¿Cuánto tiempo lleva en Chile con su familia y conocía Talca antes de esta visita?
“Un año y medio. Llegamos a Chile en septiembre de 2020, durante la pandemia. Y mi primera salida de Santiago fue para pasar un fin de semana en Talca, en la ‘Casa Chueca’. Entonces ya conocemos Talca y, en realidad, es la primera región que visitamos cuando llegamos a Chile”.
¿El vino que se exporta desde el Maule es uno de los productos estrella de Chile en el mundo? ¿Le parece importante destacar esta denominación de origen?
“Toda la reputación y tradición que tenemos en Europa se sustenta en la denominación de origen controlada. Por ejemplo, en Austria se elabora aceite de semillas de zapallo en una región específica y se valora mucho, por lo cual, somos un país muy acostumbrado a la fortaleza de los productos de marca regional y local. En todos los países de la Unión Europa es igual. Y sabemos que a nivel mundial hay más y más demanda, Lo mismo ocurre como reacción a la pandemia, donde la gente se puso a pensar más en la calidad de los productos que consume y menos en cantidad. Y ese pensamiento lleva a que se consuma menos, pero de mejor calidad”.
¿Y cómo se inserta allí una región como el Maule?
“La idea es tener productos con una marca regional. Y el Maule tiene toda la tradición del secano, tiene una posibilidad de vender todos esos productos en el plano internacional, desarrollando esta idea de marca desde el Maule”.
¿Ya existe un convenio al respecto? ¿Se puede mejorar?
“Ya hay cooperación. De manera automática, la Unión Europea tiene cooperación con América Latina y a través de los programas regionales podemos tener colaboración con Chile. En el caso concreto, hay programas de desarrollo y cooperación entre la Unión Europea y el Maule, uno que se llama ‘Activa Secano’. Entonces, muchas veces no hay necesidad de tener un convenio, porque se puede entrar de manera directa a fondos y cooperaciones abiertas que son regionales. Como Chile ya es un país desarrollado, miembro de la OCDE, no hay apoyo financiero porque no es un país en desarrollo. Pero hay una parte de la cooperación europea que es regional, donde el criterio de país en desarrollo o desarrollado no es importante y tampoco necesario. Allí hay programas donde participa Chile y obviamente una región puede tener actividades, cooperación, intercambio de experiencias y certificación de productos, entre otros”.
El interés de regiones como el Maule es acceder a los mercados. ¿Austria puede ser el camino para reforzar y mejorar el intercambio comercial con la Unión Europea?
“La Unión Europea es el tercer mercado en importancia para Chile y también para el Maule. Si vemos los productos que salen del Maule a la Unión Europea, somos la tercera región que más capta exportaciones desde Chile, después de China y Estados Unidos. El número uno son las exportaciones agropecuarias, después forestales y los vinos que crecen bastante y son de muy alto nivel”.
¿Qué se valora más del vino chileno en Europa?
“Se valoran los vinos tradicionales, como cepa país, productos orgánicos, así como de productores más pequeños y medianos. De eso hay mucha demanda hoy en Europa por los consumidores”.
¿El comercio internacional está en riesgo o podría estar en riesgo producto del conflicto bélico en Ucrania?
“Yo pienso que a corto y mediano plazo no. En las relaciones bilaterales de comercio entre la Unión Europea y Chile no hay impacto. Sí se ve y se escucha en Chile el impacto en los precios, especialmente, en el precio de la energía y los insumos para la producción agrícola, como semillas y fertilizantes. Eso va a hacer aumentar los precios del pan y la harina. Allí sí hay un impacto indirecto de la guerra”.
¿La inflación que nos aqueja hoy en Chile también está presente en Europa y en qué medida?
“Si vemos a nivel de la Unión Europea yo pienso que vamos a tener más o menos la misma inflación que está prevista para Chile. En Europa se piensa en un 7% ó 7,2%, como también en Austria. Y en Chile se habla de 9,55 o quizás un 10%. Está claro que si se acaba el problema de la invasión de Rusia a Ucrania van a bajar los precios de manera rapidísima, igual como subieron. Pero de otro modo, pienso que la transformación energética es un punto importante y atractivo. No de corto plazo. Pero a mediano plazo nos puede ayudar a no tener más dependencia del petróleo y a los altos precios. Porque sabemos que la energía renovable baja de precio cada año. Entonces, podría ser todavía más barata si se verifica el precio del gas natural o gas líquido que se utiliza también en la producción de energía. Allí vemos que las energías renovables tienen una ventaja cada día más grande”.
¿Austria forma parte de este acuerdo de no comprar gas y petróleo a Rusia debido a la invasión a Ucrania?
“Sí. La última decisión que se tomó a nivel de la Unión Europea, de todos sus países integrantes, fue el boicot al petróleo ruso. A nivel del gas, todavía no hay decisión de hacer un boicot del gas ruso, pero sabemos que, a nivel económico, le duele más a Rusia el petróleo que el gas, porque es mucho más caro. Esperamos que, de esa manera, vamos a tener más presión sobre Rusia y, además, a nivel multilateral, tenemos el apoyo de Chile. El gobierno de Chile fue muy claro en su posición frente a la invasión de Rusia a Ucrania”.
