¿Cuál es el contexto?
Luego de seis meses posterior a la primera inundación, el Hospital de Licantén continúa en su calidad de establecimiento de campaña a la espera de la habilitación del hospital modular, cuya entrega se había propuesto de dos a tres meses luego del desborde del río Mataquito, un plazo que no se cumplió y que tiene decepcionados profundamente a los médicos y al personal de salud, ya que las condiciones en las que se trabajan están muy lejos de ser las más adecuadas.
¿Qué comentó el gremio médico del mismo hospital?
“La urgencia, farmacia, vacunatorio, curación y toma de muestras de laboratorio, aún continúan en carpas inflables, sin red de agua potable y con dos baños para todos los funcionarios. En relación a la atención primaria, es decir, SOME, kinesiología, psicología, nutricionista, matrona, asistente social y atención ambulatoria de médicos, se encuentra funcionando hace una semana en una casa particular, la cual fue entregada por un mes, tras el retiro de la carpa facilitada por las FF.AA. Si bien estas dependencias presentan las condiciones adecuadas para las labores administrativas, no se encuentran optimizadas para la atención directa de pacientes”, afirmó el Dr. Pablo Urzúa, representante del estamento médico del Hospital de Licantén.
¿Qué ocurre con los plazos prometidos?
Si bien las autoridades se han comprometido con la habilitación de un hospital modular, nunca han mencionado tiempos específicos para decir cuándo se va a inaugurar finalmente. “Ellos han ido cambiando las condiciones a medida que ha ido pasando el tiempo y no han cumplido los plazos que en un inicio fueron establecidos”, indica el Dr. Urzúa.
¿Qué aspecto es el más preocupante?
Pero esto no queda aquí, ya que el recinto asistencial no dispone de camas de hospitalización. “En un inicio para el hospital modular fueron consideradas estas camas, sin embargo, en una de las reuniones, se dio a conocer que no va a ser posible dicha implementación. Y así uno se pregunta ¿Qué es un hospital sin hospitalizados?”, nos comenta el profesional.
¿Cuál es la evaluación de la subdirectora médica?
Consuelo Bastías, médico EDF del Hospital de Licantén y subdirectora médica, explica lo frustrante que es llegar a un hospital que no cuenta con equipo de rayos, equipos de laboratorio “donde podíamos dar una resolución a nuestros pacientes en la comuna, que es lo que quiere la gente también, que se hospitalicen en sus comunas”.
¿Cuál es el ambiente entre los médicos?
“El descontento se ha visto con más fuerza, y es porque las respuestas que se han dado y los plazos que se han dado, y las promesas que se han emitido, no han sido cumplidas. La molestia de los funcionarios que han tenido que trabajar en condiciones no óptimas y además los usuarios no están contentos con la atención que se está dando… todo esto se ha hecho notar en el último tiempo, y es lo que reclamamos, que se den soluciones y plazos que se respeten… que tengamos un hospital para Licantén y un hospital requiere sus camas”, subrayó la doctora Bastías.
¿Que acciones se llevaron a cabo?
Ante esta situación, los doctores confeccionaron un petitorio dirigido al Servicio de Salud del Maule que fue enviado el 12 de enero, donde se establece como prioridad contar con un hospital modular, mejorar los box de atención, tener una unidad de hospitalizados y tener laboratorio y radiología, lo mínimo para brindar un buen servicio.