“El peor de todos”, de Carlos Tromben, es un libro inquietante que muestra la crisis del país en los complejos años de Allende y de la Unidad Popular. Un pasado donde las huellas de un personaje de segunda fila: Mario Melo, siguen latentes (por Mario Rodríguez Órdenes)

Mario Melo Pradena, escribe Carlos Tromben en “El peor de todos. La historia de Mario Melo Pradenas”, (Ediciones B, 2025), “fue escolta de Salvador Allende, instructor de grupos paramilitares, lideró barricadas, fue acusado de homosexual en una época que era una vergüenza. El 11 de septiembre fue a defender La Moneda y su nombre apareció en el bando militar N°10 junto a noventa y tres personas. Debían entregarse voluntariamente en el Ministerio de Defensa, pero él no obedeció. Se llamaba Mario Ramiro Melo Pradenas, el único oficial del Ejército de Chile que militó en una organización de extrema izquierda. Algunos detalles de su historia tardaron treinta años en conocerse. Otros no se conocerán jamás. Fue el militar más transgresor del Ejército y el militante más atípico de la revolución chilena”.
Carlos Tromben Reyes (Valparaíso, 1966) ha publicado una docena de libros, entre novelas históricas, cuentos, libros de investigación periodística y el ensayo narrativo “Las mujeres de la Biblia” (2024), coescrito con Paz Vargas.
Su novela “Huáscar” fue publicada en Perú y ganó el premio Nuez Martín. “Allende: una novela en cinco actos” (2023) ha sido publicada en países como España, Argentina, Colombia, México y Perú. “El peor de todos” es su primera incursión en la narrativa literaria de no ficción.
Según escribe Carlos Tromben: “La salida del MIR debió ser un periodo muy duro para Melo. De un día para otro se vio apartado del grupo y expuesta su orientación sexual. Ha comenzado el período menos documentado de la vida de Mario Melo. Ya no aparece en público y las versiones sobre qué hizo y dónde estuvo son vagas. Hay un punto de consenso, sin embargo: quien lo acoge es la Payita, la alegre, positiva y leal Payita, que le tiende una mano y lo aloja en su casona de El Cañaveral”.
Carlos, ¿por qué la historia de Mario Melo Pradenas lo atrapó?
“Es verdad. Me atrapó y no la pude soltar. El personaje, sus facetas contradictorias y sus dramáticas circunstancias. Me crucé con ella mientras yo investigaba archivos de prensa de los años setenta para mi libro: ‘Allende. Una novela en cinco actos’, una ficción histórica. Hablé con personas que conocieron a Mario Melo Pradenas, parientes, compañeros de militancia y de su vida anterior como soldado. Leí libros escritos por protagonistas y testigos de época y me hice un habitante obsesivo de la Biblioteca Nacional, en particular de la sección que contiene los archivos de prensa. Repasé los años de Allende y la Unidad Popular casi día por día”.
Escribe: «No va a ser fácil juntar los pedazos de esta historia”. ¿Por qué resulta tan difícil escribir la historia de Mario Melo Pradenas?
“Por el paso del tiempo. Más de medio siglo implica que muchos de los testigos han muerto, están enfermos o sus recuerdos están en contradicción con los de otros. Al no ser una historia tan documentada como la de los personajes de primera línea esto implica una gran dificultad a la hora de buscar establecer los hechos”.
Entiendo que Mario era de Chillán. ¿Cuándo nace, cómo fueron sus primeros años?
“Efectivamente. Un joven nacido en 1946, en una familia de clase media, poseedora de tierras en la zona de Ñuble. Estudiante del Liceo de Hombres, hijo de profesores y con un interés temprano por lo militar, por las historias de la Segunda Guerra Mundial”.
¿Qué importancia tuvo su paso por la Escuela Militar?
“Era su vocación temprana. La ceremonia de su graduación tiene lugar el 1 de diciembre de 1966. El presidente Eduardo Frei Montalva es el invitado de honor. En la tribuna están el arzobispo de Santiago, Raúl Silva Henríquez, un par de ministros, varios embajadores y agregados militares. Ese año se graduarán sesenta y siete suboficiales de los cien que comenzaron. Cheyre será el primero, el más destacado de su generación. El presidente de la República le entregará la espada de honor. Mario Melo recibe un reconocimiento importantísimo también. Es el ganador del premio Embajada de los Estados Unidos de América, que consiste en una pistola Colt por ‘su esfuerzo y trabajo’, por ser ‘un buen compañero’ y reunir ‘aptitudes de líder’”.
