¿Cuál es el contexto?
Para muchas personas, la llegada de marzo significa el retorno a la vida laboral y/o estudiantil. Pero para muchos/as otros/as, este mes es el inicio de una nueva etapa, pues trae consigo el ingreso a la educación superior. Este es el caso de cerca de 2.300 jóvenes que comenzarán su formación en la Universidad de O’Higgins (UOH).
¿Cómo es el proceso?
Es sabido que la transición desde el colegio a la universidad puede despertar preocupación y ansiedad en quienes la viven, pues ellos/as darán sus primeros pasos cursando la carrera que querían estudiar. Por esto, es probable que durante estas semanas se enfrenten a preguntas claves, ligadas a cómo tener un exitoso año académico, además de cuestionarse cuál es la manera en que se puede tener una buena inserción en la vida universitaria.
¿Qué dice un experto?
Estas interrogantes son abordadas por el psicólogo y docente de la Escuela de Ciencias Sociales (ECSo) de la UOH, Cristian Donoso, quien señala que los nervios previos que pueden experimentarse se vinculan al “miedo o incertidumbre a lo desconocido y/o por pérdida de la sensación de control frente a una experiencia nueva”.
¿Cuáles son sus recomendaciones?
Donoso entrega tres recomendaciones que permitirán aumentar la sensación de control y seguridad ante un escenario nuevo como este:
- Explorar el recinto educacional antes del primer día de clases: ayuda a los/as estudiantes a sentirse más cómodos/as y familiarizados/as con la ubicación de sus salas, la biblioteca y otros recursos importantes, permitiendo aumentar la sensación de control sobre su entorno y, por ende, reducir la ansiedad asociada con lo desconocido.
- Formar grupos de WhatsApp con estudiantes de la misma carrera: permite aumentar el control sobre sus experiencias sociales, proporcionándoles un espacio para compartir expectativas, preguntas y preocupaciones. Establecer conexiones previas de esta manera puede hacer que el primer día sea menos intimidante y facilita la formación de nuevas amistades en el entorno universitario.
- Establecer expectativas realistas: así, los/as estudiantes podrán estar más preparados/as para enfrentar los desafíos iniciales de la vida universitaria. Esta conciencia permitirá que se den permiso para cometer errores, aprender de nuevas experiencias y ajustarse gradualmente a su entorno. La sensación de control puede aumentar al hacer esto porque los/as estudiantes se dan cuenta de que tienen la capacidad de manejar las transiciones y superar obstáculos.