¿Cuál es el contexto?
Mejorar la educación emocional y derribar estigmas sobre las enfermedades psicológicas son dos de los desafíos que se destacan en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora el 10 de octubre.
¿Qué dijo una experta en la materia?
Según explicó Nadia Ramos, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad de Talca y directora del Centro de Psicología Aplicada (CEPA) de la misma institución, este año se busca relevar la importancia del bienestar emocional como una prioridad mundial. “Todavía existen personas que no se atreven a consultar, que sienten temor al decir que tienen un problema de este tipo debido a cómo los van a ver en el trabajo, o que van a decir. Incluso los profesionales de salud prefieren no reconocer sus dificultades porque entonces se les va a discriminar”, manifestó la psicóloga.
¿Qué consecuencias trajo la pandemia?
Esta realidad cobra más relevancia en el contexto actual, donde la pandemia por COVID-19 generó importantes detrimentos en la salud psíquica de la población. “Es una dificultad que, probablemente, se va a mantener con nosotros durante un tiempo. A pesar de que la pandemia está de alguna manera en retirada, los nuevos desafíos de volver al trabajo y sacarse las mascarillas, también generan estrés en las personas, porque implica adaptarse a situaciones”, detalló Ramos.
¿Qué rol tiene la educación emocional?
La especialista precisó que, es fundamental educar a las personas en materia de salud mental, desarrollando las habilidades de aprender a manejar sus propias emociones y pedir ayuda cuando la situación lo amerita, de esta forma se logrará un mayor bienestar. “Es normal tener días en que no me sienta bien anímicamente, en qué puedo estar más triste. Esas son emociones, importantes y válidas, pero no significan que tenga una patología de salud mental”, comentó.
¿Cómo afrontar las crisis?
Advirtió que cuando estas situaciones negativas persisten, se debe recurrir a redes de apoyo. “Solo cuando estas dificultades se mantienen en el tiempo e interfieren con la vida cotidiana es cuando nosotros necesitamos pedir ayuda”, expresó. “No nos olvidemos nunca que los niños no saben manejar sus emociones, y aprenden del contexto en el que se encuentran, es decir, si en el colegio se enseña y los papás lo refuerzan, ellos van a comprender mejor como lidiar con sus emociones”, sostuvo.