El teléfono no para de sonar, las notificaciones de redes sociales se hacen incesantes y las muestras de apoyo le sacan más de una sonrisa. Pese al “ruido” externo, Francisco Pulgar trata de mantener el hilo de su relato y aprovechar cada minuto de conversación. No hay respiro y es que la apretada agenda obliga a cumplir cada uno de los compromisos.
A horas de haber asegurado su paso a la segunda vuelta en la elección de gobernador regional, con el 23,93% de los sufragios, el candidato independiente dialogó con Diario Talca. En compañía de un café con crema y mirando de reojo la intensa actividad de su teléfono celular, admite que los resultados no sólo son un orgullo en lo personal, sino que lo reconoce también como un triunfo del ciudadano postergado.
“Hay un éxito de conjunto y que demuestra un trabajo serio y sin afanes personalistas ni ideológicos. Acá es la gente que con su decisión más un papel y lápiz, busca ser representada con una mirada amplia y participativa, y lejos de esa política añeja y mañosa que ya no los interpreta”, comentó.
Pero Pulgar no se queda en eso, y es que sabe que detrás de esos 83 mil 487 electores que le confiaron su voto durante el proceso del pasado 15 y 16 de mayo, hay también una gran responsabilidad.
Hoy, cuando enfrenta uno de sus desafíos más importantes de su incipiente carrera política, este talquino, de profesión enfermero y perito criminalístico, hace una pausa y rememora con un dejo de emoción lo que fueron sus orígenes.
Sus primeros 5 años fueron en casa de su abuela, emplazada entre Villa La Paz y la población José Miguel Carrera. Luego una humilde pieza acogió a la familia; para posteriormente radicarse en ese hogar, en las cercanías de la Plaza Las Heras, y que, a punta de esfuerzo de parte de sus padres -él contador en la empresa Calaf y ella modista-, se convirtió en el refugio de los Pulgar Castillo.
Allí, vivió inolvidables etapas de su infancia y adolescencia. Pero fueron esas estadías en la cordillera maulina, las que fueron forjando su personalidad y desarrollando un amor por la tierra y el medio ambiente, que perdura hasta estos días.
¿Es ahí cuando comienza a manifestarse este lado más social y de trabajo con la comunidad?
“Estuve tres años de interno en la escuela agrícola Don Bosco, después otros cuantos más en el Ejército, pero finalmente volví a la cordillera. Allí me hice amante de la montaña y sus entornos, pero siempre con un marcado sentido social y de ayuda a la gente. Siempre me consideré un filántropo pobre, lo cual acuñé de una persona que me lo hizo saber años atrás. Lo cierto es que ésa es mi esencia y lo que me hace ser feliz. No fue nada fácil, porque hubo muchos cuestionamientos a la carrera de criminalística. Se decía que no estaba acreditada y que se engañaba a los estudiantes (…) Yo di la pelea y fui pionero al instaurar una unidad en ese ámbito., que hoy se ha hecho su nombre y que lleva 11 años de funcionamiento”.
¿Eso te abrió camino a los medios televisivos…?
“Los medios de comunicación comenzaron a confrontar las verdades policiales y eso gustó mucho. De manera educativa se le empezó a mostrar a la gente otras visiones, y hoy ha quedado demostrado que resultan muy necesarias (…) La experiencia televisiva es enriquecedora, pero nunca perdí el foco que lo importante era hacer mi trabajo, y que luego al apagarse las luces, yo volvía al campo a sacar maqui con mis tías y hacer lo que me gustaba de manera libre”.
¿Y cómo comienza a darse el vínculo con la política?
“Nunca accioné para entrar al sistema político. Yo vivía tranquilo en el paso Pehuenche, donde organizábamos actividades para la comunidad en Los Álamos y hacíamos celebraciones con los niños. Pero en junio de 2015 se empieza a construir el proyecto hidroeléctrico ‘Los Cóndores” y de un día para otro se decide bajar la barrera en el sector La Mina, impidiéndoles el tránsito a los turistas (…) Ahí decidí, a modo de protesta, pararme con un cartel. La gente que ahí estaba comenzó a sacar fotografías y a grabar lo que sucedía; generándose tal revuelo que finalmente la gobernación provincial de Talca revierte la medida y se ven obligados a abrir el paso.
Sin querer, empecé a tener notoriedad en la comunidad y ser una persona no grata para otros (…) Posteriormente, sucedió el vertimiento de residuos contaminantes al río Maule, lo cual denuncié de manera pública. Fue una situación aberrante y de máxima gravedad, pese a ello ninguna autoridad intervino. En esa ocasión elaboré un informe pericial y presente un recurso de protección en compañía de las entonces concejalas de San Clemente y Pelarco, María Inés Sepúlveda y Verónica Rojas. Fue en ese momento que entré al ruedo político”.
Ya en 2017 enfrentas una aventura como candidato a diputado, lo que implicó buscar apoyos en algunos partidos. ¿Cómo terminó?
