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Entrevista “Intentar un diálogo de paz real, no contará hoy con la voluntad de Israel”

En “Palestina / Anatomía de un genocidio” 16 intelectuales de origen judío y palestino reflexionan sobre la crisis en Gaza. “La acusación de Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia, por actos de genocidio, es muy clara”, enfatiza Paulo Slachevsky (por Mario Rodríguez Órdenes con fotografía de Silvia Aguilera)

Paulo Slachevsky Chonchol (Santiago, 1964) es periodista, fotógrafo y editor.

En la mañana del 7 de octubre del 2023, Hamas y otros grupos armados palestinos de la Franja de Gaza ocupada iniciaron un ataque sorpresa contra Israel. Lanzaron miles de cohetes hacía el sur del país y cruzaron la frontera, atacando varias localidades, en las que se llevaron a cabo ejecuciones sumarias y secuestraron a más de 200 personas, la mayoría civiles. Según el Ministerio de Salud israelí, al menos 1200 personas, en mayoría, civiles, perdieron la vida y casi 3.500 resultaron heridas.

La respuesta de las autoridades israelíes a estos atroces crímenes no se hizo esperar y respondieron al ataque bombardeando la Franja de Gaza, después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu declarara oficialmente que Israel se hallaba en guerra. La escalada ha ido en aumento y tiene en tensión al mundo. En “Palestina: Anatomía de un genocidio” (LOM, 2024) dieciséis intelectuales de origen palestino y judío analizan la compleja situación. La edición tuvo como editores a Faride Zerán, Rodrigo Karmy y Paulo Slachevsky.

Paulo Slachevsky Chonchol (Santiago, 1964) es periodista, fotógrafo y editor. Es cofundador de LOM Ediciones. Es autor del libro de fotografías “Fragmentos de un despertar”. Fue condecorado como oficial de la Orden de las Artes y las Letras, Francia, 2014.

Paulo, ¿cómo surge “Palestina Anatomía de un genocidio”?

“Horrorizados por el genocidio que se estaba llevando a cabo y por la manera cómo se abordaba el tema en los medios, con la periodista Faride Zerán y el filósofo Rodrigo Karmy, decidimos convocar a autoras/es de origen palestino y judío de diversas latitudes para reflexionar críticamente en torno a lo que estaba ocurriendo, solidarizando a la vez con el drama que vive el pueblo palestino”.

 ¿Cómo dimensiona la gravedad del conflicto?

“Por la brutalidad de los bombardeos, el asesinato indiscriminado de civiles, en su mayoría mujeres y niños; por la destrucción total de ciudades, escuelas, universidades y hospitales, junto a los discursos deshumanizadores hacia la población palestina por parte de autoridades y medios israelíes, podemos decir que la sumatoria de estos hechos dan cuenta de una política sistemática de exterminio de un pueblo y su cultura. En tal sentido, la acusación de Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia, por actos de genocidio, es muy clara; así también el reciente pronunciamiento del Tribunal Penal Internacional. Los conceptos de Genocidio y de Crimen contra la Humanidad se instalaron en la Justicia Internacional tras la Segunda Guerra Mundial, para que nunca más tales horrores se repitan, pero lamentablemente, por la inacción y complicidad de las grandes potencias, por el ensimismamiento y la incapacidad de parte significativa de la población israelí de ver y sentir al prójimo, presenciamos este crimen en directo sin que nadie lo detenga”.

La propia relatora especial de Naciones Unidas, Francesca Albanesa, califica el ataque israelí a los territorios ocupados de Gaza como un genocidio. ¿Qué medidas efectivas podrá hacer Naciones Unidas para establecer la paz?

