El Colegio de Profesores está viviendo una nueva etapa, optimista y expectante, con las autoridades de gobierno. Evidentemente no es lo mismo que cuando era presidente Sebastián Piñera, donde -asegura Carlos Díaz Marchant, presidente nacional del gremio docente, de visita recientemente en Talca- no existió voluntad de diálogo de parte del Ministerio de Educación. Hoy, en cambio, las cosas pintan bien. Aunque, claro, mientras el Colegio de Profesores no vea hechos concretos que respalden sus demandas, aseguran, no hay nada que festejar.
¿Cuáles son las inquietudes de los profesores talquinos, qué piden?
“No son muy distintas de lo que ocurre con el profesorado en términos generales. Primero, las condiciones laborales en las cuales hoy se está trabajando, la problemática respecto de la violencia y lo que ello significa, la seguridad al interior de los espacios escolares, incluso los apoyos que lamentablemente no llegan para poder ejercer de mejor forma nuestra profesión y (…) la preocupación de avanzar hacia una educación que permita tener una condición distinta respecto de la relación con los estudiantes, lo que nosotros llamamos la convivencia escolar, que es un tema que indudablemente hoy día está en crisis a nivel país (…) Necesitamos un plan nacional desde el ministerio para poder abordar (este tema), con apoyos concretos”.
¿Y la violencia cómo se enfrenta?
“Nosotros le hemos dicho al ministro que la violencia se enfrenta desde una perspectiva pedagógico-educativa, la violencia se enfrenta con más educación, la salida no es policial, la salida tiene que ser educativa y por eso lo que necesitamos es entregar más apoyo a los establecimientos educacionales para que puedan efectivamente desarrollar su labor los docentes (…) Analizar y reestudiar el sistema educativo que tenemos en Chile, y particularmente este modelo estandarizado, en donde todo se da en función del Simce, o de una prueba especial. Creemos que lo fundamental es avanzar hacia la integralidad y eso significa revisar todo lo que hoy día tenemos”.
¿Hace alguna diferencia entre ese tipo de violencia al interior de los establecimientos educativos, que acá en la región fue muy patente con casos muy mediáticos, y la violencia que se ha estado produciendo en Santiago en algunos establecimientos emblemáticos?
“No es muy distinta, porque, primero que nada, da cuenta de una situación que tenemos como país, que es la violencia estructural. Hoy Chile vive un problema fuerte, serio, crítico, respecto a la violencia, que da cuenta de una violencia estructural (…) El narcotráfico ha ido ganando terreno demasiado rápidamente y pareciera que los órganos del Estado no responden y no son capaces de frenar esta situación, ni siquiera de enfrentarlo. Por tanto, la violencia que hoy día observamos tiene que ver con esa violencia estructural, pero también el modelo educativo a lo largo y ancho del país es violento. Hoy día es violencia también el abandono absoluto que tiene la educación pública, cuando uno va a liceos emblemáticos de Santiago, y se encuentra que, por ejemplo, los baños de los estudiantes son un asco, no hay ninguna posibilidad que estos muchachos puedan trabajar…”.
Pero eso no justifica que se manifiesten con ese nivel de violencia…
“No, eso no legitima que ellos se manifiesten así. Lo que estoy diciendo es que eso da cuenta de una expresión de lo que hoy está ocurriendo y porque también muchas veces estos estudiantes no son escuchados. Aquí lo que hay que generar son canales para que sean escuchados, canales de solución a los problemas que plantean. Los petitorios que ellos están manifestando hablan de mejorar las condiciones al interior de sus espacios escolares de infraestructura, también hablamos de situaciones concretas de educación no sexista (…) Y yo hablo del movimiento estudiantil que está detrás, no hablo de dos, tres o cinco infiltrados que puedan haber en cualquiera de estas movilizaciones…”.
¿Usted cree que hay infiltrados en este tipo de manifestaciones?
“Es probable, es probable, pero más allá de ello, lo central y fundamental es cómo nosotros logramos que efectivamente la problemática que hoy plantean estos estudiantes en sus espacios escolares, se canalice a través de órgano
¿Qué pasa con las relaciones con el nuevo gobierno, ha notado un cambio respecto al anterior?
“La relación con el gobierno ha cambiado indudablemente (…) Hay una relación de diálogo, hay una relación en la cual se nos escucha, tenemos línea directa con las autoridades del ministerio, permanentemente podemos dialogar y conversar. Pero eso no ha significado todavía -y ha sido nuestra preocupación- que eso se traduzca en hechos concretos que den cuenta que las peticiones que estamos haciendo efectivamente sean reconocidas. Una cosa es que ha mejorado el trato, ha mejorado la condición, ha mejorado la comunicación y el diálogo, y eso se valora, es importante; también ha mejorado el interlocutor, porque a quien tenemos hoy de interlocutor es un profesor, que sabe de lo que estamos hablando, pero creemos que todavía debemos avanzar hacia un paso mayor (…)”.
¿Cuánto van a esperar para eso?
“Nosotros vamos a presentar ahora en mayo una propuesta de petitorio concreto a la autoridad, en donde le vamos a plantear temas más concretos que dan cuenta de lo que necesitamos para poder mejorar la educación chilena, y creemos que a la luz de esas conversaciones vamos a tomar una determinación de los tiempos definidos y muy limitados para poder resolver ese tema y poder tener una respuesta positiva del gobierno”.
¿Es tan determinante en esta nueva forma de comunicarse con las autoridades, el cambio de un gobierno de derecha a uno de izquierda…?
