¿Qué está pasando?
La presentación del proyecto de la nueva Reforma Tributaria, que se ingresará a trámite en la Comisión de Hacienda de la Cámara, presenta varios cambios, como el impuesto al patrimonio y a la renta, eliminación de exenciones, exención de gastos por arriendo, descuento de gastos por el cuidado de menores de 2 años y de adultos mayores con grados de dependencia severa, entre otros.
¿Qué planteó un experto?
El economista y académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes Javier Mella explica algunas de las nuevas propuestas en economía que se avecinan.
¿Cuáles son los aspectos claves?
-Impuesto a la riqueza: comienza en patrimonios de 4.9 millones de dólares. En Dinamarca, por ejemplo, el gravamen a la riqueza fue reducido en 1989 y eliminado con posterioridad en 1997.
-Impuesto a la renta: aumentará la tasa marginal para ingresos sobre 70 UTM (4,03 millones de pesos brutos aprox.) y cambiarán los tramos, partiendo el tramo mayor en un valor menor al anterior. Los cambios en los impuestos irán desde 23% a 26% y desde 40% a 43% en la renta mayor. También existe un gravamen a las utilidades de las empresas retenidas en sociedades de inversión, para aquellos casos donde se pretende postergar el impuesto personal, que será de 1,8%.
-Eliminación de exenciones tributarias: si se elimina el DFL2 se afectará el acceso a la vivienda de la clase media, especialmente en un entorno de tasas de interés altas y arriendos subiendo de valor.
-Beneficios para la clase media: la exención de gastos por arriendo beneficiará a las personas que puedan deducir de su base imponible el monto de arriendo por hasta $450.000 al mes. También habrá un descuento de gastos por el cuidado de menores de 2 años y de personas con grados de dependencia severa, con un tope de $550.000 mensual. No tiene tope de ingresos.
-Royalty a la gran minería: combina tasas sobre el valor de ventas y sobre el margen de producción, donde son crecientes con respecto al precio del cobre. La principal diferencia consiste en que aumentará la recaudación fiscal, pero afectaría más a las operaciones mineras menos competitivas, con márgenes menores.