“Comencé con este oficio de manera formal hace unos diez años, cuando escribí ‘El científico’, mi primer microcuento publicado en un concurso de la universidad. Si bien desde pequeño me había gustado imaginar o escribir relatos, en aquel momento fue cuando me di cuenta de que era algo a lo que quería dedicarme, digamos, ‘concienzudamente’.
Durante largo tiempo trabajé en relatos breves inspirados en mis experiencias como estudiante de biología marina y joven provinciano llegado a la capital, los que publiqué por aquí y por allá en algunas revistas independientes y blogs de literatura”, precisa Ricardo Rojas, escritor de literatura fantástica y de terror, durante la conversación que sostuvo con Diario Talca. Recientemente, acaba de publicar “Cuentos Huachos” (Ediciones LIZ, 2021).
Rojas ha quedado seleccionado en la primera edición de la revista “Chile del terror”, una antología de relatos fantásticos de la editorial Cruz de Palqui, y más recientemente “Rapsodia”, una antología del rock que será lanzada por el grupo Textualmente Activas, en enero del 2022.
Ricardo, esa fascinación suya por el cuento breve, ¿dónde surge y qué le permite?
“El género narrativo me ha atraído desde muy pequeño. Recuerdo cuánto disfrutaba los libros de cuentos para niños cuando tenía seis años, o esa vez que viajamos por primera vez con mi familia al sur de Chile y me devoré las antologías de mitos chilotes que compramos en una feria artesanal. Ya más grande me encantaban las novelas de fantasía y terror, me conseguí varios relatos de Stephen King y R.L. Stine, además de haber disfrutado las sagas de Harry Potter y el Señor de los Anillos. Respecto al cuento corto en sí, creo que mi fascinación por este podría venir de varias fuentes que coincidieron durante mi vida: Los libros ‘Arma tu propia aventura’, las fábulas, un par de talleres de escritura creativa en los que conocí el haiku y el microcuento… Tal vez podría seguir buscando ‘culpables’ pero intuyo que también puede tener relación con mi propia forma de ser”.
¿A qué se refiere con esto último?
“Creo que soy una persona con una mente inquieta, que constantemente está generando nuevas ideas, y que por lo tanto necesita volcarlas rápidamente hacia el exterior. En ese sentido, pienso que el cuento corto me entrega las herramientas para contar todas esas cosas que pasan por mi cabeza, creando algo así como fotografías de lo que observo o pienso en un momento más o menos concreto de mi vida. Tal vez esa sea la razón por la que pienso que escribir historias cortas se me da con mayor naturalidad”.
¿Qué influencias decisivas ha tenido en su formación de escritor?
“Respecto a influencias de vida, no puedo dejar de mencionar a la escritora Cecilia Beuchat, con quien tuve mi primer curso de escritura creativa y me enseñó las infinitas posibilidades que entregan las letras, Rafael Rubio y Armando Rosselot, con quienes asistí a cursos que me entregaron herramientas propias del oficio, y Patricio Alfonso, reconocido autor de literatura fantástica, quien fue mi profesor de Filosofía en el colegio y con quien seguimos siendo grandes amigos. Él me ha presentado una serie de escritores interesantísimos que han ampliado mi visión respecto a la literatura del género, además de apoyarme y alentarme permanentemente en este mundo. Cuando lancé ‘Recientología’ a finales del 2020, él fue la primera y única persona que pensé debía realizar tanto el prólogo como la presentación del libro. Todos ellos me ayudaron a encontrar mi propia voz narrativa.
Ahora, respecto a influencias literarias también podríamos hablar largo y tendido, pero siempre me gusta nombrar a tres que considero principales: Horacio Quiroga, Guy de Maupassant y Howard P. Lovecraft”.