“La verdad es que no tiene que ver con eso desde nuestra perspectiva…”.
¿Y a qué s debe el cambio…?
“A que hay una forma distinta de aportar en la problemática…”.
¿De dónde viene ese cambio entonces?
“Desde el ministerio…”.
Sí, pero las autoridades evidentemente son distintas, antes era un gobierno de derecha y ahora una coalición de izquierda…
“El gobierno anterior escogió un camino que era el camino de creer en el monólogo…”.
No tiene que ver entonces que sea de derecha o de izquierda…
“Yo creo que tiene que ver con que el gobierno anterior no tenía bajo ningún punto de vista la preocupación de generar diálogo con nuestra organización ni con otras y más bien ellos hablaban y cuando nos encontrábamos era un monólogo. Hoy hay una situación distinta. Valoramos que así sea y nosotros hemos avanzado en la idea de seguir profundizando la buena relación. Nosotros hemos tenido siempre la disposición a dialogar, pero, reitero, no basta con dialogar, tiene que haber una respuesta a nuestras demandas”.
¿No hay una autocrítica en la forma en cómo se han relacionado con los distintos gobiernos?
“En lo que a mí respecta, que es cuando he estado como presidente en la organización, he tratado de estar siempre permanentemente abierto al diálogo y a la posibilidad de encontrarme con el interlocutor que sea, más allá que sea de centro, de izquierda, de derecha…”.
En el caso del regreso a clases, el Colegio de Profesores siempre se ha mostrado reacio, argumentando la protección de la salud de la comunidad educativa, ¿no ha faltado ahí una mejor coordinación o deseo de llegar a acuerdos?
“Lo que ha habido aquí es una defensa respecto de la vida y de la salud en un momento muy específico, que la vida y la salud de nuestras comunidades estaban por supuesto absolutamente con la posibilidad de ser afectadas, y allí lo que nosotros dijimos, teniendo presente que nada reemplaza a la presencialidad, porque ese fue siempre nuestro discurso, es que estuvimos siempre plenamente disponibles a buscar entre todos las mejores condiciones. Y nunca hubo disposición del gobierno anterior de buscar esas mejores condiciones (…) Hoy la situación es distinta y nosotros reiteramos nuestra disposición a dialogar como la tuvimos con el gobierno anterior, pero nunca fue posible. Y con este gobierno sí existe esta posibilidad de dialogar”.
Hay muchas expectativas entonces con esta nueva relación con el actual gobierno…de que sus demandas, sus necesidades, lo que ustedes aspiran para una educación en Chile se concreten…Esas expectativas son altas, ¿están conscientes de eso?
“Por cierto, por cierto. Nosotros creemos que estamos en un momento histórico muy importante en nuestro país, que tiene que ver con la posibilidad cierta de una nueva Constitución, en donde creemos que es fundamental que la educación sea concebida constitucionalmente desde una perspectiva muy distinta a lo que hoy se concibe. Hoy entendemos en la actual Constitución la educación como una mercancía. Nosotros creemos que en la nueva Constitución debe estar concebida como un derecho humano fundamental y eso indudablemente que nos permite la posibilidad de avanzar hacia un nuevo modelo educativo, y en ese sentido este gobierno creemos que debe estar a la altura y cumplir con el requerimiento que nos lleve a avanzar hacia un nuevo modelo educativo para Chile”.
En esta dualidad que se da entre lo que pueda hacer el actual Gobierno y lo que puede generar el proceso constituyente con una nueva Constitución, ¿a qué le tiene más confianza para lograr los cambios en el modelo educativo del país, a lo que aporte la nueva Constitución o lo que haga el presidente Boric y su gobierno?
“Por cierto a lo que haga la Constitución, creemos que la Constitución es la posibilidad cierta para que se genere desde allí la posibilidad de avanzar hacia un cambio educativo real. Más allá del gobierno de turno que tengamos, si no tenemos un cambio constitucional que lo permita, que lo valide, que de garantías de que podemos avanzar sin ningún tipo de situaciones que retrocedan ese sentir, obviamente que no va hacer posible (…) Por eso la importancia de lo que se va a definir el día 4 de septiembre. Se puede tener la mejor intención, pero bajo la actual Constitución es muy difícil avanzar hacia un verdadero cambio respecto al modelo educativo que tenemos”.
¿Qué le parecen las encuestan que hablan de un crecimiento de la opción Rechazo y de desaprobación al trabajo de la Convención Constitucional?
“En realidad estamos habituados a estas encuestas que aparecen regularmente que también hablaban en su momento que iba a ganar el Rechazo en el primer plebiscito que se hizo y después el Rechazo perdió 20-80. Creemos que ahí más bien hay intenciones políticas claras de parte de un sector de este país que además tiene en su poder los medios de comunicación y por tanto da cuenta de situaciones sobre las cuales tenemos muchas dudas. El plebiscito real y lo concreto se va a saber el 4 de septiembre. Nosotros vamos a trabajar como organización para que, en la medida que la propuesta de Constitución que se tenga esté en la línea de lo que hemos venido planteando, pueda ganar el Apruebo. Y hoy creemos que hay una tremenda presión y una tremenda campaña de parte de los sectores poderosos de este país, de parte de los sectores empresariales, de parte de los sectores de la derecha tradicional, que no quieren una nueva Constitución. Y por tanto ponemos en absoluta duda que esas encuestas sean fidedignas”.