Las declaraciones de la relatora, como las del secretario general de las Naciones Unidas, han sido muy claras e interpeladoras, también los llamados de la Asamblea General. Lamentablemente, la gran mayoría de las resoluciones que han condenado lo que ocurre han sido bloqueadas, debido tanto a la incapacidad total de escucha de Israel, país que le debe a la Naciones Unidas su propia existencia, como a la capacidad de veto que tiene Estados Unidos en el Consejo de Seguridad. Y cuando alguna finalmente ha pasado, como la de marzo ordenando un alto el fuego, o la del 10 de junio en torno a una tregua, no hay voluntad de las grandes potencias de obligar a Israel a que cumpla. Es triste y lamentable ver cómo con esta inacción, a la vez que se asesina a una población, se enloda, invalida y destruye la justicia internacional y la posibilidad de que el mundo actúe frente al horror. Claramente el contexto exigiría una intervención directa de las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas ante el incumplimiento de Israel”.

¿Cómo podrá recuperarse Gaza después de tanta destrucción?

“Ante tal exterminio y destrucción, es muy desesperanzador el futuro. No solo en Gaza, también en Cisjordania, donde los asesinatos y los robos de tierra por parte del ejército israelí y los colonos es un drama cotidiano. Es un hecho que no hay posible solución mientras no acabe la ocupación colonial y el apartheid. Este drama sólo podrá terminar con el efectivo y total reconocimiento de la dignidad y la autodeterminación del pueblo palestino: solo ello podrá también salvar a los judíos, la memoria, la cultura e historia del pueblo judío, que está siendo destrozada por la crueldad y soberbia del Estado de Israel”.

 ¿De qué manera pone en peligro la paz mundial?

Como señala el historiador sueco Andreas Malm, ‘la destrucción de Palestina es la destrucción de la tierra’. Si el mundo permite que tales crímenes se lleven a cabo, tarde o temprano cualquiera de nosotros se verá expuesto a tal crueldad, en la que, igual a como hicieron los nazis, se despliega el máximo uso de la técnica (hoy la Inteligencia Artificial), y una total deshumanización para justificar el exterminio. Además, Israel, con sus continuos bombardeos y asesinatos en el Líbano, en particular de militares iraníes, busca encender un polvorín para recuperar así mayor apoyo occidental, reforzando la idea de guerra entre occidente y oriente, lo que claramente pone en peligro la paz mundial. Tales miradas islamofóbicas no hacen más que retomar bajo otra cara la dramática historia del antisemitismo que sufrió el pueblo judío, esta vez no como víctimas, sino como victimarios”.

Paulo, ¿qué es la Nakba y cuál es su propósito?

Nakba significa catástrofe o desastre en árabe, lo mismo que Shoah en hebreo. Para los palestinos, expresa la expulsión de sus casas y tierras ancestrales, y los crímenes que vivieron con la creación del Estado de Israel en 1948. Somos testigos de que la Nakba no ha terminado, sigue activa, con la destrucción de Gaza y la persecución y expulsión en Cisjordania. No es una casualidad, ni tiene que ver con el ataque de Hamas del 7 de octubre. Los mapas del gran Israel, del mar al Jordán, donde Palestina es borrada, expresan el anhelo de los nacionalistas y fanáticos en Israel desde hace mucho tiempo, los mismos que hoy encabezan el gobierno. En septiembre pasado Benjamín Netanyahu presentó ese mapa ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y ellos son usuales en la web de ministerios israelíes. Ideas similares a la gran Alemania de Hitler, que lo único que promueven es el odio, la guerra y un mundo de dolor. En fin, el objetivo de los israelíes ha sido usurpar las tierras palestinas y todo lo que allí se encuentra, y con ello bombardear, asesinar, llevar adelante una limpieza étnica, como da cuenta el historiador Ilan Pappe. Esta ha sido la catástrofe para los palestinos: la Nakba. En estos días son varios los pueblos de pastores beduinos de Cisjordania a quienes los colonos le han robado sus ovejas y con una brutal violencia, diaria, les han forzado a huir”.

 ¿Cómo explicarse que un pueblo, como el judío, que sufrió el genocidio bajo el nazismo, aplique prácticas similares en Palestina?

