La Semana Santa es uno de los momentos más importantes en la liturgia de la Iglesia y tiene un significado profundo para millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, para muchos niños, niñas y adolescentes este tiempo puede parecer confuso o ajeno a su propia cultura.
Por ello, es fundamental que los profesores de Religión estén preparados para transmitir a sus estudiantes el verdadero significado de esta conmemoración religiosa. La directora de la Escuela de Pedagogía en Religión y Filosofía de la Universidad Católica del Maule, Mg. Mónica Hernández del Campo, explica cómo los docentes pueden lograr este objetivo de manera efectiva.
Profesora, ¿cómo la enseñanza de la Semana Santa puede contribuir al desarrollo personal y espiritual de los estudiantes?
«La asignatura de Religión asume como uno de sus ejes “religión y espiritualidad”, espacio donde se favorecen experiencias de aprendizaje que ponen al centro el misterio de la Pascua de Jesús. A través de la enseñanza de estos contenidos se invita a hacer una valoración histórica del acontecimiento pascual y del aporte del cristianismo en la cultura occidental. Por otra parte, es un momento propicio para el desarrollo de experiencias de reflexión, de interioridad, que favorecen el planteamiento de las grandes preguntas personales sobre la vida, la muerte, la esperanza, a la luz del misterio pascual. Lo anterior, sin duda, favorece el desarrollo religioso y espiritual de los/as estudiantes».
¿Cómo involucrar a los estudiantes en la participación activa en las celebraciones de la Semana Santa?
«En primer lugar, se trata de una invitación a rememorar los acontecimientos que dan fundamento a nuestra fe. Se invita y motiva a la participación de todos los integrantes de la comunidad educativa en celebraciones que favorecen el encuentro fraterno. Involucrar a los estudiantes siempre es un desafío, pero que se convierte en una oportunidad para abrirse a la experiencia de encuentro con Dios, consigo mismo y con los demás. Es importante entusiasmar, dar espacios a la creatividad y a la genuina expresión de la fe que convoca, que invita y anima a la comunidad escolar».
¿Cómo asegurar que la enseñanza de la Semana Santa sea inclusiva y respetuosa para todos los estudiantes, independientemente de sus creencias religiosas o culturales?
«En primer lugar, asumiendo que el respeto por la libertad individual de cada estudiante es irrenunciable. Se trata siempre de una invitación, que entusiasme y que dé a todos la oportunidad para vivir experiencia de fraternidad y comunión».
¿Qué recomendaciones tiene para los profesores que enseñan el significado de la Semana Santa a estudiantes del sistema escolar?
«Desde el encuentro con Dios podemos asumir la misión de anunciar la Buena Noticia, especialmente en esta Semana Santa, creando oportunidades para comprender cómo Dios actúa en nuestra historia. La principal recomendación a los profesores es a ser valientes testigos del amor de Dios, del amor que transforma el dolor en esperanza, del amor que no tiene límites y es capaz de vencer la muerte. Quien vive su fe con verdad y con entusiasmo, se transforma en sal y luz para los otros».