15.2 C
Talca
InicioCrónicaINFORME EXCLUSIVO: "Cambio climático en el Maule: ¿futuro incierto?" por Patricio González...

INFORME EXCLUSIVO: «Cambio climático en el Maule: ¿futuro incierto?» por Patricio González Colville

Documento elaborado para Diario Talca por Patricio González Colville, docente de la Universidad de Talca e integrante del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA)

por Patricio González Colville, docente de la Universidad de Talca e integrante del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA)

 

El calor extremo es uno de los elementos meteorológicos que más impacta a la población.

Los análisis de series de datos de las temperaturas máximas extremas para los meses de diciembre, enero y febrero indican una tendencia a sobrepasar los rangos estimados “seguros” no solo para la salud humana, sino que también la agricultura, y acrecentar los riesgos de incendios forestales.

En este artículo analizamos las tendencias y proyecciones que los modelos estiman para los veranos de los próximos años, en la región del Maule.

La región del Maule se ubica en el centro de los climas mediterráneos; estos se caracterizan por poseer cuatro estaciones bien definidas: inviernos lluviosos y veranos templados.

Las transiciones, entre ambas, son la primavera y el otoño cuyos rasgos mas definidos son cambios escalonados desde el punto de vista térmico y pluviométrico.

Sin embargo, con el cambio climático, cuyo centro motor es el alza de la temperatura de la Tierra, producto de la quema de combustibles fósiles como el petróleo y carbón, se han ido progresivamente alterando sus patrones meteorológicos; las certezas del pasado se transformaron en incertidumbres climáticas del futuro.

La figura 1 indica que en la región del Maule las temperaturas máximas extremas del verano (promedios de los meses de diciembre, enero y febrero) muestran un ascenso positivo, el cual se hace más evidente desde el año 2000 a la fecha.

En el caso de las lluvias anuales, su comportamiento indica un patrón en declinación. Las líneas punteadas representan las tendencias estadísticas futuras de ambas variables: positivas para el calor y negativas para las lluvias.

Este comportamiento climático nos inserta en un escenario de alta vulnerabilidad para el Maule: tendencias a veranos cada vez más cálidos extremos e inviernos deficitarios en aporte de lluvias (mega sequías).

Las consecuencias de lo anterior se pueden resumir en registros que se han vuelto cada vez más recurrentes como olas de calor más intensas y continuas; estrés hídrico en el bosque nativo e introducido (pino, eucaliptus); riesgo de golpes de sol en las personas; altas tasas de evapotranspiración en los cultivos, por ejemplo de 80 a 90 metros cúbicos por hectárea y, por ende, mayores necesidades en las frecuencias de riego; calor urbano que hacen poco habitables aquellas casas sin protección al calor.

Recordemos que durante una ola de calor (temperatura máxima diaria que supera los 33° C por más de tres días consecutivos), el valor de 30° C suele empezar a las 11:00 de la mañana y extenderse hasta las 17:00 o 18:00 horas de la tarde.

El Maule, durante el siglo XXI, ha tenido algunos récords de calor: la temperatura más alta ocurrida en Talca fue de 38.3° C en enero de 2017; para Curicó el registro alcanzó a 37.4° C en febrero de 2005 y en Cauquenes, 44.1° C en enero de 2017.

Tendencias probabilísticas de los veranos futuros

Al desarrollar un modelo matemático incorporando todos los datos de temperaturas máximas extremas desde el año 2000 al 2023, para generar un indicador de probabilidad mediante ajuste lineal de sus resultados,  respecto de las tendencias futuras de las temperaturas máximas extremas esperables en enero y febrero en la región del Maule, se indica que continuarán produciéndose registros de calor extremo hacia los veranos de 2026, 2027 y 2028, con probabilidades del 70 y 80% respectivamente (figuras 2 y 3).

Estos resultados, asociados a inviernos cada vez con menos lluvias, indican que el Maule está en transición progresiva hacia un clima semiárido cálido.

Lo anterior obliga a repensar, de manera estratégica y con sentido de urgencia, cómo mitigar y adaptarse a este nuevo escenario. Sin embargo, la rapidez y agresividad de los extremos meteorológicos que se están produciendo coloca a nuestra región en una situación de alta vulnerabilidad e incertidumbre. No sabemos hasta qué valores de temperaturas máximas extremas podremos llegar en los próximos veranos y por cuando tiempo más se extenderá la actual mega sequía, iniciada en 2007.

Documento elaborado para Diario Talca por el docente de la Universidad de Talca e integrante del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA)
Figura 2. Tendencias positivas de las temperaturas máximas extremas para enero.
Figura 3. Tendencias positivas de las temperaturas máximas extremas para febrero.

Factor político y cambio climático

La Conferencia de las Partes, COP 30 (Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) que se desarrolló en Belém, Brasil, terminó el sábado 22 de noviembre sin lograr aprobar una hoja de ruta para reducir el uso de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas). No hubo acuerdo por la oposición de países productores de petróleo.

Según algunos analistas, la cumbre de cambio climático (COP 30) de Brasil resultó ser “un baño de realidad sobre hasta qué punto se ha derrumbado el consenso global respecto a qué hacer sobre el cambio climático”.

Incluso se llegó a expresar que estas conferencias están agotadas; en tres décadas (1995-2025) ninguno de los acuerdos políticos se ha traducido en una disminución del calentamiento global y los extremos climáticos cada vez son más intensos provocando muertes y destrucción.

Como región, estamos insertos en esta problemática global; no podemos escapar a esta realidad. Cualquier iniciativa respecto a planes de mitigación y adaptación a esta nueva realidad, deberán contar con un sólido y permanente financiamiento y acciones concretas. No serán de utilidad si solo se quedan en el papel.

Como lo indican los análisis expuestos en este artículo, debemos tener en cuenta desde ahora dos conceptos: que el cambio climático es irreversible y que sus peligrosos extremos, registrados durante estos primeros 25 años del siglo XXI, no fueron lo suficientemente convincentes para haber logrado decisiones políticas que se tradujeran en  capacidad, voluntad  y responsabilidad para haber logrado acuerdos con sentido de urgencia, ni para reducir las emisiones causantes de esta tragedia climática con la cual tendremos que convivir y, sobrevivir, en el futuro, dados los decepcionantes resultados con que terminó  la Conferencia de Cambio Climático (COP 30) de Brasil.

Mantente Informado
30,521FansMe gusta
12,338SeguidoresSeguir
2,501SeguidoresSeguir
1,130SuscriptoresSuscribirte
Noticias Relacionadas