“Alquimia vital”, de Jaime Hales y Maru Hernández–Celis es una invitación a emprender un viaje transformador. Con un lenguaje claro y accesible, los autores nos muestran cómo despertar nuestro potencial oculto, superar obstáculos y alinearnos con nuestro propósito de vida (por Mario Rodríguez Órdenes)
En medio de la incertidumbre que se vive en el mundo, incontables personas trabajan en su mundo interior. En un lúcido libro: “Alquimia Vital” (Catalonia, 2024), Jaime Hales y Maru Hernández–Celis, que se han aproximado a este camino de desarrollo personal, nos muestran algunas coordenadas e itinerarios que nos permiten enfrentar estos tiempos turbulentos.
Los autores integran sabiamente disciplinas complementarias como el tarot, la numerología y la astrología para ofrecer una visión holística del ser humano. Tanto los que se inician en el camino del autoconocimiento como los que se consideren buscadores experimentados, encontrarán en estas páginas inspiración, sabiduría práctica y un mapa para navegar los desafíos de la existencia humana. Jaime Hales y Maru Hernández–Celis respondieron en conjunto las preguntas que les formuló Diario Talca.
Jaime Hales y Maru Hernánde –Celis, experimentados en el campo del desarrollo humano, comparten en esta obra su método único que combina la sabiduría ancestral de la alquimia con técnicas modernas de transformación personal. El libro incluye ejercicios prácticos, meditaciones y herramientas de introspección que permiten al lector aplicar los conceptos de manera inmediata.
¿Cómo enfrentar la vida en un mundo caótico enfrentado a diversos escenarios bélicos y a la incertidumbre?
“La vida es para vivirla con toda la intensidad que nos ofrecen las circunstancias: junto con ese mundo caótico, hay una humanidad que está comenzando a despertar. Mientras unos quieren, buscan, provocan y sostienen las guerras, la violencia y muchas formas de dominación injusta, hay otras personas que han ido tomando conciencia de los derechos de todas las personas, de la importancia del compromiso de cada uno con su mundo. Se abren espacios de amor, de respeto y de tolerancia. Antes las guerras no tenían contrapeso y las acciones por la paz eran mínimas. Actualmente y desde hace más de veinte años, la resistencia a las guerras y la promoción de la paz surge cuando aparecen los primeros indicios de violencia…y durante todo el conflicto armado. La esperanza se funda en el amor y la conciencia. Se vive con el dolor y la confianza en que seremos capaces de contribuir al cambio del mundo”.
¿Cuál es la propuesta que proponen en “Alquimia Vital”, junto a Maru Hernández-Celis?
“La Alquimia Vital es un método para avanzar en el desarrollo personal. Nuestra propuesta es que cada persona sea capaz de conocerse a sí misma, tomando clara conciencia de sus tareas de vida, sus atributos, sus dificultades, sus recursos. Esa conciencia se irá profundizando en la medida que la persona vaya entendiendo que todo eso es parte de sí misma y pueda combinarlo adecuadamente para iniciar un camino cuya meta es ser mejor persona y sentirse más feliz”.
¿Cómo fue el proceso de la elaboración del libro?
“Precioso. Lo trabajamos en conjunto desde la idea de hacerlo hasta cada frase, cada ejemplo, cada detalle. Fue un trabajo mano a mano, en el que no solo vivimos en respeto mutuo, sino sobre todo con el reconocimiento por los aportes de cada uno. Elegimos los ejercicios, los testimonios, los temas a tratar. Fue un trabajo largo, intenso, pero muy gratificante. El reconocimiento de la editorial Catalonia a nuestro esfuerzo nos deja muy contentos”.
Pretenden «ayudar a que cada uno despierte su chispa interior». ¿Se encuentra apagada?
“El desarrollo personal consiste en el desarrollo de la semilla de divinidad que reside en cada uno de nosotros, en nuestra alma, inmersos en la realidad terrena. Esa semilla es una chispa que está muchas veces aislada, sin desarrollar, sin reconocer sus señales. El contenido del libro, sus explicaciones y ejercicios pueden ayudar al lector a ‘darse cuenta’ de sus potenciales y ponerse en marcha. Eso es despertar: ver la realidad y asumirla desde el interior de cada uno”.
¿Por qué la educación tradicional no la ha podido despertar?
