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Juan R. Chapple: “Hoy no esperamos, sino que desesperamos y nos exasperamos”

Con “El día más salvaje…” Juan R. Chapple se perfila como uno de los narradores más relevantes de la narrativa chilena contemporánea. “El mundo del sueño es uno de los pasadizos para el descubrimiento y para ingresar a otras realidades”. Por Mario Rodríguez Ordenes

Certero, el crítico Ezio Mosciatti precisa: “El día más salvaje cautiva por lo bien escrito. Por explorar el lado oscuro que, posiblemente, habita en cada cual”.

Efectivamente, Juan R. Chapple (Santiago, 1972) con “El día más salvaje y otros cuentos de la penumbra” (Libros de la Medianoche, 2021) irrumpe con fuerza en la narrativa chilena y latinoamericana.

Juan, El día más salvaje…nos abre la posibilidad de otros mundos, cercanos pero que no vemos…

“Esta es la posibilidad y maravilla que genera toda la literatura, pues la palabra puede funcionar en variadas capas. Pero, atendiendo más a lo que preguntas, aquella es una de las vocaciones de toda literatura fantástica, como ésta, esto es, la de descubrir lo que está detrás del ‘telón púrpura, según me gusta decir, de la realidad, como posibilidad, como sueño, como ensoñación, como hipótesis o propuesta. Ahora bien, tu has dado en el clavo en la pregunta, esta no es literatura de fantasía concretada, por así decir, donde esos mundos son dados, se dan por hecho, sino que tienen un signo exploratorio, de un tal vez, o se camina en la cuerda floja de uno o varios mundos… lo fantástico ocurre en ese encuentro… es un hallazgo y no algo previamente concebido como en el cuento de hadas… Aquello ocurre, por ejemplo, en cuentos como El Dios del desierto, entre otros del volumen. Hay un umbral, un interregno en el que se vislumbra el ingreso a ese otro mundo, o donde lo insólito simplemente irrumpe para apropiarse de la cordura y las leyes de este otro mundo”.

¿Por qué estamos atrapados a cierta realidad?

“Vivimos en medio del desastre, y de la rapiña de todo tipo, pero eso no nos puede detener de pensar en una manera de conjurarlo. Sin embargo y a riesgo de parecer poco coherente, a mí me interesa graficar el mal en sus más diversas formas… existe ahí un placer estético y ético, y todo lo que tú señalas cabe en la bolsa de la literatura… aquí lo importante no es el género en sí (siendo importante), sino que la escritura y las profundidades que alcanzas en los temas, los personajes, en la radiografía social, personal, humana, política, etc. Tampoco se trata de pontificar ni me voy a investir con una capa de campeón de las luchas contra las injusticias, sino que se trata de cómo este tipo de literatura, ciertas veces, puede levantar capas gruesas de escombros y también raspar la superficie de los edificios relucientes de las promesas del progreso que nos han hecho, como en el propio cuento El día más salvaje (un cuento escrito hace 7 años, y que quizás, en cierto sentido, es una premonición, desde un ángulo torcido, de nuestro propio estallido social); en el caso de La música del paraíso, se trata de una alegoría dictatorial, sanguinaria, furibunda, enloquecida de la narrativa del poder y los imaginarios de la sangre… Creo que podría ser el cuento más sanguinario y desquiciadamente atroz que se ha escrito en Chile, como alegoría también de nuestro propio pasado y como muestra de que los sueños de la razón y de la imaginación crean monstruos de toda especie y estos no desaparecen…

Todo ello lidia con nuestros miedos: el miedo al fracaso, a ser un don nadie en esta sociedad (las redes sociales, con todo lo bueno que podrían tener, son una prueba de ello: la banal figuración con poco que ofrecer en muchos casos) y el miedo más visceral, aún más visceral que el que te entierren vivo, que como decía Poe en El Entierro Prematuro, podría ser el máximo terror… me refiero al miedo al espejo, a lo que somos y constituimos en nuestra propia vida y a la persona en que nos hemos convertido”.

Ya en Vertederos había mostrado la decadencia de un mundo consumista.

“Es, como decía más arriba, llevar al paroxismo la premisa de Poe y varios otros… El monstruo, el genio criminal del cual hablaba el autor de El Cuervo, ya no es un ser aislado, pues ese monstruo, ese ser que está fuera de la naturaleza por definición, ahora ha mutado y pareciera ser parte de la naturaleza, lo hemos naturalizado. Parte de la tesis de Vertederos tenía que ver con aquello y esto fue continuado en Un astro Umbrío en el pérfido día brillante y ahora, en varios sentidos, con El día más salvaje”.

