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Detenido por «crimen de la carretilla» confesó autoría en dramático relato

Detenido atribuyó el crimen a una supuesta autodefensa por una agresión sexual y dijo que después trató de llevar el cuerpo ante los carabineros

La audiencia de declaración voluntaria se realizó vía telemática en el Juzgado de garantía de Talca.

¿Qué pasó en la audiencia?

En presenciad el juez, Américo Castro, del Juzgado de Garantía de Talca, el detenido y único imputado por el denominado «crimen de la carretilla» realizó una declaración voluntaria donde se confesó como autor material del asesinato, entregando una versión de porqué mató a la víctima y, también, de por qué decidió trasladar el cuerpo en una carretilla en plena noche en el barrio norte de Talca.

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¿Cuándo ocurrió el asesinato?

Fue el 21 de junio de 2020 cuando, en horas de la madrugada, vecinos que viven en la calle 5 Oriente, en las cercanías de la Circunvalación Norte, observaron a un sujeto que caminaba empujando una carretilla. Lo más sorprendente fue al observar que desde la carretilla se asomaba una pierna y un brazo humanos. Los testigos increparon al sujeto que trató de escapar con la carretilla, pero al verse rodeado, optó por dejar abandonado dicho implemento y salir corriendo, dejando también sus zapatos.

¿Quién es el detenido?

El imputado corresponde a Juan Luis Rojas Faúndez y la víctima fue Jonathan Ignacio Jerez Herrera. El detenido, formalizado por homicidio calificado con ensañamiento por la fiscalía, se encuentra actualmente en prisión preventiva en la región del Biobío. Desde allá Gendarmería lo conectó a una sesión de Zoom donde realizó su declaración voluntaria, siendo observado atentamente por el juez Castro. Lo acompañaban el fiscal, Gonzalo Pino; el abogado, Jaime Paiva, de la Defensoría Penal Pública; y el abogado querellante, Jorge Meza, del Centro de Apoyo a Víctimas.

¿Qué recuerda?

Juan Rojas comenzó su declaración señalando que «necesito decir la verdad. MI versión es que yo estaba trabajando de noche y solo quería llegar lo antes posible a mi casa, porque venía hambriento. Como siempre, puse mi celular a cargar en el baño y salí a hacer unas compras. Ahí noto que Jonathan había llegado a la casa y me sorprende, porque apareció de la nada. Me insultó y me gritó groserías, como que se le había perdido plata y que yo se la había sacado. Que por mi culpa había tenido que empeñar su celular, cuando él se la gastaba en droga. Se puso agresivo y llegó a un punto en que también se puso homosexual. Yo no sabía bien i era homosexual, pero sabía que salía con su amigo del colectivo, pero no sé lo que él hacía, porque yo trabajaba 12 horas para vivir. Llegaba a puro dormir a la casa».

¿Cuél fue el motivo de la pelea entre ambos?

«Jonathan se puso homosexual y ahí es cuando me di cuenta que se encontraba drogado con pastillas. Siempre le pasaba así. Anteriormente me había suplicado con tener relaciones sexuales con él. Me decía cosas pero nunca le tomé mucha atención porque lo hacía con tono burlesco. Yo pensaba que estaba molestando. Era muy desagradable y yo le hacía el quite. Pero siempre era cuando estaba drogado con pastillas. En el momento en que se pone más agresivo, se me acercó y amenazo con un cuchillo cocinero. Y estábamos en el dormitorio y él me dice que si no me bajaba los pantalones y me dejaba, él me iba a matar. Y después me empujó fuerte hacia la cama», afirmó.

¿Qué pasó en ese momento según el imputado?

El detenido precisó que «yo reaccioné y lo empujé fuerte. Y ahí decidí arrancar. Paso por donde tenía cargando mi celular, pero él lo había sacado. Traté de salir por el patio lateral, pero él salió por la parte delantera y no me dejó salir. Le supliqué que me devolviera mi teléfono y me respondió puros insultos. Le empecé a pedir que se calmara. Pero se me acercó con intenciones de agredirme, entonces, no teniendo otra alternativa que defenderme, el boté el cuchillo con la mano derecha, porque estaba drogado, y recuerdo que él no se agachó, sino que me pegó un combo. Lo empujé fuerte, agarro el cuchillo, él me vio y se me tiró encima. Ahí el pegué con el cuchillo, en la zona del estómago. El cuchillo se quebró y se cayó al piso. Después intentó morderme y me pegaba. Yo recogí el cuchillo y no tuve otra opción, lo apuñalé eh la zona del cuello. Después me pareé y le pegué dos patadas fuertes en la cabeza con mis zapatos de seguridad. Yo me defendí con tanta adrenalina y el pánico. No medí mis fuerzas. No fue mi intención quitarle al vida al Jonathan porque lo quería mucho. Pero era mi vida o la de él. Después de esto, tuve miedo de que alguien haya visto algo y arrastré su cuerpo hasta el patio trasero, donde lo dejé tapado con una frazada. Después busqué mi celular para llamar ma la ambulancia y los carabineros, pero nunca lo encontré. No supe qué hacer. Ahí caí en la cama y me quedé dormido de tanto llorar».

¿Qué ocurrió al otro día?

«De pronto desperté como a las cuatro de la tarde, sin noción de lo que había pasado, hasta que recordé lo que ocurrió. Fui a ver a mi amigo y me caí de rodillas cuando lo vi en el suelo. Me puse a llorar porque lo quería como mi hermano. Los dos veníamos de familais malas porque cometían delitos de drogas, entonces, tuvimos alcance a las drogas. Éramos la única familia, pero él era un adicto a las pastillas, pero yo venía a restaurar mi vida en Talca, porque en el norte consumía mucha droga. La mamá de Jonathan me llamaba para que lo cuidara, pero yo pasaba más tiempo trabajando que en la casa, de lunes a sábado, haciendo horas extras», agregó.

¿Cómo se le ocurrió sacar el cuerpo en una carretilla?

«Era tanto el sufrimiento y dolor porque lo quería tanto que salí a comprar droga. Y estuve hasta como las cuatro de la mañana. Después agarro valentía y me quería ir a entregar a la Cuarta Comisaría, que está en el sector norte. Decidí llevar el cuerpo que no encontraba mi celular para llamar. Ahí subí el cuerpo de Jonathan al único medio que tenía que era una carretilla para entregarme. Y en el trayecto, se me cayó su cuerpo. No recuerdo bien, pero en ese momento vi mi celular, porque él lo tenía. Seguí avanzando porque iba decidido a entregarme. Entonces, miro hacia atrás y me venía siguiendo mucha gente. Tuve miedo y les dije que me iba a entregar, que no me hicieran nada. Pero ellos se acercaban. Tuve miedo porque me gritaban asesino. Y yo no supe qué hacer. Ellos venían para agredirme y dejé la carretilla botada con el cuerpo y salí arrancando. Yo tengo 20 años y nunca vi a alguien muerto Yo hice esto en forma inocente», concluyó el detenido.

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