¿Por qué votará Apruebo?
“Votó Apruebo porque el valor de una Constitución en democracia es muy relevante para un país que quiere dejar atrás el legado constitucional de la dictadura y mirar al futuro para la construcción de un país justo, solidario y democrático.
Estoy consciente que el texto constitucional no es perfecto, qué hay temas relevantes que cambiar, que los constituyentes no fueron capaces de construir una mayoría que integrara transversalmente a todos los sectores, pero estoy convencido que en el Congreso podremos corregir aquellos aspectos que inquietan a parte importante de la ciudadanía”.
¿Qué aspecto estima es el más valorable de la propuesta y cuál a su juicio debe ser modificado?
“Lo positivo es que Chile se declara como un Estado social y democrático de derecho. Eso significa dejar atrás el Estado Neoliberal y Subsidiario, que aquellas áreas definidas (salud, previsión y vivienda, entre otros) son responsabilidad y prioridad del Estado.
Lo otro positivo es que es una Constitución Ecológica reconoce los derechos de la naturaleza por cuánto impactan en nuestras vidas, mandata al Estado a combatir el cambio climático y protege el medioambiente y los ecosistemas.
En lo negativo, es la falta de precisión sobre el consentimiento indígena, una sobre representación en los escaños reservados y el sistema político presidencial, pero sin un adecuado contrapeso en lo legislativo. Creo que lo de la Cámara de las Regiones no se entiende bien y hay que perfeccionarlo”.
¿Piensa que en el proceso de redacción se respetó a las minorías políticas de la Convención?
“Creo que no es un tema de respeto a las minorías políticas, en la democracia operan las mayorías, con los quórums requeridos, y fue el pueblo que eligió a las y los constituyentes.
Creo eso que falto generosidad y mirada de unidad nacional, con esto digo que se debería haber buscado consensos con los sectores de derecha más abiertos a los cambios. Ceder en algunos aspectos dejándolos para una definición política posterior en el Congreso.
Eso quizás nos hubiera permitido abrazarnos como país en torno al nuevo texto constitucional y no está división que tiene al borde de fracasar el proceso constituyente”.
¿En su visión cómo se imagina al país en algunos años más en caso de ganar el Apruebo el 4 de septiembre?
“Sin duda que los y las constituyentes que impusieron la mayoría tienen una tremenda responsabilidad, más allá del resultado, que por cierto será estrecho, ya que un 80% apoyó una Constitución y hoy ese respaldo ha disminuido sustancialmente.
Chile en cuatro años más me lo imagino construyendo un nuevo modelo de desarrollo que nos permita dar valor agregado a nuestros productos, con un fuerte énfasis en la innovación y la producción verde: con un sistema de pensiones mixto que respete la capitalización individual, pero que avance en solidaridad y en un rol protagónico del Estado; con una salud que llegue a todos y todas de manera oportuna, con fuerte énfasis en la prevención; con las certezas y confianzas de todos y todas en que estamos construyendo un Chile mejor”.
¿El nuevo modelo político, particularmente en cuanto a las regiones, en su opinión es satisfactorio o merece cambios?
“En cuanto a las regiones hay un avance importante en torno a señalar que “el estado se organiza territorialmente en regiones autónomas, comunas autónomas, autonomías territoriales indígenas y territorios especiales.
Pero también señala para la tranquilidad de todos que chile es un estado único e indivisible. Falta plasmar en leyes lo que está mayor autonomía se refleje en mayor toma de decisiones en las regiones, este es un proceso en construcción sobre el cual existen tremendas expectativas”.
¿Si de usted dependiera qué rol debe tener el parlamento en lo que pasará tras el resultado del plebiscito?
“Cualquiera de las 2 opciones que triunfe el rol del Parlamento es fundamental. Si gana el Apruebo abra que concordar e implementar los necesarios cambios o mejoras que requiere el nuevo texto constitucional, además de la promulgación de leyes que mandata la nueva Constitución.
Este proceso se estima será de larga implementación, a lo menos 15 años, ya que son muchas las leyes que requieren ser modificadas y nuevos cuerpos legales que deben aprobarse. De ganar el Rechazo, nuevamente tendremos que ponernos de acuerdo en un nuevo proceso constituyente que cumpla con el mandato popular de contar con una nueva constitución”.