“Me acerqué a Revolución Democrática, al Frente Amplio, pero el hecho de no ser militante truncó la posibilidad de ir en sus listas. Tiempo después me encuentro con Andrés Velasco y Víctor Chanique, quienes en esa época estaban conformando Ciudadanos y, precisamente, buscaban candidatos (…) Me postulé y si bien no salí electo, quedé bastante conforme con los 5 mil votos obtenidos. Después de esa experiencia me olvidé de la política y volví a realizar el trabajo con los Defensores del Maule y a recorrer la región”.
Y cuatro años después te embarcas en la tarea de buscar una candidatura a gobernador regional. ¿Cómo comienzas a darle forma a esto?
“Mi primera gestión fue llamar a Manuel Améstica, presidente del Frente Regionalista Verde, en el entendido que ellos son afines a mis intereses de cuidado y protección del medio ambiente. Él me orientó en lo referido a la recolección de firmas y empezamos en esa labor (…) Al buscar una opción como independiente todo fue complejo, especialmente porque estábamos en plena pandemia. Aunque nadie nos tenía fe, pudimos llegar a más de 2 mil 700 rúbricas; y donde el 70 por ciento de ésas correspondieron a Curicó”.
¿Cuántos recursos tenías para la campaña y cómo evalúas el impacto mediático?
“El Servicio Electoral me entregó 1 millón 600 mil pesos, versus los casi 38 millones que recibieron otros candidatos. Ahí te das cuenta que la contienda era desigual (…) Muchas veces convoqué a los medios de comunicación y nadie llegaba a esas conferencias de prensa. Era una pelea de David contra Goliat”.
¿Y cómo se hace para no decaer en lo anímico y seguir en campaña buscando los votos?
“Mi gran carta y plataforma ha sido la agrupación Defensores del Maule. Eso me permitió cautivar los ciudadanos con un relato cercano, donde pude mostrar las raíces de la región y a personajes como el carbonero, la tejedora o el talabartero. Ahí hubo plataformas digitales que me abrieron sus puertas y pudimos viralizar muchos videos, y en ellos también dimos a conocer situaciones sensibles de las comunidades (…) Eso me permitió ganar adeptos, aunque también detractores”.
Llegan las elecciones, se conocen los resultados y te metes en segunda vuelta. ¿Cuál fue el secreto para conquistar votos y derrotar a la maquinaria política tradicional?
“Yo cautivé a la gente producto de mi rol de activista. El adulto valora que uno defienda y rescate el patrimonio vivo de nuestra zona rural. Por otra parte, la afinidad con los jóvenes está dada por la defensa del medio ambiente y la promoción del turismo (…) La gente vio en mí un ciudadano común y corriente, no un político detrás del cual hay un conglomerado. No digo que en los partidos no haya buenas personas; pero hoy las coaliciones necesitan una buena poda y oxigenarse, para que esos principios que fundan su institucionalidad vuelvan a ser el eje que los rija”.
Pero también tenías “pantalla” por tus apariciones en los matinales de los canales de televisión. ¿Eso fue un elemento que te jugó a favor?
“Fue clave y no reniego que ello me ayudó bastante. Pero hay que decir también que la gran votación de jóvenes en el Maule, no es el perfil de personas que ven matinales. Ellos representan más bien aquel ciudadano que protege el medio ambiente, se involucra en los problemas del agua y que disfrutan con el turismo (…) Hay que hacer el equilibrio entre ambos factores, y es que detrás de esto no hay una aventura electoral, hay un trabajo de largo aliento y que hoy está siendo reconocido”.
Ahora quedan dos en carrera, y la tarea es ir a buscar votos. ¿Descartas ir a buscarlos en alguno de los bloques que quedaron en el camino?
“La gente me ha preguntado si giraré a la izquierda o a la derecha o si llegaré a negociaciones o acuerdos. Pero en esto hay un solo discurso, y es que yo prefiero perder las elecciones a vender mis convicciones al tranzar apoyos. Eso defraudaría a los miles que depositaron no sólo un voto por mí, sino que su confianza entera en que haríamos las cosas de otra manera (…) Nosotros ya somos ganadores. Tenemos el apoyo de 83 mil personas, y vamos a ir a esta pelea porque queremos aportar nuestro granito de arena a este cambio masivo de conciencia. Yo vengo recorriendo la región desde hace muchos años y no por ser autoridad o tener un cargo, lo hago porque me interesa el desarrollo de nuestra zona y su gente”.
¿Por dónde irá la estrategia para capturar al electorado y desde tu independencia mostrarte como la mejor opción?
“La mejor independencia se ve en quien recoge las buenas ideas y propende a los principios ciudadanos. Yo no buscó una gestión totalitaria ni cerrada; muy por el contrario, el éxito estará dado en el convocar y el participar (…) Mi programa de gobierno está construido por un equipo de trabajo que no viene del mundo político y que le da al ciudadano una opción y una esperanza de cambio. La gente ya marcó una diferencia y entregó un mensaje muy claro: no quiere más de lo mismo. Debemos estar a la altura y dar una respuesta a esos temas que les convocan, y que otros no han podido hacerlo en 30 años”.
¿Cómo te imaginas el próximo 13 de junio?
“Veo una segunda vuelta muy interesante y será un momento histórico. Ese día van a medir fuerza el partido político y la ciudadanía. Y la gente hablará con fuerza”.