“Te conozco de otra vida”, de Nelson González, reconstruye los años en Chile de Gustavo Cerati. Años decisivos del músico que ya es leyenda. “Hasta el día de hoy su música sigue vigente, influenciando a las nuevas generaciones”, precisa el autor (por Mario Rodríguez Órdenes)
Explorar los años de Gustavo Cerati en Chile es un viaje fascinante y revelador de una etapa poco conocida de su vida. En medio de la escena rockera de los años 80 y 90, el líder de Soda Stereo encontró en Chile algo más que fama y seguidores. Gustavo halló un refugio, una familia y una vida cotidiana que pocos imaginarían para una de las figuras más icónicas del rock latinoamericano.
“Te conozco de otra vida” (Catalonia, 2024) del periodista Nelson González, es un exhaustivo trabajo de investigación que permite reconstruir los años de Cerati en Chile.
Precisa el autor: “En la pandemia decidí empezar este proyecto y tratar de seguir los pasos de la vida de Gustavo cuando vivió en Santiago. Reconstruir ese pedacito de tiempo de su vida fue de las cosas más gratificantes que he hecho en mi labor como periodista. La conclusión más importante a la que llegué fue que Gustavo era un tipo sencillo y su vida cotidiana giraba en base a esa sencillez. A Gustavo no le interesaba rodearse con gente que lo idolatrara, solo quería ser visto como uno más”.
Nelson González Vallejos (1995) vivió su infancia y adolescencia en Temuco. En el año 2014 llegó a Santiago para estudiar periodismo en la Universidad de las Ciencias, Artes y Comunicaciones. Ha trabajado en diversos medios de comunicación, dedicado principalmente al periodismo deportivo. Fue reportero en radio La Clave y actualmente es parte del equipo de prensa de Canal 13. Es seguidor de Soda Stereo desde pequeño.
La relación de Gustavo con Cecilia Amenábar entrelazó su vínculo con Chile. “Se conocieron a finales de los años ochenta cuando ella finalizaba su etapa escolar, pero no fue hasta unos años más cuando se comprometieron como pareja. Gustavo estuvo a merced de ella, su amor fue único, incluso hasta después de separar sus caminos como pareja”, escribe Nelson González. Cuando se conocieron, Cecilia tenía diecisiete años y Gustavo veintinueve.
Nelson, ¿cómo surge su pasión por Gustavo Cerati?
“No lo tengo tan claro, pero comenzó cuando Gustavo estaba en coma. Yo estaba teniendo descubrimientos musicales de forma independiente y fue cuando comencé a escuchar a Soda Stereo”.
¿Cómo fue armando el libro?
“Primero tuvo forma de podcast. Empecé a investigar para hacer algo en ese formato, hasta que me di cuenta que un libro de ese tema no existía y que daba más que para un audio de una hora. Ahí empecé a contactar a gente. Es mi primer libro, no sabía por dónde empezar y fui creciendo también en el reporteo. En un momento tenía 10,15,30 entrevistados y terminaron siendo más de 50. Sumado a archivo de video y diarios de época de la Biblioteca Nacional”.
¿Por qué los años de Cerati en Chile fueron tan importantes?
“Porque Gustavo siempre buscó la calma y eso lo encontró acá. Por su agenda y por ser quien era nunca podía estar tranquilo, pero el hecho de encontrar el amor, la paternidad y amigos que no lo vieran como la estrella de rock que era, le permitió tener cotidianidad de persona común y corriente”.
¿Qué encontró en Chile?
“Tranquilidad y estabilidad emocional. Podía ser como cualquier persona. Chile fue su segunda casa. Gustavo Cerati fue alguien que siempre quiso vivir la vida como uno más y aquí en Chile lo logró”.
¿Cuál cree que es el legado de Cerati?
“Él y Soda Stereo abrieron el camino de la música de Chile hacia el continente. Hasta el día de hoy su música sigue vigente, influenciando a las nuevas generaciones. Además, fue parte de la escena incipiente de la música electrónica en los 90, género muy importante en Chile. Toda la vida se podrá decir que hay un pedacito de Chile, de su cultura y del folclore en la música de Gustavo Cerati, un país que lo adoptó y del cual se sintió uno más”.
Las influencias para que Gustavo se convirtiera en músico fueron variadas. ¿Cuáles fueron las más relevantes?
“Era alguien que podía escuchar todo tipo de música. Claramente The Police en sus primeros años, pero hay también mucho rock progresivo, folklore, música electrónica entre tantos otros géneros. Nunca se cerró a nada. Lo que le servía, lo utilizaba”.
Durante su estadía en Chile, musicalmente, ¿qué fue lo más destacado?
