¿Cuál es el contexto?
Al momento de comenzar a prepararse para un examen importante, cada persona tiene su método de estudio, los que van desde resúmenes, destacar lo más importante o releer la materia cuantas veces sea necesario.
¿Es una cuestión de forma?
No todo se basa en la forma de estudiar, nuestro cerebro y conexiones nerviosas, necesitan nutrientes que aporten la energía, además de vitaminas y minerales que ayuden a mantener en buenas condiciones las estructuras nerviosas.
¿Y qué hay más allá?
Es por eso, que existen alimentos que se deben considerar en el consumo diario en periodos de preparación para rendir alguna prueba o en tiempos de exámenes finales. Verónica Alarcón, nutricionista de la UCM, comentó cuáles son y por qué es tan relevante incluirlos en la dieta.
¿Qué alimentos potencian el estudio?
La palta, es una fuente natural de ácidos grasos omega 9, lo que puede ayudar a mantener saciedad por más tiempo y equilibrar los niveles de azúcar en sangre. Además, es una fuente de potasio, que aporta en transmisión y generación de neurotransmisores, potenciando las señales neuronales.
Los arándanos, son ricos en antioxidantes y vitamina C, protegen al cerebro de radicales libres, previniendo el daño celular y también aportan potasio. El plátano: es conocido por su aporte de potasio, pero además tiene magnesio y vitamina C, además de triptófano, un aminoácido que ayuda a gestionar el estrés.
Por otro lado, las legumbres en general son ricas en proteínas y fibra, además de contener hierro fundamentar para el transporte de oxígeno y zinc vital en la mantención de nuestro sistema inmune y división celular.
También el brócoli, es alto en vitamina K, cromo, selenio, calcio, zinc y los huevos contienen proteínas, vitaminas y minerales Nueces y almendras: los frutos secos son un snack saludable, mejoran el estado de ánimo y la memoria, por su contenido de antioxidantes, vitaminas y minerales, además de ácidos grasos y aminoácidos.
¿Qué rol tiene consumir agua?
La nutricionista explicó que el agua es clave en estos periodos, ya que “cuando el cerebro está bien hidratado nuestra memoria se agudiza y mejora la concentración, el agua, permite que la sangre que va hasta el cerebro llegue con más oxígeno y facilita el trabajo de las neuronas”, detalló.