La frase de la titular de Interior, seguramente, se inscribirá como una de las más desafortunadas emitidas por un personero de este gobierno. Lo que no es poco, considerando que ha habido desatinos verbales (y de los otros) para llenar un libro entero.
Consultada Carolina Tohá por la situación de casi una decena de deportistas cubanos que, tras el término de los Juegos Panamericanos, no regresaron a su país y se sospechaba con mucha certeza su intención de solicitar refugio, la Ministra señaló que nada sabía sobre su paradero, pero que “perfectamente pueden estar en Chile haciendo turismo”. Mientras tanto, en ese mismo momento un miembro de la delegación deportiva cubana solicitaba refugio en el Servicio Nacional de Migraciones. Y, unas pocas horas más tarde, otros tantos hacían lo mismo. Al parecer, hasta ahora, serían ocho los miembros de dicha representación deportiva que habrían decidido solicitar refugio en nuestro país.
¿Y el turismo? Ignoro si la Ministra del Interior quiso ser irónica, sarcástica o, simplemente eligió mal las palabras, pero decirle a un cubano desesperado por escapar de la isla y del régimen comunista que la gobierna por casi 65 años, que lo que quiere es hacer turismo en nuestro país es, a lo menos, doloroso. Y, por supuesto, ofensivo.
¿Eran turistas los cientos de miles de “balseros” que arriesgaban su vida echándose al Caribe en precarias embarcaciones, en los años ’80, con tal de llegar a las costas norteamericanas? ¿Querían turistear otros tantos miles que, desesperados, saltaban las rejas de Embajadas en La Habana, para invocar su derecho de asilo y salir de la isla? ¿Tenían un afán viajero y trotamundo los 77 deportistas de élite cubanos que se negaron a regresar a su país durante 2022 y solicitaron asilo en los países en que competían? ¿Y los 61 que, en lo que va de este año, han hecho lo mismo? ¿Y los ocho que, aprovechando su participación en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, decidieron no volver a Cuba y pedir refugio en este lejano país, también están motivados por nuestros hermosos paisajes, bella arquitectura y estupendo clima?
Entiendo que, a veces, la prensa sorprende a entrevistados inexpertos y les hace decir algo que no quieren. O, también, hay quienes abusan sacando frases de su contexto. Pero este no es el caso. Tohá dijo lo que dijo, con la experiencia de sus décadas en política y la privilegiada información con la que debe contar.
Según cifras entregadas por un periodista cubano, refugiado en Estados Unidos, en los últimos diez años suman más de 800 los deportistas que han desertado de Cuba. ¿Por qué tantos deportistas cubanos desean escapar y refugiarse en otros países? La mayoría de quienes desertan lo hacen motivados por razones que no tienen relación directa con la política. No se trata de perseguidos por motivos ideológicos o disidencia con la larga dictadura que gobierna la isla. Si bien hay en todos ellos una fuerte disconformidad con la administración cubana, sus propias y particulares motivaciones son otras. Más vinculadas a las condiciones de vida que soporta el pueblo cubano. Bajísimos ingresos, escasas oportunidades, pésima calidad de vida y, por sobre todo, nulas expectativas de cambio en una sociedad que, tras 65 años, no ha logrado ninguna de sus promesas de mayor dignidad y una vida mejor. Entonces, no debe sorprendernos el inmenso éxodo cubano que, según organismos españoles especializados en migraciones, contabiliza no menos de 350.000 personas que han salido de la isla rumbo a Estados Unidos o Europa en los últimos dos años. Masiva emigración sólo superada por la de millones de venezolanos que, con similar angustia, advierten que sólo dejando su país podrán volver a abrigar los sueños y esperanzas que alguna vez tuvieron.
Por eso, calificar de turista a un cubano que, con dolor, decide abandonar su país en busca de una mejor vida es un sarcasmo, una ironía o, probablemente, un desatino. Otro más.
Juan Carlos Pérez de La Maza
Licenciado en Historia
Egresado de Derecho