“El hecho de haber sido parte de la incipiente escena de la música electrónica fue muy importante, creando un grupo como Plan V, además produciendo un disco a Nicole”.
El virtuosismo de Gustavo, ¿en qué se mostraba?
“Era talentoso en todo lo que hacía, pero al mismo tiempo era muy trabajador. Era consciente de que con talento no le iba alcanzar y todos los días se ponía a componer para ver qué salía. Era obsesivo. Si no le salía lo que él quería, no descansaba”.
¿Qué encuentros musicales tuvo en Chile, claves para su carrera?
“Plan V, Nicole, una canción de Sien que produjo él, me parece lo más importante”.
¿Cómo fue ese encuentro?
“En una conferencia de prensa en 1988. Ella fue por un tío que era director de Radio Carolina y ella era fan de Soda y Gustavo. Hubo un flechazo. Pero ahí no se pusieron a pololear de inmediato, pasó harto tiempo y encuentros intermitentes hasta que empiezan a salir definitivamente en 1992”.
¿Se pudo acercar a Cecilia para la escritura del libro?
“Ella no habla con nadie, o muy poco. Pero nunca se opuso al libro y también autorizó a un círculo cercano para hablar. Yo igual le hice llegar el libro con un amigo de ella”.
Profundiza Nelson: “Cecilia sueña con Gustavo frecuentemente y lo tiene muy presente en su casa de Buenos Aires, donde están los discos que escuchaba todo el tiempo, algunos instrumentos musicales de él en el living, siendo parte importante de la decoración y una foto de ambos pegadas en la pared sobre su piano. Cada cierto tiempo lo menciona y siempre lo recuerda. Su vínculo que se inició en Chile, en un hotel, con ella siendo una estudiante de cuarto medio y él con una carrera musical consagrada y que los hizo ser una familia, un vínculo que los tendrá unidos por siempre, por esta y otras vidas más”.
Gustavo y Cecilia se separaron el 2002, pero mantuvieron una relación… ¿Qué lo hizo posible?
“Hubo momentos malos post separación, pero de todas maneras sus hijos y el amor espiritual que ellos sentían que tenían, los mantuvo siempre vinculados”.
Nelson profundiza: “Fueron las situaciones cotidianas sumado al ritmo de vida que llevaba Gustavo como artista las que comenzaron a afectar la relación que se terminó de desarmar en 2002, cuando tomaron la decisión de separar sus caminos. Ya no se sentían vivos. Ya no se amaban como pareja. Para Cecilia fue un agotamiento ser la mujer de la estrella de rock más importante de Latinoamérica”.
Cecilia, tras la muerte de Gustavo señaló que tuvo una vida muy rápida y una muerte muy lenta. Tras sufrir el accidente cerebro vascular, ¿había alguna posibilidad de recuperación?
“Solo con un milagro”.
Escribe González: “Gustavo fue trasladado a la Clínica Alcla de Buenos Aires, especialista en el campo de la rehabilitación neurológica, donde sus más acérrimos fanáticos le hacían guardia, día y noche a la espera de un milagro, dando aliento a la familia que iba a diario a acompañarlo, pero Gustavo no despertaba”.
¿Cuál fue la adicción más peligrosa?
“El cigarro, sin duda”.
Escribe Nelson: “El 15 de mayo del 2010, tras un concierto en Venezuela, Gustavo Cerati sufrió un accidente cerebro vascular que lo derivó a un coma profundo. Los cuidados tras la trombosis sufrida en 2006 no duraron más de un año y el cigarro iba a ser su principal enemigo, el que nunca pudo dejar. Con los conciertos de regreso con Soda Stereo volvió a fumar en exceso y esta vez su cuerpo no le iba a dar otra oportunidad… Luego de más de cuatro años de lucha e incertidumbre por haber estado en un coma profundo, Gustavo Cerati falleció el 4 de septiembre del 2014, a consecuencias de un ataque cardiorrespiratorio”.
¿Dónde fue velado?
“El cuerpo de Gustavo fue velado en el salón de honor de la legislatura porteña, donde miles de personas llegaron a despedirlo y a cantar sus canciones y en donde cada varios metros se podía divisar alguna que otra bandera chilena de aquellos que crecieron con la música de Soda Stereo y donde Gustavo fue el protagonista más importante de sus vidas. El funeral fue en el Cementerio de Chacaritas donde sus restos descansan hasta el día de hoy”.
Concluye González: “Los homenajes a Gustavo Cerati nunca han cesado. A más de diez años después del accidente cerebrovascular que sufrió y que posteriormente lo llevó a la muerte siguen estando presente a lo largo de Latinoamérica y, por supuesto, en Chile”.