¿Cuál es el contexto?
Las bajas temperaturas que se producen en otoño e invierno hacen de la calefacción una necesidad, por ello, las familias buscan alternativas que puedan ser viables en precio, niveles de contaminación y otros aspectos que se analizan a la hora de definir como temperar un espacio.
¿A qué se debe este fenómeno?
Uno de los aspectos a cuidar es la contaminación intradomiciliaria que, de acuerdo con la directora del Centro Tecnológico Kipus de la Universidad de Talca, María Luisa Del Campo Hitschfeld, se produce debido a que “los calefactores no cuentan con una vía exclusiva para ventilar los gases tóxicos, lo que puede significar un riesgo para la salud”.
¿Cuál es la diferencia entre las estufas que generan o no contaminación intradomiciliaria?
“Las estufas que generan esta contaminación son las que emanan los gases de combustión en el mismo espacio que se libera el calor y donde se encuentran las personas. Su principal combustible es el gas o la parafina y se pueden trasladar de un lugar a otro. Si es que se va a ocupar algún tipo de calefacción con esos combustibles, se recomienda que sean de tiro forzado. Es decir que tengan un cañón que saque los gases al exterior”, sostuvo.
¿Qué tipo de gases generan estas estufas?
“No solamente están liberando los gases tóxicos al ambiente, sino que además mucha humedad, por ende, no entrega el confort térmico que sí proporcionan otros sistemas de calefacción, como los que funcionan con biomasa o electricidad, y no emiten humedad. Es importante que, a las estufas, independiente del tipo, se les haga mantención todos los años, para evitar cualquier problema en el transcurso del invierno”, puntualizó la especialista.