¿Fue un alumno destacado?
“Muy destacado en deporte y combate, no tanto en los estudios. Repitió primer año, pero se fue destacando a su manera en lo militar, en ejercicios de fuerza y estrategia de combate. En el cuerpo a cuerpo era feroz, y en el recuerdo de sus compañeros, enfrentársele en las clases de defensa personal era terrible”.
¿Qué circunstancias lo alejan del ejército?
“Su contacto con un capitán del ejército, hermano a su vez de un destacado dirigente del MIR, Luciano Cruz Aguayo. Esto ocurrió en un período de crisis en el ejército, como lo relata en sus memorias el general Carlos Prats, y de politización general en el país. Él y otros militares del regimiento de paracaidistas comenzaron a sostener reuniones ilegales con partidos y movimientos políticos de izquierda y fueron descubiertos sustrayendo armamento. A Melo se le acusó, según consta en las memorias de Prats, de sustraer granadas”.
¿Cómo llega a convertirse en escolta del presidente Allende?
“Por intermedio de Osvaldo Puccio, secretario personal de Allende, en un momento de graves falencias de seguridad en la campaña del candidato. Puccio sondeó en los partidos de la coalición la posibilidad de contar con personas entrenadas, y desde el partido radical surgió su nombre”.
¿Qué grado de confianza tuvo con Allende?
“Bastante. Confianza para tenerlo junto a él toda la jornada, incluyendo las escapadas extramaritales del candidato y luego presidente electo de Chile”.
En esos años, ¿había motivos para preocuparse por la seguridad de Allende?
“Sí, había sectores de extrema derecha, con ayuda extranjera, dispuestos a atentar contra su vida de manera sutil. Hubo intentos, por ejemplo, de cortar los frenos del vehículo en que viajaba para provocar un accidente en la cuesta Zapata, camino de Valparaíso. Hubo al menos cuatro intentos de esa naturaleza”.
¿Por qué fue expulsado del GAP?
“En realidad, no fue expulsado del GAP, él salió con los demás miembros del MIR producto de un acuerdo político. El GAP era una escolta compuesta por militantes del MIR y del PS, y entre ambos partidos se estableció desde temprano una rivalidad que se zanjó en agosto de 1971 con la salida de todos los miristas, quedando solo los efectivos del PS. Más tarde, en 1973, un escándalo vinculado a su orientación sexual derivó en su salida del MIR”.
¿Cómo vivió Mario los últimos meses del gobierno de Allende?
“Según algunos testimonios, después de su salida del MIR tuvo un acercamiento con el PS, como una suerte de asesor militar y de inteligencia”.
Era un momento muy complejo. Tromben escribe: “El país parecía irreconocible en 1973, comparado con 1970. Ya no había alegría. Ya no había moderados en Chile, solo gente asustada, paranoica, muerta de frio, con dificultades para abastecerse y formarse un juicio imparcial de lo que estaba sucediendo”. Carlos, ¿dónde estaba Mario Melo para el bombardeo de La Moneda?
“Hay testimonios contradictorios. Se habría presentado, pero Allende le ordenó retirarse del perímetro y reunirse con otros dirigentes en la periferia de Santiago”.
Testimonios señalan que esa mañana quiso ingresar a La Moneda. ¿Qué pasó con él después?
“Permaneció oculto. Por ejemplo, en el departamento de su tía Alicia Pradenas, que quedaba cerca del Parque Forestal. Durante la noche del 11 y todo el día 12 cuando la prohibición de circular por la ciudad era total. Hasta que fue detenido por personal de la FACH”.
¿Por qué aparece en el bando de los diez más buscados después del 11 de septiembre de 1973?
“Probablemente porque sabía demasiado”.
¿Qué antecedentes existen del término de su vida?
“Habría sido torturado y ejecutado en su regimiento de paracaidistas y fuerzas especiales de Peldehue”.
Carlos menciona otras versiones: “Del fin que tuvo Mario Malo se dijeron muchas cosas. Que fue visto en el Estadio Nacional, que murió en un enfrentamiento, que fue detenido, torturado en el Ministerio de Defensa y que se arrojó desde de una ventana ya casi moribundo. La lista no se detiene allí. Que lo arrojaron vivo desde un helicóptero”.