En el cuento Aquellos en la multitud nos muestra la condición de fusibles que nos ha convertido la sociedad industrial. ¿Podemos salir del laberinto del mundo actual? 

“Son preguntas demasiado grandes como para que cualquiera pueda contestarlas en forma definitiva y radical… salirse significaría estar fuera del mundo, estar perdido en una montaña o en un bosque o, mejor aún, al fondo del mar… y ni así podríamos respirar fuera de aquello, tal vez… En este caso mi respuesta sería al mismo tiempo metafórica y literal: para ‘salirse’ hay que mirar más hacia adentro, sin lugar a dudas, más que irse a una cueva en la montaña… Pienso que podemos conservar cordura al no caer en el desenfreno de las cosas, de las mercancías… el problema no está en las cosas, el asunto radica en qué esperamos de las cosas: honor, respeto, que nos eleven con su aura, que reemplacen la reflexión (o al menos la encubran cuando no la hay), que nos den prestigio, etc. Tú lo ves, por ejemplo, cuando alguien, banalmente, tiene 100 mil o 1 millón de seguidores, solo por exhibir su cuerpo en las redes… Ojo que no estoy en contra de las redes, que te dan posibilidades fantásticas, pero mal utilizadas se convierten en el festival de la banalidad, convirtiéndote tú mismo en mercancía”.

Edgar Allan Poe, fue un autor decisivo en su formación. ¿Qué encontró en él?

“Poe es un giro copernicano en el relato contemporáneo, pues nos propone hacernos cargo de nuestros horrores imaginados o cotidianos, todos ellos igualmente reales, sin la atención puesta solamente en el “susto”. Además, fue el iniciador del relato policial e ingresó a las mazmorras del ser humano de una forma que hizo que no miráramos tanto al género -el terror- sino a la literatura misma, y por eso es universal. Además, elevó al cuento a una categoría principal. Y, como si todo eso fuera poco, es un autor también cómico, faceta poco estudiada y neurálgica, pues el terror, el verdadero es tan complejo de conseguir como la comedia”.

El mundo de los sueños

Juan R. Chapple (Santiago, 1972) es periodista y comunicador social de la Universidad de Chile y magister en literatura hispanoamericana y chilena de la misma casa de estudios. Anteriormente ha publicado Vertederos (Calabaza del diablo, 2005), el libro de prosa poética Un astro umbrío en el pérfido día brillante (Calabaza del diablo, 2014), Memorias de un corazón de fuego (Axxiona Editores, 2017), un libro de ensayo y memoria. Asimismo, en el ámbito de la publicación privada, ha escrito una serie de biografías familiares. Ha sido finalista del concurso de cuentos Stella Corvalán. El día más salvaje… fue ganador del concurso de Creación Literaria, género cuento, del Fondo Nacional del Libro y la Lectura en el año 2017, y acaba de ganar nuevamente el concurso de Creación de Literaria para la realización de un nuevo libro.

El mundo de los sueños cruza a los personajes de sus cuentos, ¿qué claves nos puede dar?

“La ensoñación y los sueños son algo clave en toda mi literatura… será porque literalmente soy una persona que sueña mucho y que anota sus sueños -una práctica de antaño-, y, además, soy un soñador despierto o diurno, como dicen los anglosajones, un daydreamer…  En ese sentido, el mundo de los sueños o las ensoñaciones envuelven varios de mis relatos y a mis personajes muchas veces. El mundo del sueño es uno de los pasadizos para el descubrimiento y para ingresar a otras realidades”.

En el cuento Defenestraciones, Rogelio reflexiona que la única forma de liberarse es lanzarse al vacío. ¿De qué quiere escapar?

“De nada y de todo… como él dice, aunque en realidad él no quiere liberarse… su defenestración es un impulso, como la más pura cohetería… no hay una postura moral frente aquello… podría alcanzar el nirvana o aventarse a los infiernos, a su propio abismo… pero su compulsión provoca reacciones personales y sociales, un gran movimiento, como una especie de cataclismo y cisma, he ahí otra de las claves del cuento… Ningún acto es vacío, ningún acontecimiento queda aislado y no provoca olas en el gran mar del mundo y de la historia”.

