El camino de la exploración vocacional ha venido cobrando relevancia tras los altos índices de deserción estudiantil en la educación superior. Se ha discutido respecto a si debiese llamarse exploración vocacional u orientación vocacional, dependiendo si la vocación se percibe como un descubrimiento o una construcción. Sea cual sea la perspectiva, desde el sistema educacional se comprende como el proceso personal que nos ayuda a elegir una opción de vida al finalizar la enseñanza media.
La exploración vocacional promueve la VOCACION descubierta del estudiante. Esta se desarrolla comúnmente, al atender dos aspectos de nuestras vidas: Aquello que hago bien y aquello que me gusta hacer. El problema es que el modelo técnico educativo apela al ideal de desarrollar solo el “aquello que hago bien”, víctimas del peso de tener que “producir”; así generamos presiones pedagógicas, curriculares y expectativas familiares que terminan conflictuando nuestro descubrimiento personal, asumiendo realidades que nos disgustan. María Montessori dijo: “He aquí la finalidad de la educación: primeramente descubrir al niño y liberarlo”.
Ha prevalecido el ideal racional en Educación, que quizás ha estado muy bien para los 4.000 años que lleva de vida el sistema educativo -considerando a la India como precedente de la Historia de la Educación como sistema-, pues bueno, podríamos pensar que fue necesario para combatir el hambre, desarrollarnos y progresar para ir cubriendo las necesidades básicas de la especie humana. Pero ya pronto podríamos avanzar hacia el bienestar integral y desarrollar el ideal educativo de la Tecnología Humana, atendiendo emociones y voluntades de las personas.
Encontrar una vocación, es parte de la Tecnología Humana.
“Cuando los niños hallan lo que les interesa, desaparece la indisciplina como por encanto, y cesa por completo la falta de atención mental” María Montessori.
La VOCACIÓN es una unificación de nuestra persona, una realización al fin y al cabo. La realización personal es un estado más libre, más autónomo de ser y produce bienestar. La verdadera habilidad fortalecida y adecuada nos conduce a la liberación de ser quiénes realmente queremos ser, genuina y auténticamente.
Esta verdadera habilidad se desarrolla por diversión, por la dedicación a la actividad que realizo constantemente porque me parece divertida, allí radica la clave para hallar una vocación, fortaleciendo las facultades con las que cada uno llega al mundo. “Las facultades del niño se desarrollan por el ejercicio” J. H. Pestalozzi.
El juego es un camino para descubrir cuáles son nuestras actividades voluntarias e innatas facultades. Por eso es bueno aburrirse queridxs estudiantes, aburrirse para comenzar a pensar en qué es lo que nos gusta hacer.
La diversión verdadera debe ser genuina y auténtica, desde principios, preceptos y creencias de cada quien. Porque enfiestarse todos los días ¿es una diversión espontánea? ¿Ver televisión es una diversión auténtica? ¿Ver el celular será una diversión verdadera? Llamo a buscar la forma de divertirse y observarse para atender nuestros instintos e intenciones diarias.
No sería malo si tuviésemos un sistema educativo que comenzara a educar en las técnicas humanas que nos liberan y otorgan sentido al flujo cotidiano. El paradigma racional nos permitió conocer la naturaleza, pero no sosiega el corazón, no calma la vida, ya no es suficiente.
A quienes finalizarán la enseñanza media, mucho éxito.