Con distintas experiencias, oficios y visiones de vida, hablamos con seis mujeres para relevar su trabajo cultural en tierras maulinas y que representan muchas exponentes que aportan día a día a la construcción de una sociedad con equidad de género.
Cristina Bravo Castro, Gobernadora de la región e integrante del Directorio del Teatro Regional del Maule, valoró el aporte de las mujeres en la cultura.
«En el marco del Día Internacional de la Mujer, quiero destacar el trabajo que desarrollan silenciosamente muchas mujeres en el Maule, llevando a cabo una labor de enseñanza, difusión y creación. Mujeres que mantienen el patrimonio material e inmaterial del Maule. Desde el Gobierno Regional del Maule y en nombre de los consejeros y consejeras nuestro reconocimiento por mantener y acrecentar la riqueza cultural de la Región».
Victoria Flores Monreal, secretaria ejecutiva del Teatro Regional del Maule reflexiona en torno al rol actual de las mujeres en el arte y la cultura. «Debemos contribuir a facilitar que las mujeres y las niñas tengan el mismo grado de apoyo familiar, social y estatal para decidir dedicarse a las artes, los deportes y las ciencias.
«Queremos ver más mujeres incorporadas a los equipos técnicos de los espacios culturales, en roles como jefes técnicos, iluminadoras, tramoyas o audiovisualistas, espacios que han estado muy masculinizados en la escena; más mujeres directoras de orquestas, solistas, directoras escénicas, dramaturgas y compositoras, como también científicas y deportistas.
Si bien las mujeres somos parte del ecosistema cultural, los roles directivos son claramente más difíciles de alcanzar, no por falta de mérito, menos de competencias o estudios. Necesitamos, como sociedad, fortalecer el liderazgo femenino, porque es un liderazgo empático, colaborativo, integral, que combina las emociones con la racionalidad y, con ello, es un liderazgo fuerte y positivo.
Desde el TRM buscamos aportar a visibilizar, programar y difundir el pensamiento crítico de las obras artísticas realizadas por mujeres, creemos que es nuestro rol y nuestro deber”.
Javiera Olivares Aliaga, es violinista de la Orquesta Clásica del Maule, docente y parte del equipo de monitores de la Orquesta Infantil y Juvenil del Teatro Regional del Maule. Originaria de La Serena y con estudios en Santiago, Javiera lleva un poco más de 14 años en la región, lo que le permite tener una visión positiva del crecimiento cultural maulino.
“El ímpetu que ponemos las mujeres en la formación y la enseñanza puede generar un vínculo con los estudiantes para toda la vida. Es así como descubrí que me apasiona enseñar hace muchos años. Poco a poco he ido capacitándome, adquiriendo herramientas para disfrutar de mejor manera la docencia. Creo que trabajar con familias, con niños y niñas, ha sido una experiencia enriquecedora que me brinda la música y lo valoro muchísimo, como también valoro el entusiasmo, compromiso y esfuerzo que ofrecen los jóvenes para aprender esta disciplina. Pienso que este trabajo de formación, que es de largo plazo, va a dar como resultado a muchos músicos, pero también a personas integrales, independientemente a lo que se dediquen”.
Cárol Valencia Salas, directora ejecutiva de la Corporación Cultural Municipalidad de Maule nos cuenta sobre los desafíos de su cargo frente a su realidad territorial y la importante participación femenina.
“La vida nos pone desafíos y nos entrega la posibilidad de aportar desde muchos lados a la sociedad. Estar en la comuna de Maule es una oportunidad muy grande para aprender, colaborar, generar reflexión y aportar desde una mirada más igualitaria. Esta comuna con su esencia rural tiene mujeres luchadoras y trabajadoras que viven en función de sus familias. Es por lo que buscamos las formas para que las mujeres puedan asistir, ya que las vecinas de la comuna son las que participan activamente de la cultura. Ellas, a través de su sensibilidad, disfrutan del teatro, la danza y la música, entre tantas formas de vivir el arte, y son ellas las que se mueven de sus casas, y motivan a sus amigas, compañeros de vida y familiares para salir y participar”
Igualmente, nos comparte su visión sobre la trascendencia de las diversas expresiones artísticas. “Las artes deben estar en nuestro día a día, como lo están las cosas más básicas para vivir. Las artes son alimento vital para el alma, nos acompaña creando recuerdos de vivencias constantemente y nos impulsan a sanarnos, a sentir y a conectarnos”.
Jessica Diaz Torrez es artesana textil en telar mapuche, con 36 años en el oficio. Ella defiende fuertemente el patrimonio inmaterial de la zona.
“Este trabajo es un legado que tenemos que salvaguardar, es un traspaso de conocimientos de generación en generación, es un sentido de identidad que tiene que permanecer en el tiempo, es parte de nuestra historia.
La trabajadora en lana de oveja ve en el comercio extranjero, la escasez de materias primas, la falta de difusión y la poca valorización económica de la pieza de artesanía, como las principales dificultades a sortear para la permanencia de su labor. “Me gustaría que mi oficio permaneciera en el tiempo, que las nuevas generaciones lo continúen, que sea entregado en los colegios como un taller, que tenga un valor económico y cultural, que permita a las hijas de artesanas o jóvenes de lugares con patrimonio permanecer en sus territorios, que no se vean en la necesidad de emigrar a la ciudad y se queden con este legado”.
Juana Salinas Guerrero, conocida como La Juani Amares, es una artista escénica radicada en Constitución que nos comparte su experiencia de ser artista, independiente, mujer y del Maule.
“Es un constante llamado a la reflexión sobre nuestra identidad, sobre el territorio que habitamos y que carga con una historia latente; es reflexionar sobre nuestro cuerpo, sobre cómo hacemos arte, quiénes son nuestra audiencia y qué queremos entregarles, contarles o remover en ellos que son quienes nos observan bajo su mirada cargada de vivencias propias, contadas y silenciadas.
Ser mujer artista y del maule costero es una pulsión constante para luchar por nuestros derechos, a visibilizar nuestro trabajo, nuestro arte y mostrar que somos capaces de ser creadoras, gestoras, productoras y profesionales en nuestra disciplina. Es luchar y exigir día a día el reconocimiento que nos merecemos, es sembrar nuestra semilla en cada lugar que visitamos, es remover conciencias y empoderar a través del arte.
Somos la cultura viva de mujeres creadoras que visibilizamos la realidad desde nuestra vereda, para que cada día más y más personas se atrevan a vivir su sueño y logren expresarse en libertad y sin miedo”.