Los equipos de fútbol comparten metas y objetivos en común, como podría ser ganar un torneo en particular o ascender de una división a otra. Dichos objetivos pueden cambiar según va avanzando el campeonato, pero lo que debe primar siempre es que deben ser metas comunes.
Evidentemente, nunca se negará la importancia del talento individual, entendido como destreza y habilidad técnica; y que permita hacer una buena jugada. Tampoco desechar la importancia de tener calidad o ser un “súper clase”. Pero en una cancha no es sólo eso. Ahí es donde entran en juego muchas otras cosas, y, sin duda, una de las más importantes, es el trabajo en equipo.
De eso sabe mucho el diputado (independiente) Pablo Prieto Lorca, quien, en su época de futbolista profesional, por más de una década, defendió los colores de Cobreloa, Universidad de Chile, Everton, Rangers e incluso de la selección chilena. Y aunque ya son años alejados de las canchas, para el parlamentario, lo que se fragua dentro de una cancha, aplica también a la contingencia política.
Los últimos días no han sido nada fácil para el Presidente, Sebastián Piñera. La decisión de ir al Tribunal Constitucional (TC) para frenar el tercer retiro desde los fondos previsionales y el revés que sufrió una semana después en esa instancia lo dejó expuesto en demasía.
Las críticas no solo “llovieron” desde la oposición, sino que también se hicieron sentir en Chile Vamos. Los dardos tuvieron como principal objetivo la falta de conducción presidencial y especialmente la poca muñeca y falta de manejo del equipo político de La Moneda.
“En un equipo de fútbol hay un entrenador, que es el que dirige y ordena al equipo. Pero los futbolistas son tanto o más importantes. Trabajar en equipo, con una conducción de liderazgo es lo que permitiría cambiar el rumbo del Gobierno”, comentó Prieto a Diario Talca, en alusión a la falta de sintonía que hoy afecta el andamiaje de la administración Piñera.
Frente al actual escenario, entonces ¿lo más sensato era que el Presidente Piñera promulgara el proyecto de tercer retiro aprobado por el Parlamento?
“A mi parecer, lo más sensato era que el Presidente promulgara el proyecto del Congreso. A pesar de que me he ganado varias críticas desde mi sector, yo he aprobado los tres retiros consciente que no son la mejor política pública, pero que a falta de llegada de recursos para todos, especialmente la clase media, son necesarios.
Creo que el Presidente estuvo bien en respetar el requerimiento del TC, un organismo autónomo; y además decidiera ir por estos proyectos de ley en mejora del proyecto original”.
¿Pero fue una derrota para el Presidente, y un triunfo para los parlamentarios, el que se llevara la iniciativa al TC y que éste haya declarado inadmisible el recurso del gobierno?
“Yo no veo esto como ganadores y perdedores, sino que como debería funcionar una democracia sana. Él, dadas las atribuciones de su cargo, estaba en todo su derecho de hacerlo si consideraba que el proyecto debía ser analizado por el TC. Creo que debemos dejar esta narrativa de ganadores vs perdedores y enfocarnos en lo realmente importante, sin importar el color político: el bien común y el respeto entre los pares. Todos quienes hemos sido elegidos en cargos de representación pública lo hemos hecho jurando legislar en pos del bien de las personas a quienes representamos”.
¿Estima que el gobierno cometió un error político; en el sentido de no prever un aplastante revés en el TC? ¿cree que hubo un fallo de los asesores del Presidente al exponerlo a esta situación?
“Creo que dadas las circunstancias y el apoyo que tiene el Presidente actualmente fue un error político mandar el proyecto al TC. Insisto que estaba en todo su derecho de hacerlo, dadas las atribuciones de su cargo, pero se equivocó y, en ese sentido creo que hubo fallas en los asesores. Si hubiera despachado en paralelo a la discusión en el Congreso un proyecto como el que anunció en cadena nacional, sin dudas mucho mejor que el que fue finalmente promulgado, hubiera sido una estrategia más astuta que dar la pelea en el TC. Si bien el proyecto del Gobierno tenía fallas, durante la semana se vio que existía un amplio consenso en por lo menos discutirlo”.
