La compra de ropa de colegio y útiles escolares es la “punta del iceberg” de un mes que suma el pago de las patentes, seguros obligatorios y aranceles universitarios (por Hernán Espinoza con fotografías de Luis Casanova)
“Va a estar difícil marzo. Todavía no empieza y ya estamos utilizando la tarjeta para pagar los uniformes, porque mi hijo va a primer medio este año y pegó el estirón. Tuvimos que comprar de todo, hasta zapatos nuevos. Y se vienen los seguros y patentes. No sé si nos va a alcanzar para todo”.
Así de clara es la reflexión de Silvia, una mujer talquina que, junto a su hijo y su marido, por estos días es una más de las familias que recorren el centro de Talca para cotizar la compra de ropa de colegio y útiles escolares, buscando la mezcla perfecto de precios bajos y mayor calidad.
Porque la compra de ropa de colegio y útiles escolares es, en definitiva, la “punta del iceberg” de un fenómeno mucho más grande, como es el retorno a las actividades normales del año que, paradójicamente, coincide con el fin de las vacaciones y con un mes de marzo donde las billeteras sufren.
TODO SE PAGA EN MARZO
Lo que ocurre es que, si no son los útiles o la ropa de colegio, son las matrículas de las universidades o de los preuniversitarios. A ello se agrega el pago del permiso de circulación que, si bien se puede cancelar en dos cuotas, es igualmente un costo importante. A ello se agrega el seguro automotriz obligatorio.
Y, además, se suma la revisión técnica que, en definitiva, es requisito para renovar la patente, en especial, para quienes no hicieron el trámite en la fecha que les correspondía. Este trámite tiene asociado un valor que depende, en lo fundamental, del tipo de vehículo y su capacidad.
En todo caso, estos asociados a los vehículos no se reajustan año a año y tampoco están asociados a la Unidad de Fomento (UF), como sí ocurre con las matrículas y aranceles de colegios privados y universidades, sea estatales o particulares. Y estos dos se pagan sin falta también en marzo.
¿CÓMO AFRONTAR ESTOS GASTOS?
Para enfrentar mejor el escenario que se viene y afectar menos las finanzas familiares y personales, hay una serie de medidas que se pueden adoptar para evitar el sobreendeudamiento y no caer en insolvencia, según dicen expertos.
“Hay que planificar marzo aplicando algunas medidas, por ejemplo, es necesario conocer las deudas y gastos corrientes y extraordinarios. Para ello, se puede elaborar una lista de las deudas, aquellas que son ordinarias, como puede ser la cuota por la compra de un auto, la hipoteca o cualquier otra deuda a largo plazo”, explica Sebastián Bozzo Hauri, académico de las Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chile.
Bozzo añade que “listar las deudas de corto plazo, es decir las que se contrajeron por causas extraordinarias, como la compra de un pasaje por vacaciones o un regalo importante en el cual se tuvo que fraccionar el pago. Normalmente estas últimas están asociadas a una tarjeta de crédito”, explica el también director del sitio web www.autonomiafinanciera.cl dependiente de la misma casa de estudios superiores.
¿QUÉ HACER DESPUÉS DE LA LISTA DE PAGOS?
Una vez que se tenga claro el diagnóstico, agrega Bozzo, hay que realizar un presupuesto, considerando todos los ingresos que se tienen por familia y los egresos. En este último ítem se deben sumar las deudas de más largo plazo y, además, agregar los gastos corrientes, es decir, servicios básicos, alimentación, transporte e Internet, entre otros.
En el caso de usar tarjetas de crédito para afrontar algunos de estos compromisos, Bozzo sugiere siempre el pago en cuotas, sin intereses y si no se tiene otra opción y hay que usar la tarjeta de crédito, chequear siempre el costo total del crédito, es decir, el interés mensual, comisiones y otros gastos asociados.
Consolidar las deudas existentes en una sola, también puede ser una ayuda importante. “Con esto se puede eventualmente disminuir el costo de total, liquidando aquellas deudas que tienen un interés muy alto, como puede ser la tarjeta de crédito o la línea de crédito”, explica el académico.
¿CÓMO HACER CAJA EN FAMILIA?
Si se es un consumidor de servicios online es normal que se mantengan suscripciones a distintos productos, como contenido de streaming y apps que ya no se utilizan.
Para ordenarse, es recomendable ingresar a la cuenta bancaria, identificar aquellas que no se necesitan y de las que se puede prescindir. Este gasto considerado “hormiga” puede significar una cifra considerable a quitar de los egresos en el presupuesto.
“También es una buena opción revisar los seguros que se tienen contratados, cotizar en otras compañías e incluso buscar otras alternativas, por ejemplo, para seguros de autos la modalidad de pago por Km”, añade Bozzo.
¿Vende lo que no utilizas? También es una alternativa para hacer caja. Hay que valorar la utilidad de todo lo que se tiene en la casa, porque muchas veces se compran cosas que nunca se utilizan, siendo marzo la mejor fecha para deshacernos de ello e intentar hacer caja.