Lovecraft, el maestro
Para Ricardo Rojas Albornoz (Santiago, 1991) su encuentro con Lovecraft fue decisivo. “Creo que leer ‘La llave de plata’ marcó un antes y un después en mi propia percepción de la narrativa de terror. La manera en que Lovecraft hace que todos sus relatos previos confluyan en este cuento de una manera tan sorprendente y natural me enseñó que el mundo fantástico puede ser abordado como una realidad interconectada que es subyacente a la realidad cotidiana, y que remarca su cualidad como algo imposible de ser comprendido a través del sensorialmente limitado entendimiento humano”.
¿Comparte la idea que en los relatos de su obra “Cuentos huachos” una realidad objetiva se diluye y todo es un asunto de percepción?
“Comparto eso sobre la literatura y las artes en general. De hecho, si nos ponemos a filosofar un poco, podríamos llegar a indicar que toda expresión artística en sí corresponde a la expresión de lo que cada individuo percibe como la realidad a su alrededor. Nuestra propia percepción de la realidad está limitada por los sentidos que poseemos, así como las limitaciones mecánicas de los órganos que se encargan de percibir la información de dichos sentidos. Por ejemplo, la retina de nuestro ojo solo posee células capaces de percibir tres colores del espectro (rojo, verde y azul), siendo el cerebro quien se encarga de realizar todas las combinaciones que nos permiten interpretar el arcoíris a nuestro alrededor. Pero ¿qué pasaría si en vez de tres, pudiésemos percibir dieciocho colores distintos, como son capaces algunas otras especies animales? ¿Cómo ello afectaría la manera en que nos relacionamos con el mundo? ¿Se puede imaginar un color que nunca has visto? ‘Cuentos huachos’ es un experimento que nació de la siguiente inquietud: ‘¿Puedo crear o manipular sensaciones en los lectores a partir únicamente de la escritura?’. Sin embargo, también por razones que se relacionan con el momento en el que se escribió esa antología, terminó además por convertirse en una postal de lo que estaba sucediendo en el país en aquel entonces, aunque obviamente ornamentado por la fantasía y expresado según mi propia visión e interpretación de aquellos hechos”.
¿En qué han consistido los aportes de la psicología al enriquecimiento de la literatura fantástica y del terror?
“Particularmente en mi trabajo, la psicología me ha aportado nuevas herramientas para comprender la manera en que las personas perciben y se relacionan con los hechos a su alrededor, y de qué maneras podrían reaccionar frente a hechos que salen de lo predecible en el día a día. Además, creo que ésta permite encontrar nuevas maneras de ‘decir sin decir’, me refiero a formas de transmitir mensajes que van más allá de la trama explícita de la narración y que tienen directa relación con aquello que uno como autor quiere entregar a sus lectores”.
Perspectivas de los mundos
El rasgamiento de la realidad que permite la literatura, ¿permite visualizar otros mundos?
“Considero que ese rasgamiento no solamente permite visualizar otros mundos, sino también observar el nuestro desde una perspectiva diferente a la cotidiana. Y tal vez eso sea lo realmente atractivo de este tipo de literatura, el pensar que tal vez las cosas asombrosas no tienen por qué existir en un universo individual, aisladas de nosotros, sino que ocurren a cada instante a nuestro alrededor y solo basta un pequeño cambio de enfoque para maravillarnos y aterrarnos de su existencia. Muchas de las grandes obras de ficción encantan no solo por la capacidad del autor para crear mundos totalmente distintos al nuestro, sino también por lograr que conectemos con ellos a través de esos pequeños detalles que permiten identificarnos con sus personajes y eventos de una manera que nos es extrañamente familiar o emotiva”.
Su propia condición de biólogo marino le ha permitido conocer mundos invisibles…
“Y me siento tremendamente afortunado por ello. Creo que parte de la maravilla que significó para mí la oportunidad de formarme en las ciencias biológicas es justamente haber tenido la posibilidad no solamente de conocer mundos invisibles, sino también de poder observar la realidad a nuestro alrededor con un enfoque distinto al que tienen muchas personas. Ser capaz de intuir conexiones entre situaciones que van más allá de lo explícito o entender el comportamiento de las personas y procesos naturales desde una perspectiva diferente es algo que también está patente en varios de los relatos presentes en ‘Cuentos huacho’s y ‘Recientología’”.
