Mensualmente recibimos en forma muy sucinta y sin muchas explicaciones el dato del Índice Mensual de Actividad Económica (IMACEC) por parte del Banco Central de Chile (BCCH). Más aún, dado el auge de la minería, se suma la desagregación de la actividad minera del resto de las actividades económicas del país en IMACEC Minero e IMACEC No Minero.
Para explicar estos indicadores debemos primero comprender el IMACEC general que, en términos macroeconómicos, es un parámetro agregado de la evolución de la actividad económica a nivel nacional en el corto plazo. Pretende ser una herramienta proyectiva del crecimiento económico del país, pudiéndose estimar, en alguna medida, la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) a través de las variaciones mensuales que experimente el IMACEC.
Los principales componentes de su evolución dan cuenta de la fuerte incidencia del sector minero en el crecimiento de la economía nacional, lo que puede ser justificado por su significativa participación en el PIB que se ubica en torno a un 13% en el período más reciente informado, que es el año 2020. Sin duda, la mayor contribución de la minería al valor agregado proviene de la subactividad del cobre.
La evidente relevancia de la minería en la economía nacional ha requerido de un indicador de su actividad en forma específica que lo diferencie de las demás actividades productivas del país. Es así como el BCCH realiza la desagregación de la actividad minera que está incorporada en el IMACEC general, creando el denominado IMACEC Minero.
Para efectos de la medición de este nuevo indicador, la metodología no cambia mayormente, ya que la medición de la actividad minera ya está contemplada en la metodología del IMACEC general, incorporando solo cambios de clasificación en que se excluyen procesos de refinación y mezclas químicas para incorporarlos en la industria manufacturera, cuya actividad se incorpora en el IMACEC No Minero.
Debido a que el 89% de toda la actividad minera proviene del cobre, es que su estimación es de la mayor relevancia. Es por ello por lo que su cuantificación se realiza mensualmente, ya que existe la disponibilidad y oportunidad de la información de producción efectiva, obtenida directamente desde las empresas públicas y privadas, la cual se complementa con información recopilada por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
Para la Región del Maule, el IMACEC adolece de significancia proyectiva para el comportamiento de la economía regional, más aún cuando la información utilizada para construir el IMACEC general se recaba fundamentalmente de sectores económicos con oportunidad y confiabilidad de la información, como es precisamente la Minería, de los cuales se dispone además de información periódica mensual. En cambio, otros sectores económicos como el Silvoagropecuario, muy importante para la Región del Maule, solo dispone de información confiable a nivel trimestral. En este escenario, la información mensual que se utiliza de este sector para efectos del cálculo del IMACEC proviene de fuentes indirectas como son indicadores de demanda y de intensiones de siembra. Claramente, estas fuentes revisten mayores riesgos de cometer errores y omisiones en el levantamiento de los datos.
En este contexto, el IMACEC Minero es menos relevante aún para el Maule, ya que el sector minero representa solo un 0,48% de su PIB regional, por lo que el auge del sector minero no le beneficia directamente; es más podría agravar la escasez de mano de obra agrícola, migrando trabajadores hacia el norte de nuestro país en busca de mayores ingresos en la minería.
En cambio, en las regiones de Tarapacá y Antofagasta el sector minero representa en torno a un 50% de su PIB regional, así como también en la Región de O’Higgins, muy cerca del Maule, donde el sector minero representa un 24% de su PIB regional. Sin duda, estas regiones son actualmente polos de atracción de los trabajadores nacionales, generándose migración laboral interregional hacia el norte de Chile.