“Revisa tu bodega e incluso tu habitación, seguro tienes una bicicleta estática que no ocupas o algo parecido”, recomienda Sebastián Bozzo.
¿ES RECOMENDABLE ENDEUDARSE?
Es una de las grandes interrogantes que, por estos días, atormenta a mas de alguna familia. Muchos ven en las ofertas de bancos y financieras de multitiendas una alternativa para equilibrar el presupuesto familiar, pensando que los pagos son obligatorios y que no se pueden postergar.
Desde defensadeudores.cl -una marca de Grupo Defensa -estudio jurídico con más de 20 años de experiencia en temas de insolvencia- señalan algunos consejos que podrían contribuir a no caer en el endeudamiento, porque con las actuales tasas de interés, es muy caro sacar dinero de bancos y financieras.
La clave, indican estos expertos y en ello coinciden muchos, está en armar un presupuesto familiar definiendo qué gastos son permanentes (prioritarios), estacionales (puntuales, pero necesarios) y optativos (innecesarios, pero deseados). “Establecer prioridades es una medida efectiva, ya que permite diferenciar entre lo necesario, lo optativo y lo prescindible”, afirma Ricardo Ibáñez, abogado y socio fundador de defensadeudores.cl.
¿EN QUÉ SE DIFERENCIAN?
Los gastos permanentes son aquellos a los que se les debe dar prioridad “porque no se pueden eludir”, dice Diego Ibáñez. En este ítem menciona “el pago de obligaciones financieras: créditos hipotecarios, arriendos, permiso de circulación, SOAP, cuotas de tarjetas de crédito o créditos de consumo, cuentas mensuales de servicios, al igual que los gastos recurrentes, como alimentación, bencina o pasajes para otros medios de movilización, incluso el transporte escolar”.
En tanto, los gastos estacionales (puntuales, pero necesarios), indica que “no son recurrentes, pero sí importantes en este mes. En esta categoría están la compra de uniformes y útiles escolares”. Mientras que dentro de los gastos optativos (innecesarios, pero deseados), señala que “se incluyen los regalos de cumpleaños, aniversarios, ocasiones especiales, salidas a cenar, escapadas de fin de semana, visitas a la peluquería, membresía de gimnasio, entre otros”.
“Una vez presupuestados los gastos permanentes y prioritarios, se debe establecer la cantidad disponible para los gastos estacionales y luego comenzar a cotizar. Es una buena práctica sondear el mercado y comparar con al menos tres proveedores y/o comercios distintos para orientar el gasto. El equilibrio está en encontrar opciones que cumplan con el presupuesto a la vez que garanticen un cierto nivel de calidad”, sugiere el abogado de defensadudores.cl.
LOS PAGOS TAMBIÉN SE PLANIFICAN
Una vez definida la lista de compras, por ejemplo, de los uniformes y útiles escolares, es necesario planificar los pagos. Al respecto, Ibáñez enfatiza que “se debe ser cuidadoso con el uso de la tarjeta de crédito y el pago en cuotas, ya que se nos puede escapar de las manos si no se lleva un control ordenado. Es preferible optar por la menor cantidad de cuotas posible, porque entre mayor sea el plazo, mayor será el interés pagado.
Además, de ser posible, la mejor alternativa es optar por ofertas de pago en cuotas sin interés; preferir utilizar tarjetas bancarias por sobre las de otras instituciones financieras, ya que sus intereses y tarifas son más bajas”.
BILLETERAS Y SEMÁFOROS
Ibáñez explica que la billetera familiar (presupuesto) tiene tres luces, las mismas de un semáforo: verde, amarilla y roja. “Una billetera sana, con ‘luz verde’ destina el 25% para el pago de deudas, otro 25% al pago de arriendo o dividendo hipotecario, 40% en gastos como servicios básicos (luz, agua, gas, teléfono) y alimentación; destinando, además, un 10% para ahorro”, relata.
El cinturón se aprieta cuando se sobrepasa el 25% en pago de deudas, se utiliza la tarjeta de crédito para la subsistencia mensual y no hay ahorro. “Este es el caso de una billetera en ‘luz amarilla’, que indica que se está en una zona de riesgo hacia el endeudamiento descontrolado”, advierte.
Por último, puntualiza que el presupuesto en ‘luz roja’ es un estado de insolvencia que se mantiene en el tiempo, donde los ingresos no cubren deudas y se da inicio a la ‘bicicleta financiera’, utilizando créditos para pagar obligaciones financieras atrasadas, solicitar préstamos a familiares, pago de los montos mínimos de las tarjetas de crédito e incluso pedir a terceros que adquieran deudas por uno para acceder a mayor financiamiento.
“Cuando una persona se encuentra en esta situación puede acogerse a la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento como alternativa”, concluye el especialista en insolvencia.
GALERÍA DE FOTOS