De ser así, ¿debiera proceder un ajuste ministerial?, porque en política alguien debe asumir el costo frente a un error.
“Uno puede opinar mucho desde fuera, pero quien sabe realmente cómo fueron las cosas y los errores cometidos es el Presidente y sus ministros. Ese costo ya fue asumido. Es por eso que no creo que se deba proceder a un ajuste ministerial. Fue una jugada difícil, en el que simplemente las cosas no salieron como tenía contemplado. Solo quedan unos meses para el cambio de mando, meses en los que considero el Presidente debe demostrar unidad, al menos dentro su sector. Un ajuste ministerial entregaría el mensaje opuesto”.
¿Genera molestia o inquietud el hecho que el TC se esté convirtiendo en una tercera cámara, y pasando por encima del trabajo legislativo?
“Más que molestia, me preocupa. No creo que el TC pase por encima del trabajo legislativo, pues fiscalizar que los proyectos que salgan del Congreso se atengan a la Constitución es su rol. Lo que me preocupa es que siga existiendo este nivel de polarización, que pareciera ser ni el TC se salva. O se hace lo que quieren unos o se queman micros y se paraliza el país por completo, que ha sido la tónica desde octubre 2019. Eso no es sano para la democracia, menos si estamos entrando en un proceso para redactar una nueva carta magna, donde existirán debates polémicos en los que vamos a tener que estar dispuestos a tranzar”.
En el primer debate del retiro Ud. se abstuvo, pero en los dos siguiente apoyó la iniciativa. ¿Esa postura de cambio obedece a que vio una falta de medidas más efectivas de parte del gobierno en materia social?
“Yo he votado a favor de los tres retiros. Solo me abstuve en un artículo dentro del trámite lógico de los proyectos de ley, que ni el Senado aprobó. Muchas personas han tergiversado los resultados con el afán de desprestigiar el actuar de los parlamentarios. Pero las votaciones son públicas y como dije anteriormente, mi voto obedece a la necesidad actual de miles de familias, especialmente de clase media, que no pueden acceder a beneficios estatales a pesar de necesitarlo. Durante este año y medio de pandemia me ha tocado ver muchísimos casos de maulinos que no acceden al Bono Clase Media, al IFE o a otros beneficios porque el sistema es muy rígido. Sé que los retiros no son la mejor política, pero dado el contexto, creo que entregan un alivio a las personas”.
Si bien el diagnóstico es claro, ¿por qué desde el gobierno no se adoptan acciones que tengan un mayor impacto en la ciudadanía? ¿Hay una falta o vacío de conducción? ¿El gobierno perdió el rumbo?
“Considero que el Gobierno ha sido serio y responsable en manejar los recursos que tiene, que son escasos. Chile ha sido el país de Latinoamérica que más ha invertido en ayudas sociales por la pandemia, eso no hay que desconocerlo, pero lamentablemente nunca será suficiente. Reconozco que ha habido políticas que han llegado demasiado tarde, como la ayuda a la clase media.
En ese sentido, no creo que el Gobierno haya perdido el rumbo. Le falta diálogo y abrirse. El trabajar en equipo permite tener un abanico más amplio, pero lamentablemente la falta de diálogo ha sido evidente, especialmente con los parlamentarios de Chile Vamos. Creo que su tarea debe ser escuchar más la voz de la gente”.
¿Está llegando tarde el gobierno a resolver los temas o hay trabas que le impiden avanzar a un mejor ritmo?
