para armar un complot” que había tenido una edición anterior en 2013.

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