
Cerrando el mes de julio, Sofía Olave Bastías (Talca, 1990), presentó su libro de cuentos infantiles “El Baúl de las Emociones” (Trayecto, 2022) en el Centro de Extensión de la Universidad Católica del Maule. El psicólogo Alejandro Cifuentes; el profesor Franco Caballero y la profesora y escritora Lilian Barraza, comentaron el libro desde sus áreas respectivas. Además, el actor Mauricio Cepeda realizó un entretenido taller de yoga de la risa y, la misma escritora junto a la compañía “Vaivén”, dramatizaron uno de sus cuentos. Esta es su primera publicación, no obstante, Sofía ya había incursionado en escritura creativa a corta edad. Escribió y dibujó el relato “Crecer” y luego los cuentos: “Hermanitas”, “El recuerdo de papá”, “Bastián y su mundo” y a los once años fue premiada por el Diario El Centro con su leyenda “El Tué Tué”.
Su veta artística se esculpió línea tras línea bajo la tutela de su madre, una gran maestra de Lenguaje y directora de teatro. Por tanto, era evidente que comenzaría a tejer palabras desde pequeña. Sofía también se transformó en tramoya, utilera y a veces maquillista, apoyando las puestas en escena de su progenitora. Su padre, también profesor, inspiró en ella la búsqueda del conocimiento, por lo que eligió la carrera de Psicología, titulándose en la Universidad Católica del Maule. Todos estos elementos: literatura, teatro, educación y más adelante sus estudios en Psicodrama y Prácticas Narrativas, se imbricaron con su oficio principal para crear “Cuentacuentos en cuarentena” y, luego, escribir “El Baúl de las Emociones”.
Según el psicólogo y Doctor en Ciencias Humanas, Alejandro Cifuentes Muñoz, este libro se fundamenta epistemológicamente en el construccionismo social y las prácticas narrativas, perspectivas que tienen como ejes centrales el lenguaje y la construcción activa de realidades. Cada cuento combate las narrativas adultocéntricas centradas en la categorización y etiquetamiento de niñas y niños con adjetivos reduccionistas de su identidad como: flojo, miedoso, aburrido, etc. Una nueva comprensión de los problemas implica, necesariamente, una nueva respuesta frente a ellos. Por eso, cada cuento invita al abandono de lógicas clásicas e intrapsíquicas de situar los problemas psicológicos en la mente de las personas, lo que permite evolucionar de narrativas como la niñita miedosa a combatir ese pensamiento pegajoso y cargante que la ataca.
En efecto, el libro es una propuesta educativa donde los personajes no reprimen sus emociones, sino que las liberan y las conducen a un estado donde es posible transformarlas. El libro contiene cinco cuentos infantiles que retratan con gracia el sentir de niños. “El jugo de la abuelita”, por ejemplo, se asocia al miedo de Amelia, quien al instante y sin vacilar se tomó un gran sorbo de coraje, acto seguido, se dio vuelta rápidamente y se abalanzó arriba del miedo. Primero apretándolo enérgicamente, luego ya más dócil, logró amansarlo y así pudo dominarlo; al ser de plastilina era tan maleable que podría hacer lo que quisiera con él. Se le ocurrió convertirlo en un verdadero guardia, comenzó a moldearlo, le hizo su bate, un escudo, un rostro serio y una actitud de sigilo…
En el cuento “Arturo y el aburrimiento” se personifica al aburrimiento. El aburrimiento observa a Arturo, se comporta sigiloso, lo abraza, lo mira con su cara de fastidio y hasta se disfraza. La pena es la emoción que se trabaja en “El barrio de los colores”, cada protagonista siente la pena de un color distinto. Es gris para Agustina, violeta para Ema, azul para Felipe y verde para Benjamín. Es una pena de pérdida del abrazo de la abuelita, de los amigos, del padre; la pena por la ausencia de algo que ya no está cercano, como lo que se vivenció durante el confinamiento. La visión juega un rol importante en el cuento “Los anteojos de papá”, no porque Pedrito tuviera falta de ella, sino porque estos artefactos le hacían ver distinto, según como concibiera a su familia. Por ejemplo, cuando miraba con los lentes de papá, veía en blanco y negro, cuando miraba con los de la abuela, no veía casi nada, pero cuando usaba los de la mamá, veía todo en tonos pastel y sentía mucha energía.
El baúl de las emociones contiene hermosos dibujos creados por Pablo Durán Troncoso y finaliza con una Guía de acompañamiento que orienta a padres y madres con actividades para trabajar las emociones de sus hijos e hijas. Así, no podríamos decir que este libro es sólo un texto de cuentos infantiles. Sofía Olave Bastías intenciona desde la práctica narrativa su rol como psicóloga para fortalecer el desarrollo emocional de niñas y niños, otorgando a las emociones un lugar primordial, pues finalmente, si recordamos las palabras de Maturana, “toda acción humana se funda en una emoción”.
