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ENTREVISTA: «“Mi definición es que al Presidente lo tenemos que apoyar»

Camilo Escalona, candidato a la presidencia del PS, subraya su apoyo irrestricto al Gobierno del Presidente Boric y se niega a reconocer un escenario distinto a la aprobación del plebiscito de salida en el proceso constituyente (por Hernán Espinoza/fotografía Luis Casanova)

¿Qué mensaje les trae a las filas del socialismo en Talca a dos semanas de que se elija nueva presidencia?

“Lo primero es dialogar, porque hace mucho tiempo que no tenemos un evento interno. Fueron todos postergados por el proceso constituyente y la pandemia. Así tenemos elecciones internas que debieron realizarse hace un año. Y lo mismo el Congreso Nacional del PS. Se trata de dialogar, pero no lo hemos logrado hacer. Las direcciones comunales se desorganizaron por el largo tiempo de inactividad. Entonces, yo me siento como en los años 80, esto es, partiendo casi de cero”.

¿Es como ir casa por casa preguntando dónde hay un socialista?

“Digamos que es como partir de nuevo. Ahora, son dos puntos que no son fáciles de conjugar, porque necesitamos dialogar sin caer en la confrontación fratricida que tuvimos en las elecciones de abril de 2019 y que casi destruyeron al PS. O sea, tenemos que cambiar nuestra cultura partidaria que nos ha causado un daño tremendo, al punto que en noviembre pasado -en las elecciones parlamentarias- tuvimos apenas un 5,4% de la votación”.

¿Y cómo se entiende si les fue bien a los socialistas que postularon a la Convención Constitucional?

“Eso es cierto, porque tenemos un colectivo socialista que está jugando un importante rol. Eso tapa un poco que tuvimos un descenso, en comparación a cuándo yo fui presidente del partido. Si lo comparamos, hemos perdido 300 mil votos, lo cual es mucho, porque somos un partido mediano”.

¿Y cómo se afronta esa crisis?

“Hay que buscar los caminos para reconstruir la orgánica territorial del PS. En ese escenario vamos a afrontar las elecciones. Pero el proceso es muy enredado, porque la presidencia se resuelve en forma indirecta. Entonces, no antes de junio se instala la nueva mesa”.

¿Qué sintió cuando el PS quedó en entredicho por no sumarse a las primarias?

“No hay que recriminarse, porque esta no es la culpa de nadie por separado. No nos podemos dividir entre los buenos o los malos. Y las circunstancias nos han arrastrado: queríamos tener primarias, pero se puso un veto a los partidos que nos apoyaban; luego, insistimos en primarias convencionales y fuimos derrotados, pero finalmente nuestra candidata presidencial quedó en quinto lugar. Esa misma noche, el presidente del partido, senador Elizalde, llama a apoyar a Gabriel Boric, aunque era la segunda mayoría relativa. Y de esa actitud, el Presidente nos llamó a participar en el Gobierno”.

…Pero igualmente no le alcanza al Gobierno para tener mayoría en diputados y senadores

“Eso es evidente. Su bloque es minoría, igual como nosotros…”

¿Y eso cómo lo interpreta?

“Como el gran drama del sistema político chileno actual, porque está constituido por varias minorías. O sea, la gobernabilidad sobre la cual se hizo la transición, con dos bloques que se rozaban o confrontaban, pero que se soportaban entre sí, finalmente concluyó. Y hoy el sistema político tiene un alto grado de dispersión. Y eso puede tener un efecto político devastador, porque si los partidos no se pueden poner de acuerdo y ningún bloque tiene mayoría, el sistema se va a paralizar. Y si va a transformar en una estructura ineficaz. Ese es el principal riesgo de la gobernabilidad democrática”.

¿Y qué plantea ante este escenario?

“Mi definición primaria es que al Presidente Boric lo tenemos que apoyar, independiente que somos de generaciones diferentes y culturas políticas diferentes. Todo eso se puede resolver, porque la diversidad es un valor de la democracia. De lo contrario, el país va a caer en un problema de gobernabilidad. Esa es mi convicción”.

¿Ese apoyo es incondicional o está sujeto a cambios en el programa de Gobierno?

“A diferencia del alcalde Jadue que dice que ha que aplicar el programa al pie de la letra, yo creo que eso es una ficción. El programa se está construyendo al calor del día a día. Por ejemplo, la reforma tributaria requiere definiciones que están pendientes. Luego, está el tema de la migración, algo que nunca antes se vio con esta magnitud. ¿Cómo el país se hace cargo de ellos? Y el otro tema es la macrozona sur, donde se mezcla el tráfico y robo de madera con las demandas del pueblo mapuche. Esa situación se le escapa de las manos al Gobierno”.

¿El paro de los camioneros es una expresión de ese descontrol?

“Los camioneros hay de dos tipos. Yo creo que algunos efectivamente son víctimas porque son trabajadores que arriesgan sus vidas para transportar una carga, pero otros forman parte de grupos que trafican con la madera. Y así es difícil hacer una política que permita afrontar el tema. Así que este Gobierno tiene una tarea más difícil que todos los anteriores”.

¿Esto de hacer paro es porque los camioneros tratan de prender la chispa de algo que va más allá de la política?

“Yo creo que algunos no son conscientes de lo que está pasando. Yo a los 17 años viví el paro de los camioneros de octubre de 1972. Y tengo en la memoria el impacto que eso produjo en Chile porque fue el preludio del golpe de Estado. Y la situación nunca se recuperó, porque el país quedó quebrado. Eso no tuvo otro fin que el golpe de Estado. Yo creo que algunos juegan con fuego y no son conscientes de que se pueden quemar, porque un país no puede vivir en permanente zozobra, ya que así se genera el desgobierno. Y el desgobierno conduce a la fractura democrática. Desde mi punto de vista, los dirigentes de los transportistas y especialmente aquellos que no vieron la experiencia de 1973, creo que deben meditar profundamente. Por ello, comparto que se debe dialogar, pero no es indefinido, porque los camioneros no pueden abusar de esa voluntad”.

¿El gran fantasma que está detrás es Kast, el excandidato presidencial de Republicanos?

“No, pero sí creo que hay grupos de ultraderecha muy activos, pero que no tienen a una persona que los dirija. No creo en la conspiración, pero sí que hay grupos con espíritu de revancha porque no les gusta que tengamos un Presidente muy a la izquierda y muy joven. Son refractarios a esta nueva realidad política”.

¿Cómo visualiza el plebiscito de septiembre próximo? ¿Podría ganar el rechazo?

“Yo no me pongo en la opción de que gane el rechazo. Creo que tenemos que trabajar para ganar. Y la realidad dirá después”.

¿Y una salida a que gane el rechazo sería ver al Presidente Boric con el PS sentado a su izquierda y la DC a su derecha?

“No porque el Presidente no va a romper su alianza de Gobierno. Puede intentar ampliarla, pero nada más. Creo que es malo ponerse a especular. Por muy ingenioso que sean los políticos, nunca saben lo que resultará de las elecciones”.

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