Es una gran tragedia. Hay varios textos en el libro que tocan de una u otra manera ese punto. El sionismo, una ideología nacionalista y colonial, lejos de ser un equivalente al judaísmo -como pretenden aquellos que califican de antisemitas a quienes lo critican-, representa una trampa para la cultura y pensamiento judío. En tanto judíos, hay que liberarse de esa construcción mental etnocéntrica que naturaliza el racismo, el despojo y la discriminación, y permite naturalizar la ignominia.  Hay que recuperar esa conciencia anti-sionista muy presente en el judaísmo del Yidishland, el mundo judío en el este de Europa previo a la Shoah, y que hoy se expresa en muchos que dicen ‘No en mi nombre’”.

¿Qué respuestas debió haber dado Israel tras el ataque de Hamas del pasado 7 de octubre de 2023?

“Como señaló valientemente el escritor israelí Dror Mishani en una columna publicada el 13 de octubre: ‘No arrasar, no aplastar, no vengarse’.  ‘Una venganza eterna no es la solución que nos permitirá vivir lado a lado’.  Claramente no hay derecho alguno para responder con el castigo a la población civil, asesinando y destruyendo por doquier como lo han hecho. Ante cualquier situación de violencia o guerra, corresponde un uso proporcional de la fuerza y el respeto del derecho internacional, sin doble estándar. De hecho, aquí es falso hablar de una guerra, como si tuviéramos fuerzas equivalentes. Estamos ante un ejército con uno de los mejores armamentos del mundo enfrentando milicias armadas. La mayor parte del tiempo, como se ha visto en la intifada, tenemos piedras contra tanques y metralletas. Por lo demás, lo que ocurrió el 7 de octubre es total responsabilidad de Israel, quien mantiene a la población palestina de Gaza en la cárcel abierta más grande del mundo, en condiciones totalmente inhumanas. Cómo no despertar el odio y la rabia en tales condiciones. Nada justifica el asesinato de civiles, pero las respuestas desesperadas y violentas no terminarán mientras no se ponga fin a la opresión y a la impunidad con que la Israel maltrata y mata al pueblo Palestino. Y como se sabe -lo señaló el mismo Benjamin Netanyahu años atrás-, es Israel quien potenció Hamas para dividir a los palestinos. En el fondo, la única manera de terminar con esta espiral de odio, es reconocerse efectivamente unos a otros como iguales, paso que hace tiempo los palestinos dieron sin respuesta alguna por parte de Israel”.

¿Cómo hacer posible un diálogo fecundo que abra un camino de paz?

Es difícil ver hoy un horizonte esperanzador ante tal genocidio y dolor. Creo, sinceramente, que intentar un diálogo de paz real, no contará hoy con la voluntad de Israel, por más que allí hay valiosos y valientes luchadores por la paz, pero son minoría. Creo que la única opción está en forzar desde el ámbito internacional una solución, un reconocimiento mutuo y el respeto al derecho internacional. El caso de Sudáfrica es un buen ejemplo a considerar. Israel es cada día más un Estado paria, y tales Estados solo cambian ante una fuerte presión internacional. Espero que más temprano que tarde, los países occidentales se den cuenta que lejos de proteger a los judíos y la estabilidad del mundo occidental apoyando al Israel de hoy, solo están alimentando el odio, las guerras y también el antisemitismo”.

 ¿Qué pasos iniciales se deben dar?

No sé, creo que son muchos los pasos posibles de dar, y algunos ya los hemos comentado. Son muchas voces y países que han explicitado la urgencia de un alto el fuego inmediato, con la salida de las tropas israelíes de Gaza y Cisjordania; la salida de los colonos y la devolución de las tierras a los palestinos, el derecho al retorno. Acabar con el bloqueo de Gaza y el muro en Cisjordania. También, es muy importante que tanto el Tribunal Penal Internacional como la Corte Internacional de Justicia llevan adelante los procesos en curso, se haga justicia y reparación. Por otra parte, es fundamental que todos los países reconozcan el Estado Palestino e impongan el respeto a sus fronteras y a su total autodeterminación”. 

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