¿Cómo se muestra la fragilidad de nuestra condición humana en esos mundos?
“Pero independiente de si me encuentro frente a una ola de tres metros de altura o un monstruo proveniente de las profundidades de la tierra, existe una verdad que es innegable, y es que los humanos seguimos siendo animales asustados en medio de un bosque. Podemos ser capaces de las mayores proezas tecnológicas, pero siempre estaremos asustados de lo que podamos encontrar del otro lado del espejo. Y esa condición la observamos día a día en cómo nos relacionamos con nuestros cercanos, con nuestros vecinos, con la gente en la calle, o aquellos que viven en otros lugares o países distintos del nuestro. Tenemos miedo al mar, a las cuevas, a las situaciones vergonzosas, al rechazo, a la oscuridad, incluso tenemos miedo a aquellas cosas que elevamos socialmente como el amor o la entrega por el prójimo.
En ese sentido, la literatura fantástica se aprovecha de este miedo innato para explorar las distintas situaciones que lo gatillan y cómo nos enfrentamos a éste desde nuestra propia fragilidad, cuando somos extraídos abruptamente de la aparente calma que nos entrega el vivir en una realidad con reglas ya conocidas. Por eso mismo, no debería sorprendernos que tantas veces se tienda a confundir la literatura fantástica con la de terror”.
Según David Roas lo fantástico es una vía para revelar los horrores de lo cotidiano…
“Estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación. El proceso creativo es la transformación del mundo externo al interactuar con el mundo interno de cada persona, diluyendo las realidades objetivas para entregar como producto una reinterpretación de las percepciones del autor, que se termina de completar al ser apreciado por quienes se enfrentan a dicha obra. Por ello, detrás de cada universo paralelo, de cada moderno Prometeo o de cada vampiro licantropizado que podamos imaginar, se esconden situaciones y problemáticas reales que son las que finalmente nos llevan a identificarnos con dicha obra. Muchos autores usamos la excusa de lo fantástico o lo misterioso para entregar un mensaje respecto a la vida, la sociedad, las relaciones humanas o a cualquier otro tópico al que consideremos importante colocar bajo la lupa”.
¿Por qué nos hemos acostumbrado a esta falsa normalidad del mundo?
“Por cansancio. El desgaste que produce el continuo bombardeo de los medios de comunicación, con discursos que continuamente intentan imponer una versión de la realidad concertada por un pequeño grupo, es capaz de minar la voluntad de cualquier persona que se encuentre continuamente expuesta a ella. En nuestro país, donde existe una marcada desigualdad en el acceso a las artes y la cultura producto de las diferencias económicas, sociales y la centralización, son pocas las personas que tienen realmente la oportunidad de escoger cómo eludir el agobio que nos impone la explotación laboral de una sociedad capitalista. En ese sentido, encuentro injusto cuando se intenta atribuir la falta de educación cultural a la despreocupación del pueblo antes que, a la ineficiencia e injusticia impuestas por las autoridades, cuando todos sabemos que los actos culturales, cuando son gratuitos y de libre acceso, siempre han tenido una gran aceptación entre la gente”.
Por último, ¿en qué textos trabaja ahora?
“Hace un par de meses terminé de escribir la colección ‘Nueva mitología de Talagante’, una serie de relatos de fantasía y terror inspirada en los mitos y leyendas de mi tierra natal, pero con un giro moderno dentro de un universo narrativo cohesionado. Este proyecto me emociona mucho, y la verdad estoy ansioso por empezar con el trabajo de edición lo antes posible.
Por otro lado, estas últimas semanas me he estado replanteando algunos proyectos que tengo a futuro, como la escritura de mi primera novela”.