Entenderá el Lector que, al momento de escribir estas líneas, la votación de hoy domingo 7 de mayo ni siquiera se inicia. Pero, la experiencia acumulada en la observación de tantos comicios, nos permite aseverar que, independientemente de los resultados, cada partido político, cada coalición o pacto, y cada candidato, dedicarán miradas, sonrisas o lágrimas, acordes a las cifras que cada quien haya obtenido. Por eso, y mediante peligrosas acrobacias y contorsiones verbales, veremos a los perdedores intentar demostrar que no perdieron, mientras que los ganadores tratarán de proyectar hacia el futuro sus pobres triunfos pasajeros.
Para facilitar a Ud. estos análisis y evitarle soportar largas peroratas televisivas, sería conveniente que considerara las pautas siguientes.
Primero que todo, ¿cómo medir los triunfos o las derrotas? Algunos dirán que lo importante en la elección de hoy es la cantidad de Consejeros Constitucionales electos. Y que, por cierto, no es igual haber elegido 5, que 15. Pero otros, porque les conviene, dirán que lo fundamental no es la cantidad de Consejeros electos, sino la sumatoria de votos obtenidos por su partido o coalición. Entonces, Ud. habrá de decidir qué es lo que considera más relevante. La cantidad de Consejeros elegidos, versus la cantidad de votos obtenidos. De optar por el primer criterio, para Ud. será más relevante la elección misma, en la cual habrá influido, por cierto, la calidad de los candidatos y la magnitud de la campaña realizada. De optar por el segundo criterio, seguramente Ud., al igual que muchos, considera está elección como una especie de test de apoyo o de rechazo al desempeño del gobierno y sus arrebatados propósitos constitucionales.
Un segundo aspecto a considerar esta noche, con los escrutinios terminados y las planillas completadas, es determinar quienes logran mantener o rebasar los umbrales definidos en septiembre. No olvide Ud. que aquel histórico 62% de rechazo al infausto proyecto constitucional se leyó, también, como un rechazo al gobierno y a sus ánimos refundacionales. Entonces, si volvemos a considerar esta elección como una nueva evaluación del gobierno actual, ¿el rechazo se mantiene, sube, baja? Ya muchos analistas han observado ciertas declaraciones oficialistas que, con desesperanza, sitúan su propio umbral en nada más que el 38%. Es decir, para el gobierno sería una señal de esperanza mantener esa exigua cifra y no caer más todavía. Así, si comparte Ud. este criterio, habrá que ver si la sumatoria de votos de los partidos y coalición opositora obtiene más o menos de aquel 62%. Y si los pactos oficialistas y las coaliciones que aún apoyan al gobierno superan el porcentaje de votación obtenido en septiembre por el apruebo. O, lo que sería demoledor para la actual administración, bajan de esa cifra.
Por último, es sabido que en cada proceso electoral los diferentes partidos y alianzas intentan medirse entre sí. Más que una mirada hacia el frente, vuelcan su mirada a las cifras propias y las de sus aliados. Por eso, los resultados de este domingo, más allá de determinar cuántos Consejeros obtuvo cada cual, permitirán realizar comparaciones odiosas, pero sabrosas.
¿Cuántos votos obtuvo la UDI? ¿Fueron más, o menos, que los obtenidos por RN? Y el Partido Republicano ¿superó a alguno de ellos? ¿A ambos? Evopoli ¿logró una votación relevante? Las tiendas de derecha y centroderecha ¿lograron capitalizar el rechazo y se acercaron a aquella votación? El Partido de la Gente ¿obtuvo una votación significativa, que le permita inclinar la balanza hacia uno u otro lado del espectro y hacer de Parisi un político en serio?
Y en el lado oficialista, ¿Apruebo Dignidad obtuvo más o menos votos que el Socialismo Democrático? Si los segundos logran superar a los primeros, el Presidente Boric tendrá que abandonar su programa ardoroso y revolucionario, refugiándose en la tibieza de cambios en la medida de lo posible. Al menos, hasta las siguientes elecciones, en las que tratará, con variadas contorsiones lingüísticas, decir que ganaron, contra toda evidencia estadística. Como hoy.
Juan Carlos Pérez de La Maza
Licenciado en Historia
Egresado de Derecho