¿Cuál es el contexto?
La lectura es una herramienta clave al momento de hacer crecer el desarrollo psicológico y la afectividad en los niños, además, aumenta su imaginación y les permite desarrollar la creatividad, lo que al final, incide en que aprendan, puedan madurar y concentrarse. Además, mejora la capacidad lingüística de las personas en todas sus etapas; donde los hábitos tanto dentro de casa como lo que ocurra en el aula, son determinantes a la hora de influir en el gusto por la lectura.
¿Qué experto entrega recomendaciones?
La tarea de poder sembrar el gusto por la lectura en los niños requiere también que tanto padres como profesores, se pregunten cómo y cuándo es un buen momento para introducir a los niños en la lectura. La académica de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, Pelusa Orellana, entrega algunos consejos para fomentar el gusto por la lectura tanto dentro como fuera del aula.
¿Cuáles son los consejos relevantes?
1.- Leer, leer, leer. Se ha comprobado que el volumen lector, es decir la cantidad de lectura que un niño realiza, tiene una directa incidencia en el desarrollo de su vocabulario, su conocimiento conceptual (conocimiento del mundo, conceptos, ideas), y en las habilidades verbales. La siguiente comparación es un indicio del impacto que tiene el volumen lector. “Si un niño lee 1 minuto al día eso significa apenas 8000 palabras leídas al año. Si lee 65 minutos al día habrá leído 4.358.000 palabras al año, y estará en el percentil 98 de su clase en términos de habilidad lectora. Por lo tanto, el leer mucho tiene consecuencias cognitivas enormes tanto recíprocamente como exponencialmente, pues esta lectura es acumulativa y de hecho marca la gran diferencia entre los lectores más y menos competentes”, menciona Orellana.
2.- Conversar sobre libros. La conversación sobre libros fomenta el uso del vocabulario de los textos que se han leído, estimula el pensamiento crítico, pues los lectores dan su opinión, argumentan, critican, o elaboran en diálogo con otros. “La lectura, contrario a lo que se piensa, es una actividad social, por lo que es necesario fomentar instancias de diálogo sobre libros. Hay muchas formas: clubes de lectura, grupos en Facebook, instagrammers, booktubers, o simplemente la buena y conocida conversación de sobremesa. En muchos colegios, lamentablemente, esta costumbre se ha perdido y la lectura solo se evalúa. De hecho, una de las principales razones por las que las personas se declaran no lectoras en Chile es porque odiaron sus experiencias lectoras en el colegio”.
3.- Tener modelos lectores. Los principales modelos lectores son “padres, abuelos y profesores. Los niños adquieren hábitos por imitación, por lo tanto, ver a otros disfrutar con la lectura, buscar libros, ir a bibliotecas y librerías, contribuye a que los niños vayan formando sus propios gustos y hábitos literarios”.
4.- El acceso a libros es también un factor importante para promover la lectura. Según datos, en Chile hay en promedio 10 libros por hogar, lo que, para la académica, es insuficiente. Añade que, en el caso de los colegios, existe un piso mínimo de cuántos libros debe haber por estudiante. “La Asociación Norteamericana de Bibliotecas (ALA) estima que 15 a 20 libros por estudiante es el mínimo que cualquier colegio debiera tener. Por lo tanto, un colegio con 500 estudiantes debiera tener como mínimo 3000 a 4000 títulos en su biblioteca”.
¿Y cuándo comenzar a leer?
Respecto al cuándo los niños deben comenzar a leer, la académica de la Universidad de los Andes menciona que “apenas nacen los niños se les debe empezar a leer cuentos, poesías, todo tipo de texto. La lectura es una actividad afectiva, crea vínculos con las personas más cercanas, y los niños asocian la lectura a algo positivo cuando han tenido esta experiencia de escuchar que sus más cercanos les leyeron”.
(FUENTE: Universidad de Los Andes)