¿Cómo se puede entender la alta congestión vial que tiene la ciudad de Talca?
“Es un fenómeno nacional y no solo afecta a Talca, porque no están bien resuelto el uso de los espacios que se asocian a una serie de condiciones socioeconómicas y culturales. En general, América Latina en la medida que crece económicamente, las personas acceden al vehículo.
En nuestros países el vehículo sigue siendo de uso preferencial, porque tiene no solo una utilidad práctica, sino que también un significado simbólico, es decir, llegar en vehículo al trabajo da un estatus que es distinto al que llega a pie o en locomoción colectiva.
El Chile del ’90 (1990) al 2020 no tiene nada que ver, existen más de 80 marcas y una cantidad superior de vehículos per cápita. Ello, sumado a que las ciudades y sus planes reguladores no siempre se ejecutan con la celeridad que uno quisiera y no siempre son suficientemente eficaces, como para el diseño de vías que, por otra parte, son muy caras.
La oferta de espacios para el transporte -si lo entendemos en términos de mercado- es baja, porque las construcciones de las vías en las ciudades son muy caras, son de alto costo. Digamos eso para entender por qué se produce la congestión. La congestión no es otra cosa que el ingreso de más vehículos a la red vial y, por lo tanto, el aumento de los tiempos de viaje de cada particular.
Cada vehículo que se incorpora al tránsito aumenta el tiempo de desplazamiento. Lo que hemos observado es que es muy difícil hacer bajarse a la gente de los autos para utilizar el transporte público. Todas las encuestas nos indican que las personas que usan el automóvil no están dispuestas a subirse al transporte público, salvo el Metro de Santiago, porque el transporte público no tiene las condiciones ni de seguridad, ni el precio, ni la comodidad que la gente aspira”.
¿Cuál es la situación vial que se observa en el centro de Talca?
“En general, los problemas de tránsito tienen el gran interés que son complejos y no se resuelven con una sola medida. Hay un aspecto institucional como -por ejemplo- en el centro de Talca, donde las calles están ocupadas por vehículos estacionados en sus costados derechos. Eso es básicamente por una decisión municipal de recaudación, en circunstancias que se observan muchos sitios eriazos que podrían estar disponibles para estacionamientos, pero les ponen dificultades porque compiten en la recaudación con el municipio.
Si se descongestionan las vías del centro de Talca por los estacionamientos, los vehículos ganaría en velocidad de desplazamiento y eso es lo contrario a la congestión, porque podrían utilizar la totalidad de las vías.
El conductor de Talca y de otras ciudades intermedias no tiene la costumbre de usar las dos vías en el tránsito. Cuando uno se pone al lado derecho de un vehículo entra en competencia con el que va a la izquierda. O sea que hay una incultura, porque justamente como el espacio urbano tiene poca oferta, la gente está muy poco acostumbrada a aprovechar las dos vías y lo sienten como atrevimiento a alguien que quiere usar las dos vías. Además, no se pueden utilizar las dos vías porque siempre hay estacionamiento a la derecha”.
¿Cuál es el análisis de la conectividad de sur a norte de Talca?
“No hay vías de sur a norte, salvo la Circunvalación que uno podría considerar un periférico que consigue conectar norte con sur, pero es un tramo que está solo por el sector poniente de la ciudad y, con ello, nos damos cuenta que tenemos muy poca conectividad.
Lo que hacen otras ciudades como oferta urbana es usar vías amplias con uso restrictivo para transporte público. De norte a sur es más complicado. No se me ocurre qué vías podrían usar, porque a primera vista no tenemos alternativas. De hecho, 11 Oriente es una vía altamente congestionada y de mucho uso”.
¿Cómo afecta la congestión a los conductores?
“Sin duda genera una irritación, porque los conductores se habían habituado -sobre todo los mayores- a un tránsito expedito y no a esperar. Y lo que antes uno se demoraba 7 minutos en cualquier punto de la ciudad de Talca, ahora si lo pilla a la hora punta aumenta el tiempo de desplazamiento.
El tránsito tiene algo que es aleatorio, que es el tránsito cotidiano, salvo las horas punta y ahí sabemos que hay mucha congestión, entonces, la gente se estresa, cometen infracciones y especialmente en las ciudades intermedias, hay gente poco educada en tránsito y obstaculiza los cruces.
Todo eso genera mucha irritación cuando alguien no se detiene antes del cruce, previendo que existe una fila de vehículos delante y que no va a alcanzar a pasar, debiera permanecer detenido, aunque tenga preferencia de paso, aunque el que viene por su izquierda tenga un signo Pare, porque ve que está congestionado y va a obstaculizar el tránsito en mayor medida. Ahí falta que los conductores respeten las intersecciones”.
¿Cuáles son las posibles soluciones?
“La colaboración es bien importante. Hay un conjunto de medidas que se pueden tomar que tienen que ver con lo institucional, con el diseño de vías, un mejor uso de ellas. La 2 Sur y la 11 Oriente existe y podrían ser vías solo para el transporte público, aumentarían el flujo. Son algunas de las acciones que se pueden realizar, porque no basta un tipo de acción. Es un conjunto de acciones que hay que tomar y tienen que ver con la educación del conductor, con mejorar el transporte público, con el uso especializado de vías preferenciales, porque el costo de las obras viales es muy elevado. Incluso haciendo vías amplias, aumentando la oferta de vías se ha observado que no siempre es el factor que resuelve todo el problema”.