“Creo que el Gobierno llegó tarde con el proyecto que presentó el domingo en cadena nacional. Si bien, no podemos echarle toda la culpa al contexto, considero que los altos niveles de polarización tanto en el Congreso como en la ciudadanía también han sido un factor determinante en el ritmo con el que Piñera a gobernado el último año. Insisto que debemos dejar de lado la narrativa de ganadores en contra de perdedores, buenos versus malos y abogar por el bien común. El Presidente está a la cabeza, pero todos quienes trabajamos en política somos en algún punto responsables”.
Estas señales erradas desde el gobierno, en su opinión ¿son caldo de cultivo para el surgimiento de voces y posturas populistas, y que emanan tanto de la extra izquierda como desde la derecha extrema?
“Hay que ser extremadamente cuidadosos de las posturas populistas de todos los sectores políticos, que emanan de cualquier parte y de las que se puedan agarrar. No sólo de errores del Presidente.
Con las redes sociales es muy fácil instalar una idea, por muy errada que sea, pero que suene bien; y quienes saben de esto saben usarlo y aprovecharse de cualquier oportunidad a su favor”.
Ejemplo de lo anterior es que algunos sectores ya comienzan a levantar el discurso de un cuarto retiro. ¿Es ése el camino o más bien hay que buscar beneficios con alcance universal?
“Yo estoy a favor de un Bono Universal, que no discrimine el nivel de ingresos, grupo socioeconómico, trabajo, etc. La pandemia nos ha afectado a todos, y creo que seguir echando permanentemente manos a los fondos previsionales, sin planes de restitución, es un error que se pagará en el futuro”.
El actual contexto ¿obliga a fortalecer el diálogo y acercar posturas entre gobierno y oposición? Esto en el entendido que hoy vemos una oposición haciendo valer su mayoría legislativa y un gobierno intransigente en su postura.
“Completamente. Ahora más que nunca necesitamos diálogo entre gobierno y oposición. Insisto que seguir con la tónica de ganadores y perdedores no hace más que un daño irreparable a la democracia, especialmente ahora que estamos ad portas de iniciar un proceso constituyente. El Gobierno no es el enemigo del Congreso, ni viceversa. Ambos poderes deben tener como prioridad el bien común y la seguridad y salud de los chilenos, independiente de que existan diferencias. Y ahí es donde creo hemos fallado. La pandemia aún no termina y todavía estamos a tiempo de entregar soluciones”.
Todo este clima que ha rodeado el retiro de fondos desde las AFP y las polémicas suscitadas, pueden generar un efecto político – electoral, pensando en las próximas elecciones.
“Sin duda, y por lo mismo creo que esa es la razón por la que emergieron figuras que el último año usaron el proyecto de los retiros como caballitos de batalla. Yo siempre voy a estar disponible para ayudar a la gente, aunque los mecanismos no sean los más apropiados, más si la ayuda llega tarde”.
¿Y las relaciones entre el gobierno y los parlamentarios de Chile Vamos en qué pie están, pues acá un amplio bloque oficialista apoyó el tercer retiro; es decir actuó en contra del gobierno?
“Sin lugar a dudas, es evidente que la relaciones no son las mejores. Acá tiene que existir el liderazgo tanto de Chile Vamos como del Presidente y los ministros. Se desprende de los resultados de la encuesta CEP que el Gobierno debe entender que la única manera de recomponer confianzas es escuchar la voz de la gente. Y los parlamentarios somos los que más estamos en terreno y podemos traerle esas voces, desde las distintas regiones y distritos. Los que tenemos calle y estamos con la gente tenemos una visión completamente diferente a los que están en un sofá opinando”.
Con todo lo golpeada que está la imagen del gobierno, ¿cómo proyecta los meses que quedan de gestión? ¿hay optimismo en que se puede mejorar o estima que ya no hay cómo emprender el rumbo?
“En Chile Vamos necesitamos unirnos como un solo equipo, al alero de un líder. Creo que si en esta recta final del gobierno de Sebastián Piñera esto se logra, el futuro es optimista. Pero, por el contrario, si seguimos enfrascados en los personalismos, ataques y el no escuchar, el rumbo podría ser completamente opuesto”