La izquierda siempre ha tenido una relación cínica con la prensa. Cuando son opositores, defienden el concepto de prensa libre, usando y abusando de esa libertad para criticar y fustigar al oficialismo. Pero, cuando logran detentar el poder, cambian de actitud restringiendo cualquier esbozo de libertad, sometiendo los medios a su control.
Lo anterior es una actitud de vieja data. Ya Lenin, en los inicios del siglo XX, aprovechó los medios de comunicación, prensa escrita, como un mecanismo de propaganda. Con su acción, el impulsor del comunismo cimentaba la confusión izquierdista, hasta hoy vigente, entre medios de comunicación y medios de propaganda. Porque, una vez tomado el control del poder político, Lenin decretó, el 9 de noviembre de 1917, el control estatal de todos los medios de prensa de Rusia, con lo cual estos dejarían de informar libremente y se someterían a los dictados del nuevo gobierno. Luego, el 28 de enero de 1918, se decretó que cualquier crítica al nuevo gobierno (comunista) se consideraría una acción ilegal y contrarrevolucionaria, juzgada por tribunales integrados por funcionarios del Partido. ¿Cómo evolucionó la situación antes descrita? ¿Se devolvió a la prensa su rol esencial? Por cierto que no. En la URSS los medios fueron meros vehículos de propaganda, igual como se les concibió en todos aquellos países sometidos al comunismo. Prensa libre fue un concepto peligroso en toda la órbita soviética y más allá. ¿Cuánta libertad de prensa existe hoy en Corea del Norte? ¿Y en China, o en Cuba, por señalar lo que queda de regímenes comunistas en el mundo?
Pablo Iglesias, referente político e intelectual de Podemos Unidas en España y espejo en el que se mira el Frente Amplio criollo, nos ha visitado hace algunos días. Hoy Iglesias no gobierna. Alcanzó a estar sólo 11 meses como Vicepresidente segundo en su país. Pero, si bien no gobierna, aconseja a quienes lo hacen. Y sus enseñanzas versan sobre el rol que debiera tener la prensa en democracia (por cierto, la concepción de Iglesias sobre la democracia no es la misma que tiene Ud. o yo). Iglesias tiene una concepción totalitaria de la democracia. Para él, toda manifestación social de poder, sea económico, mediático o cultural, ha de estar sometida a la soberanía del pueblo. Y la prensa es una de esas manifestaciones sociales de poder, por lo que también ha de estar sometida a la soberanía del pueblo. En su último libro “Medios y cloacas”, Iglesias señala que los medios de comunicación no deben oponerse a la voluntad del pueblo, representada por los parlamentarios y el Gobierno. Dicho en sencillo: los medios de comunicación deben obediencia al gobierno, porque este representa al pueblo. Todo eso, por cierto, cuando el gobierno es detentado por la izquierda. Si no es así, los medios debieran ser la voz de los que no están en el poder.
Iglesias dijo en Chile: “la voz de los medios es la voz de sus dueños”, y como esos dueños no han sido elegidos por nadie, entonces no están legitimados para expresarla. Solamente aquellos que han recibido el voto ciudadano deberían poder influir sobre la agenda política (a esto respondió, hace poco, una periodista de televisión española, Ana Rosa Quintana, quien señaló que nada hay más democrático que el control remoto, con el que los ciudadanos eligen qué medios escuchan, ven o leen). ¿Recuerda el Lector el artículo del rechazado proyecto constitucional que pretendía crear un Consejo Nacional de Medios? ¿De dónde habrán sacado esta idea los ex convencionistas del Frente Amplio? Iglesias, en su último libro, en algunos discursos parlamentarios en España y en sus conferencias en Chile hace 3 semanas, propone implantar un control democrático sobre los medios de comunicación, “para cautelar la libertad y el pluralismo” dijo él. Como si un Consejo estatal censurador pudiera garantizar la libertad.
Por todo esto, mientras no exista algo así en nuestro país, mientras no se plasmen en leyes y decretos los consejos de Iglesias, aprovechemos la libertad de prensa que todavía tenemos y celebremos iniciativas como la de este Medio que cumple un nuevo año. ¡¡¡Felicidades!!!
Juan Carlos Pérez de La Maza
Licenciado en Historia
Egresado de Derecho