Se ha dicho que la salida a esta guerra no es militar sino en la mesa de negociaciones. ¿Ustedes coinciden con ese criterio?
“En la problemática internacional, la pregunta es cuándo se llegará a las negociaciones. En este momento, se ve claramente que a Rusia no le interesan las negociaciones. Además, no se puede decir que para negociar hay que abandonar parte de ese país en manos de Rusia. Esa es una decisión que tiene que tomar Ucrania. Esto fue una invasión, una violación al derecho internacional, de la autonomía de los países, cuando se atacó a un país independiente como Ucrania. Entonces, el pueblo y el Gobierno de Ucrania son quienes tienen que decidir cuándo van a negociar y en qué términos, porque las condiciones que pone Rusia son inaceptables”.
¿Cómo y en qué se está ayudando a Ucrania?
“Lo que se hace ahora es apoyar a Ucrania a nivel económico, así como a toda la migración, porque tenemos cinco millones de ucranianos que se tuvieron que ir y llegaron a todos los países europeos. Hay mucho apoyo de la gente para integrarlos y poner a los niños en las escuelas. Y en la parte militar estamos ayudando a Ucrania a defenderse, lo que está reconocido en el derecho internacional, porque cada país tiene el derecho de defenderse en caso de un ataque enemigo. Y Ucrania necesita los dos”.
¿La Unión Europea tiene la política de no intervenir militarmente mientras no se toque a algún país integrante?
“A nivel del derecho internacional existen dos organismos que tienen un sistema automático de defensa. Uno es la OTAN y el otro es de los países europeos, donde tenemos un artículo de la Constitución donde señala que todos deben defender si se ataca a cualquier país integrante. Pero por solidaridad vamos a defender a Ucrania”.
¿Qué pasa con la migración desde Ucrania hacia Europa?
“Muchos se quedan en países limítrofes donde tienen familias o amigos, como es Polonia. En Austria tenemos 60 mil que se quedaron, mientras que otros 200 mil pasaron camino a otros países de la Unión Europea. Y el apoyo fue, por ejemplo, a los niños para que pasaran el Bachillerato ucraniano, pero en familias o en casas en Austria, para que no pierdan esa oportunidad. Es un ejemplo del apoyo del Gobierno de Austria. Otra idea es integrarlos al sistema escolar.
Hay mucho apoyo del Gobierno, pero también de la sociedad civil, para integrar a estas familias, muchas veces, de mujeres con niños, porque el padre se quedó para defender al país. La idea es darles mucho apoyo de la sociedad civil, con una ley especial que les permite a los ucranianos tener todos los derechos como un nacional, aunque sea extranjero. El refugiado ucraniano en Austria puede utilizar todos los transportes públicos sin pagar o bien ocupar cualquier estacionamiento en forma gratuita. Es una manera de apoyar”.
¿Existe riesgo nuclear?
“Obviamente esa es una gran discusión. En principio, toda la teoría dice que nadie lo puede utilizar, porque el primero que lo haga, estaría muerto en menos de una hora. No pensamos que cambie el equilibrio nuclear a nivel global. Pero hay gente con miedo que Rusia pueda utilizar algún tipo de armamento nuclear táctico en caso de perder la guerra. Esperamos que no y pienso que será un riesgo inmenso para Rusia, porque después no habrá ningún país en el mundo que los vaya a apoyar”.
¿Cuál es su visión respecto al cambio climático y sus efectos a nivel global?
“Las metas que se ha fijado Chile en cuanto a emisiones es la misma que tomamos a nivel Europeo. La decisión en Europa es ser clima neutral como continente en 2050. Ahora el Presidente Boric presentó la ley de cambio climático y la meta es la misma, junto a una descarbonización de toda la economía, con transición a un modo de vida sin CO2. Ahí vemos que existen los mismos compromisos entre la Unión Europea y Chile”.
¿Y cómo encaja Chile en ese escenario?
“Ocurre que Chile va a ser el país número uno en la producción de hidrógeno verde, lo cual equivale a descarbonizar la industria siderúrgica que produce mucho CO2. Pero nosotros no tendremos el suficiente hidrógeno, por lo cual, vamos a tener que importarlo, donde un socio estratégico va a ser Chile”.
¿Cómo ven la Convención Constitucional y el borrador que va a estar terminado próximamente?
“Nos interesa todo el trabajo del Gobierno para encontrar una salida democrática a los conflictos. Si bien todavía se debe afinar bien el texto, pensamos que se parece a como es la Unión Europea, donde somos 27 países, pero de manera global, tenemos un sistema de cohesión social bastante fuerte. Esa es nuestra identidad a nivel mundial: todo el sistema de la Unión Europea. Entonces, vemos ese deseo de cambio que existe en Chile para intentar tener algo igual, con un Estado más inclusivo en muchos aspectos, como en la política y el Gobierno. Allá es de consenso que exista una sociedad inclusiva, por lo cual, estamos muy esperanzados y somos optimistas que todo vaya bien en Chile”.