En una reciente entrevista señaló: «El momento de más brillo y brillantez de una cultura también puede anunciar la posible ruina y decadencia. ¿Es el mundo que vivimos?

Ese es siempre el mundo en que vivimos y en el que vivían nuestros abuelos y los abuelos de estos… solo que hoy las cosas se han hiper acelerado y ya no esperamos a que eso ocurra, simplemente lo conseguimos en forma brutal y renovada: hoy no esperamos, sino que desesperamos, y nos exasperamos, ese es el signo de nuestros tiempos… Por otro lado, como en el cuento que da título al libro, el protagonista hace una crónica personal sobre su paso martírico por una procesadora de pollos y el infierno en que estos animales viven o malviven… y, al unísono, se empieza a gestar un movimiento desde los márgenes, desde el mundo de la periferia social, política, etc., que estalla convertido en una gran jauría de perros que recorre la ciudad y, después, el país entero, el país de El día más salvaje, que avanza de la rebelión a la revelación”.

También señaló: «La única salvación para volver a enmendar el camino de lo humano será, como siempre, el volver a mirar hacia un adentro que tendremos que reinventar». ¿Será eso posible?

“Bueno, es un camino posible y humano, profundamente humano. Hasta las máquinas son capaces hoy de autoanalizar sus procesos, con la llegada de la Inteligencia Artificial… ¿cómo no vamos a poder hacer un viaje a los adentros? Los mapuches sabían de esto, el trepelaimizuam, el darse cuenta, y, más que eso, la conmoción del ser, el verdadero despertar, que tiene varias etapas o momentos… había toda una preparación para ello en el mundo mapuche que los chilenos hemos querido olvidar, pero que deberíamos retomar y estudiar… Esto también significa mirar hacia adentro, nuestras propias tradiciones perdidas u olvidadas… de qué manera, además, podemos mirarnos hacia adentro si no estamos atentos a nuestra propia cultura, si la despreciamos… uno de los senderos que tenemos que tomar es el de la revalorización, la puesta en riqueza y profundización… para revelarnos, para que ocurra el apartado de velos, la revelación”.

En sus cuentos siempre está latente el miedo, como sucede, por dar un ejemplo, en Mal, muy mal donde a los personajes se les quiebra un mundo aparentemente perfecto. Pero, controlada la situación y nuevamente satisfechos de su mundo, no se dan cuenta de una nueva amenaza que se avecina más allá del horizonte. ¿Estamos condenados a que siempre esté al acecho una amenaza mortal? 

“Es decir, en el cuento se da de esa manera, se quiebran las convenciones de ese perfecto día de campo, todos bien peinados, con sus copas en la mano… ocurre el horror o una suerte de este, el absurdo, y el miedo… “No me interesan tanto los efectos inmediatos del miedo (aunque siempre es bueno un escalofrío literario), sino que la conmoción duradera del mismo, esa es una de las marcas de mi literatura”.

¿Cómo va hilvanando la elaboración de sus textos? 

“Los textos siempre te dicen qué es lo que se debe hacer… si uno fuerza un resultado o provoca muy marcadamente un recorrido, se nota y el relato sufre… a mí se me dan orgánicamente: a veces los tengo enteritos, con pelos y zarpas en la cabeza o en la lengua… otras, se me transparenta un posible final… a veces es el habla de un personaje la que somete al relato (como si fuera guiado por voces), y otras es la trama la que va guiando a los caracteres… siempre es distinto y es muy bueno que sea así, porque de este modo no tienes estructuras rígidas y el texto global, sobre todo en los cuentos, se hace muy rico y diverso”.

Luego de El día más salvaje, ¿qué viene en su escritura?

“Estoy recién casándome con El día Más salvaje y ya quieres que tenga otra novia… jajaja… Ahora, en serio, vienen dos colecciones de cuentos del mismo corte que El día más salvaje, aunque con otros ribetes, y que he ido trabajando en el tiempo; además, se vienen tres novelas, una de corte muy fantástico, y otras dos que están ya escritas y que tienen un adn más contingente; y, así también, un libro álbum sobre mi visión del mundo del mañana. Asimismo, avanzo en la que creo será una de las naves fundamentales de la catedral gótica que estoy construyendo y que ya tiene 850 páginas (cuántas serán finalmente, nadie lo sabe)”.

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