“Porque la ‘educación’ está orientada a la adaptación del sujeto a los valores de quienes detentan el poder en la sociedad. Los sistemas imperantes en los últimos siglos están manejados por grupos dominantes desde la fuerza, el poder político, el poder económico y ciertos enfoques religiosos. Se persigue que las personas obedezcan disciplinadamente sus valores, anulando la profunda perspectiva de que cada ser humano es una realidad holística (física, espiritual, emocional y mental), único e irrepetible, fundado en la conciencia de sí mismo y en la posibilidad del ejercicio de la libertad. La adaptación mediante la instrucción oficial quiere mantener un sometimiento de la mayoría de las personas. Hoy, hemos podido constatar que existen esfuerzos por cambiar este enfoque y fortalecer el desarrollo integral de cada persona para mejorar su contribución a una sociedad que está viviendo su mayor experiencia de transformación de los últimos 15.000 años”.
¿Cuál consideran la principal carencia de la educación?
“Lo dicho: desconocer la libertad y unicidad de cada persona, pretendiendo que todos sean idénticos, uniformados, sometidos. Además, se centra todo en la ‘instrucción’. La palabra educar proviene del latín y quiere decir: ‘Sacar lo que está en el interior’. Eso no se hace. Por el contrario, se quiere someter el interior, ocultar a la persona tras un manto uniformado donde los objetivos que importan son COMPETIR y TENER, dinero, poder, etcétera”.
Sostienen que «estamos en los primeros tramos de una nueva Era para la humanidad”. ¿En qué momento estamos?
“La nueva Era de la humanidad, Acuario, comenzó hace más o menos 75 años. Cada Era tiene una duración promedio de 2.000 años: es decir, estamos comenzando, lo que significa que los elementos propios de la Era anterior siguen intentando perpetuarse desde el poder. Lo interesante es que el cambio se hace desde el amor, el humanismo, el respeto por los demás y no recurriendo a la violencia. Lo podemos llamar ‘paz activa’”.
¿Qué nos permite afianzar la alquimia vital?
“Seguir el método que proponemos afianza la conciencia de sí mismo y el conocimiento real de lo mejor de cada uno, lo que lo hace brillar y contribuir con su inteligencia al mundo, lo que le da consistencia, aunque contamine. Permite a las personas tomar consciencia de su capacidad de transformación, activando su aporte espiritual e intelectual en todos los espacios de la vida concreta”.
¿Por qué la experiencia con la alquimia es maravillosa e increíble?
“Por todo lo que hemos dicho: nos permite descubrir nuestra tarea en el mundo, para la cual hemos nacido; asumir nuestros recursos para cumplirla y reconocer los límites que tenemos –propios o impuestos– para ello. Es maravilloso ir descubriendo más de nosotros mismos y de las personas con quienes nos relacionamos. Entender lo que hemos hecho, asumir el presente y poder mirar el futuro de una manera más consciente es algo que a veces sorprende, maravilla”.
Esta mirada diferente la visualizaron los sufíes hace más de 8.000 años. ¿Cómo surgen los sufíes y que huellas quedan de ellos?
“Los sufíes son –no sólo fueron– personas sabias, sencillas, que entregan visiones como ésta. El sufismo es una actitud, más allá de religiones e ideologías. Es una manera sencilla de vivir, conectada a la conciencia de cada cual, sustentada en el respeto por sí mismo y los demás, vinculada a la trascendencia y de un modo holístico. Existen grupos que siguen a los sufíes, algunos de los cuales están ligados a la religión musulmana. Otros nos sentimos vinculados a la esencia del llamado a conocerse a sí mismo e integrarse armoniosamente al mundo”.
¿Por qué es tan difícil alcanzar esa plenitud?
“La perfección, la plenitud, pertenecen a la divinidad. Nuestra propuesta es un método para caminar en esa dirección, sabiendo que la vida humana es muy corta y que el alma reencarna tantas veces como sea necesario para conocer todas las experiencias y dimensiones humanas y así llegar a la meta: regresar a la divinidad con conciencia de ello. Por eso la potencia o semilla de divinidad que vive en nosotros debe ser expandida en todo su potencial. La vida resiste cualquier calificativo, menos el de ‘fácil’. Porque hay tareas que cumplir y eso exige esfuerzos”.
Tener una mirada diferente ha significado en algunas etapas de la humanidad, prácticas de la muerte y la tortura. ¿Esos peligros siguen latentes?
“En muchas sociedades aún existe esa barbarie, pero el mundo está adquiriendo conciencia sobre la importancia de los derechos humanos. Siempre hay y habrá personas que no aceptan los pensamientos, propuestas o situaciones diferentes de lo que ellas consideran como lo único válido”.